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La industria farmacéutica en México: un jugoso negocio con la salud

Eduardo Esquivel @CharritodeTicul

La industria farmacéutica en el mundo es uno de los negocios más lucrativos, donde las grandes transnacionales dominan el mercado dada la alta inversión que se necesita para la investigación y el tiempo para producir y patentar un medicamento. Cálculos de la misma industria, hablan de que para producir un medicamento se requiere de por lo menos 600 millones de dólares y 10 años de investigación, siendo los márgenes de utilidad altísimos.

La poderosa industria farmacéutica está concentrada en un puñado de empresas de países altamente desarrollados y que monopolizan más del 85 por ciento del valor de la producción mundial de fármacos, en buena parte protegido por un sistema de patentes totalmente injusto, arbitrario y fuera de control, que genera utilidades superiores a los 446 mil millones de dólares anuales.

El premio Nobel de medicina de 1993, Richard J. Roberts, en entrevista para la revista Autogestión, en mayo del 2008, manifestó que “el verdadero interés de las empresas farmacéuticas no es la producción de medicamentos para curar enfermedades, ya que no son rentables y por eso no son desarrollados, éstas, en cambio, sí desarrollan “medicamentos cronificadores que sean consumidos de forma serializada.”

La industria farmacéutica mexicana actualmente cuenta con 130 plantas, siendo una industria altamente concentrada y dominada por grandes laboratorios trasnacionales. La producción de medicamentos en el país  genera  80 mil empleos directos y 300 mil puestos de trabajo indirecto, esto la hace ser el primer polo de desarrollo de esta industria de América Latina, según cifras dadas a conocer por Rafael Gual,  presidente de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (CANIFARMA). Las empresas farmacéuticas invirtieron en el país 34 mil 198 millones de dólares en 2012.

La balanza comercial de la industria mexicana de los medicamentos es deficitaria, debido a que el 90 por ciento de los insumos son importados, señaló Dagoberto Cortés, presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos, y abundó que esto se debe a que se ha descuidado la farmoquímica, siendo que hace 20 años México no era tan deficitario en este rubro.

Los altos precios de los medicamentos en México se deben a que los laboratorios que los producen abultan sus costos de investigación y desarrollo para justificar el precio de sus sustancias, haciéndolos, de paso, inaccesibles  para muchos consumidores  en el país.

México es el segundo país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con mayor gasto en medicamentos del porcentaje del gasto total en salud, al invertir 28.3 por ciento contra 17 por ciento promedio que gastan los demás estados en este sector.

El gobierno de Felipe Calderón, en el 2008, tomó la decisión de eliminar de la legislación el requisito de planta para la importación de medicamentos, dicha ley obligaba a los laboratorios a tener una planta en el país como requisito para que estos  pudieran importar insumos y medicamentos. Lo que buscaba esta medida es que los productos que se importaban fueran de calidad y no representaran  riesgos sanitarios; la medida que tomó el gobierno federal para cambiar la ley  tiene como objetivo principal que se puedan comprar medicinas en el mercado internacional a mejores costos. La medida hasta el momento no ha impactado en los precios al consumidor en el mercado mexicano y algunos analistas creen que esta medida en efecto traerá consecuencias en lo referente a la inversión extranjera directa, al  no pedirle al inversionista requisitos de planta para poder vender en el país.

La adquisición de medicamentos por parte de las diferentes instituciones del gobierno mexicano ha sido motivo de sospechas de corrupción en contratos de compra y suministro de los insumos necesarios para atención a la salud.  En octubre de  2010 quedó al descubierto un supuesto caso de corrupción, cuando se dio a conocer una llamada entre un empleado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y del en ese entonces director del Laboratorio Novartis, Rafael Castro. En la llamada telefónica un empleado no identificado del IMSS le informa a Rafael Castro, que el 11 de noviembre de ese año, el instituto publicaría una licitación para comprar medicamentos por 80 millones de pesos. Ambos negociarían una comisión de 4 por ciento o 5 por ciento por la licitación, este caso quedó en el olvido y no se hizo la debida investigación para deslindar responsabilidades.

