Internacionales

Estudio revela altas tasas de “usos no contemplados” de medicamentos

Por Andrew M. Seaman/Publico.es

Un estudio revela que más del 10 por ciento de las recetas de fármacos en una provincia de Canadá incluyeron fármacos que no estaban aprobados para tratar la enfermedad del paciente. Y, en muchos casos más, había pocas pruebas de que el medicamento daría resultado.

Un “uso no contemplado” de un fármaco ocurre cuando el médico lo receta para tratar una enfermedad que no es la que aprueban las autoridades regulatorias de Canadá, Estados Unidos o cualquier país a partir de los estudios de seguridad y efectividad de los productos.

El doctor Tewodros Eguale, que dirigió el estudio, dijo que esa práctica médica es común cuando los pacientes no responden a los medicamentos aprobados o tienen una enfermedad rara con pocos tratamientos disponibles.

El equipo de Eguale, de la Universidad McGill, en Montreal, analizó la información de cada receta que redactaron los médicos de Quebec de una red de registros electrónicos de salud. Cada médico debe precisar qué tratará con el medicamento recetado.

Entre el 2005 y el 2010, 113 médicos de atención primaria redactaron más de 250.000 recetas para más de 50.000 pacientes.

Según los estándares de calidad de la base de datos farmacológica de las autoridades regulatorias de Canadá, el 11 por ciento de esas recetas fue para un “uso no contemplado” del medicamento indicado.

El equipo no contó con información sobre los resultados de los fármacos en los pacientes. Pero determinó que cuatro de cada cinco recetas para usos no contemplados no contaban con el respaldo de pruebas sólidas que sugirieran algún nivel de efectividad de los productos.

En este caso, se consideró “prueba sólida” a por lo menos un ensayo clínico controlado (el mejor diseño para la investigación médica) que demostrara que el fármaco podría mejorar el trastorno del paciente.

Los medicamentos con más usos no contemplados son los fármacos para las enfermedades del sistema nervioso central, como el dolor crónico, y las infecciones y los problemas de oído, nariz y garganta.

El equipo observó también que el uso no contemplado de los fármacos aprobados en Canadá era mucho más común antes de 1981 que con los medicamentos más modernos.

Eguale aclaró que si un medicamento no está aprobado para una determinada enfermedad, eso no quiere decir que no dará resultado o que no es seguro para los pacientes.

Dijo que, como ocurre con los nuevos fármacos aprobados, “hay que ser cuidadosos. Si se opta por un uso no contemplado, hay que prestar atención a la seguridad del paciente”.

En un editorial sobre el estudio publicado en Archives of Internal Medicine, el doctor Patrick O’Malley precisó que es probable que la industria no solicite nuevas aprobaciones para sus productos, aunque los usos no contemplados estén aceptados, si no aumentan sus ganancias.

Obtener la aprobación de un fármaco para un enfermedad es costoso e implica mucho riesgo financiero, según explicó O’Malley, de Uniformed Services University of the Health Sciences, en Bethesda, Maryland.

El experto indicó que la infraestructura de investigación de Estados Unidos no podría evaluar si cada medicamento es apropiado para cada enfermedad conocida.

De modo que O’Malley dijo que no hay forma de saber si el 11 por ciento de los productos recetados en el nuevo estudio es una cifra muy alta o muy baja. “Los médicos deberían conocer la evidencia disponible para el tratamiento e informar a los pacientes”, señaló.

El equipo observó que los médicos que practicaban la medicina basada en la evidencia eran menos propensos a recetar productos con usos no contemplados. “Necesitamos médicos informados, pero también necesitamos pacientes informados”, sostuvo Eguale.

Una de las limitaciones del estudio es que se realizó con información de una sola provincia de Canadá. Pero O’Malley dijo sospechar que los resultados no serían distintos en Estados Unidos.

 

 

FUENTE: Archives of Internal Medicine, online 16 de abril del 2012