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Cuba: Los medicamentos salvan, pero pueden matar


Iris de Armas Padrino

Los medicamentos salvan vidas, pero también pueden matar. Para evitar los excesos y hacer buen uso del refrán popular de que “el remedio no sea peor que la enfermedad”, la medicina cubana aboga por la prevención y el uso racional de los fármacos.

Las autoridades sanitarias y los medios masivos de comunicación exhortan sobre los posibles riesgos al medicarnos sin el diagnóstico o la debida prescripción facultativa, para lo cual ya existe la sexta versión del Programa Nacional de Medicamentos del Ministerio de Salud Pública.

Es que los fármacos pueden provocar efectos indeseables o secundarios si les damos el uso inadecuado, y no por gusto su mala administración clasifica como la cuarta causa de muerte en algunos países industrializados, afirmó a la AIN el doctor Julián Pérez Peña, al frente del programa en la Isla.

La estrategia cubana controla integralmente la red nacional de distribución de productos farmacéuticos a partir de mejor organización del trabajo, así como también de las funciones de administrativos y profesionales de la salud mediante la utilización del nuevo Formulario de Medicamentos.

El propósito incluye la promoción del buen uso de los fármacos con la participación consciente y activa de quienes los producen, prescriben y dispensan, hasta el consumidor.

En esta gran responsabilidad social se incluye a los profesionales sanitarios quienes, desde la atención primaria, son los llamados a instruir a la población en aras de que conozcan el riesgo de la automedicación, con secuelas que van desde el insomnio hasta la muerte.

Promovido por la Organización Mundial de la Salud desde 1977, el Programa de Medicamentos Esenciales fundamenta el criterio de que estos productos son aquellos de eficacia, seguridad y costos aceptables, dispuestos a satisfacer las necesidades de salud de la mayoría de la población, por lo cual deberán hallarse disponibles en cantidades adecuadas.

Cuando el primer listado de medicamentos esenciales vio la luz en 1977, contenía 208 principios activos y desde entonces, la comunidad internacional los incorpora a la práctica médica con vistas a racionalizarlos.

Como ejercicio de inteligencia clínica y la mejor forma de abordar el mercado farmacéutico, Cuba se adhiere a la política de enseñar a priorizar la selección de medicamentos, observado desde la óptica preventiva para el mejoramiento de la calidad de vida de la humanidad.

Según especialistas, la vulnerabilidad de los niños y ancianos, entre los grupos de mayor riesgo, está dado por su peso y tamaño corporal, lo cual exige dosis menores.

De lo contrario, la asimilación de cantidades superiores a las permisibles puede dañar el metabolismo con efectos distorsionados, que lejos de mejorar o eliminar la enfermedad pueden contribuir a males mayores.

Por ejemplo, los sedantes para combatir el insomnio pueden producir náuseas, fatiga, confusión mental y mareos, y esos síntomas llegan a empeorarse hasta con vómitos, diarreas, palpitaciones, taquicardia y, fundamentalmente, crean adicción.

En fin, los medicamentos salvan vidas, pero cuando abusamos de ellos o no los empleamos de manera adecuada, también pueden matar.

http://www.ain.cu/2012/septiembre/27ypc-medicamentos-uso.htm