La distribución de los medicamentos en México también está altamente concentrada, ya que dos empresas monopolizan este negocio, una de ellas es Grupo Casa Saba, de la familia Saba, que controla el 31 por ciento del mercado, y la otra es Casa Nadro, que comanda Pablo Escandón Cussi, esta última controla el 23 por ciento de la distribución de medicamentos. Para Eduardo Pérez Motta, director de la Comisión Federal de Competencia (Cofeco), cualquier monopolio afecta al consumidor, porque imponen los precios que ellos quieren, y casi siempre están a la alza. Desde el 2006, ha habido especial atención en esta monopolización que encarece las medicinas.

Como dato curioso, en 2006, Grupo Casa Saba fue objeto de duros cuestionamientos sobre su participación dominante en la distribución de medicamentos por parte de Televisa de Emilio Azcárraga y TV Azteca de Ricardo Salinas Pliego, lo anecdótico del caso, es que este repentino interés del duopolio televisivo en la distribución de medicamentos se da exactamente cuando se hace público que la familia Sada estaba interesada en entrar al negocio de la televisión y quería licitar para la tercera cadena nacional de esa industria y había firmado un contrato con Telemundo.

La distribución y surtido de medicamentos en el IMSS, lo realiza casi en su totalidad Grupo Farmacéutico Especializado, de José Antonio Pérez; de acuerdo con información de la Auditoria Superior de la Federación (ASF), entre 2004 y 2006, el IMSS pactó con tres empresas el sesenta por ciento de sus adquisiciones de medicamentos e insumos, cuyo monto fue de de poco más de 14 mil millones de pesos. Dos de esas empresas, Fármacos Especializados y Selecciones Médicas, forman parte del corporativo de José Antonio Pérez.

En febrero de 2009 el Instituto de Seguridad  y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado ISSSTE adjudicó un contrato abierto hasta por 3 mil 220 millones de pesos a la Empresa Fármacos Especializados, para hacerse cargo de la administración y operación de la cadena de suministros de medicamentos  y materiales de curación para las 794 unidades del organismo durante el periodo 2009 al 2012. En dicha licitación había muchas sospechas de irregularidades y favoritismo a la empresa ganadora, de parte de las autoridades, por lo que fue impugnada por los competidores de la misma, sin trascendencia alguna.

El desabasto de medicamentos  en el ISSSTE también es un excelente negocio para el consorcio  Fármacos Especializados, ya que esta empresa también es beneficiario del programa Medicamentos Express (Medex), dicho programa permite a sus derechohabientes abastecerse en farmacias privadas cuando no hay el producto en la Institución; la empresa de José Antonio Pérez, ha sido beneficiada con más de 3 millones y medio de cupones del programa de abasto, según reconoció el entonces director del instituto Jesús Villalobos López, durante su comparecencia en la Cámara de Diputados, en julio de 2011.

Para este año, el IMSS busca consolidar sus compras de medicamento con otras dependencias, como el ISSSTE y Pemex, buscando obtener mejores precios, aseguró su director José Antonio González Anaya. El presupuesto que se tiene para este 2013 por parte del Instituto es de más de 44 mil millones y gran parte estarán destinados a la compra de medicamento y material quirúrgico, siendo sus tres más importantes proveedores este año, Grupo Farmacéuticos Especializados, Farmacéuticos Maypo y la estadounidense Baxter, que dirige en México Victor Pedroza.

El gobierno mexicano tiene la obligación de frenar los excesivos costos en los medicamentos que se tienen actualmente, pugnar por una mejor regulación en lo referente a las importaciones y las cadenas de distribución de estos así como frenar la corrupción que impera en esta industria. En el país actualmente hay más de 10 millones de personas que padecen diabetes, enfermedad crónica incurable, solamente controlable, lo que le hace un padecimiento muy costoso para los sistemas de salud gubernamentales y para los pacientes que no están con un sistema de seguridad en salud; por ello se hace necesario que las autoridades responsables de la salud dediquen más presupuesto a la prevención de la obesidad y el sobrepeso, causantes, en la mayoría de los casos, de la aparición de diabetes tipo II y enfermedades cardíacas en los mexicanos, dos de los padecimientos que más decesos causan actualmente.