Bacterias psicobióticas podrían curar enfermedades mentales
Científicos del departamento de psiquiatría de la Universidad de Cork en la República de Irlanda, publicaron los resultados de una investigación en la revista Society of Biological Psychiatry, donde revelan que la manipulación de los psicobióticos puede mejorar pacientes afectados con depresión, ansiedad, síndrome de fatiga crónica, entre otras dolencias.
El término “psicobiótico” fue acuñado este año por el científico Ted Dinan y sus colegas del departamento de psiquiatría. Su definición precisa que es “un organismo vivo que al ser ingerido en cantidades adecuadas produce un beneficio en la salud de pacientes que sufren enfermedades psiquiátricas”.
Estudios científicos han establecido que infecciones con microorganismos pueden estar detrás de diversos desórdenes psiquiátricos. La sífilis, por ejemplo, causada por la bacteria Treponema pallidum, puede desencadenar demencia.
El estudio de Dinan revela que manipulando la microbioma humana con compuestos semejantes a los probióticos podrían llegar a producir mejorías en las personas afectadas por estas alteraciones.
Dinan y su equipo han realizado diversas pruebas, fundamentalmente en ratas y ratones, que han demostrado que el uso de probióticos en los animales “era capaz de reducir la ansiedad en forma significativa”.
El científico también descubrió que estos probióticos, o psicobióticos, “secretan altas cantidades de GABA” (ácido gamma-aminobutírico), un aminoácido que actúa como principal neurotransmisor inhibitorio del cerebro.
Con respecto a realizar la investigación en humanos, Dinan dijo que “están por comenzar estudios en pacientes con depresión y ansiedad”. Junto a su equipo, en los próximos dos a tres meses iniciará experimentos con las bacterias secretoras de GABA.
La investigación tendrá una duración de entre 12 y 18 meses, el científico espera que los resultados estén disponibles dentro de unos dos años. Si son favorables, es posible que en poco tiempo algún producto basado en sus experiencias esté disponible en farmacias o hasta tiendas de productos alimentarios.
Sin embargo los experimentos de Dinan y su equipo con ratas y ratones, se realiza los primeros días o semanas de vida del animal, y eso puede ser algo decisivo en su eficacia.
Se ha demostrado que ciertas condiciones asociadas a la microbioma y que se adquieren en la niñez sólo pueden modificarse si ésta se equilibra en una edad temprana, y que una intervención en la adultez puede no dar resultado.
Alex Khoruts, de la Universidad de Minnesota, quien estudia los efectos sobre la salud de las intervenciones sobre la microbioma, lo explica con un ejemplo de otro trabajo que se hizo en ratones en los que se indujo una condición equiparable al autismo.
“Se intentó tratarlos con una terapia microbiana y se vio que si se modificaba la microbioma de los animales durante una edad temprana, cambiaba su comportamiento, pero en la adultez, si los microbios se reestablecían, la microbioma se normalizaba, pero los ratones seguían siendo solitarios” es decir que mantenían esa suerte de autismo, dijo Khoruts.