BUENOS AIRES: Un proyecto de ley busca frenar la modalidad “evergreening”, que permite que los laboratorios estiren las patentes de sus fármacos hasta 20 años. La iniciativa modifica la ley de Patentes actual, para permitir el desarrollo de los genéricos. Este artilugio legal genera en todo el mundo un aumento del gasto en materia de salud.
En el mundo farmacéutico, el concepto “evergreening” habla de la forma que los laboratorios logran estirar de forma irregular las patentes de sus medicamentos. Con ligeros retoques, patentan viejas moléculas como nuevas, y así logran la exclusividad de los productos por 20 años, lo que genera gastos en materia de cobertura, y evita la competencia de las versiones genéricas. Esta práctica se da en todo el mundo, ya que pese a las críticas sigue siendo legal. Por eso, en muchos países buscan aprobar leyes que limite esta maniobra. En la Argentina, una diputada nacional puso el “evergreening” en la mira, con un proyecto que busca reformar la ley de patentes actualmente vigente. Además, la reforma busca crear mecanismos más seguros en materia de aprobación de fármacos nuevos.
El proyecto contra el “evergreening” fue presentado por la diputada nacional Alicia Ciciliani, que busca reformar la ley 24.481, que legisla todo lo relacionado con patentes en el país, incluidas las de medicamentos. La legisladora de Santa Fe busca “poner límites” a una serie de prácticas y mecanismos dentro del “evergreening”, por los cuales “los laboratorios han logrado extender los 20 años iniciales del derecho a la exclusividad de la producción y la comercialización de los productos patentados”.
“Claramente con las prácticas actuales el beneficio del interés privado redunda en un perjuicio para la población, y por ello con esta modificación sería posible acercar los medicamentos adecuados a quien más los necesite y a un costo razonable”, dijo Ciciliani. La diputada recordó que “existiría la posibilidad de que laboratorios públicos produzcan medicinas que hasta ahora por su patentamiento son exclusividad de empresas privadas y que por pequeñas modificaciones que realizan les permiten prorrogar esa exclusividad de manera recurrente”.
La idea de frenar esta práctica busca también mejorar la accesibilidad de la población a los medicamentos, a través del fomento de las versiones genéricas. Para esto, se establecerán “criterios más estrictos y rigurosos” para el otorgamiento de patentes, cuya tarea es de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).
El “evergreening” suele ser utilizado por las grandes farmacéuticas…
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para frenar las versiones genéricas de algunos medicamentos. Uno de los efectos concretos de esta maniobra es el aumento de los costos en los sistemas sanitarios, que deben pagar más por los fármacos. Este año, un estudio realizado en Suiza alertó sobre este tema. Analizando sólo ocho fármacos blindados con patentes menores, calculan que el sistema nacional de salud de ese país se habría ahorrado 14,4 millones de euros entre 2000 y 2008 si se hubieran sustituido por medicamentos genéricos.
Esta cifra supone un 8,4 por ciento del total gastado en la región sólo en estos ocho fármacos, que incluyen la levocetirizina (un antihistamínico contra la alergia), el escitalopram (un antidepresivo), el esomeprazol (un protector del estómago) y la pregabalina (un anticonvulsivo).
Sólo han estudiado ocho casos, pero en revistas como el British Medical Journal se pueden consultar listas que incluyen medicamentos de todas las grandes farmacéuticas, como Pfizer, Merck, Sanofi Aventis, Lilly, Novartis, Astrazeneca y Glaxo. La estrategia es exitosa. Pese al auge de los medicamentos genéricos, el número de pacientes de la región de Ginebra que recibió un medicamento de marca o modificado mediante el “evergreening” aumentó desde casi 57.000 en 2001 a 131.000 en 2008.
En la década de los 90 la implementación de la protección de la propiedad intelectual sobre los medicamentos, conocida como “ley de Patentes”, acarreó en todo el mundo graves consecuencias para las poblaciones más pobres que quedaron expuestas a grandes epidemias por los altos costos de los medicamentos esenciales para su curación. Ello motivó la Declaración de Doha de 2001 que permitió a los países adoptar las medidas necesarias para proteger la salud pública y la nutrición de la población al formular o modificar sus leyes y reglamentos.
En Argentina, la ley 24.481, de Patentes de Invención y Modelos de Utilidad, otorgó protección a las invenciones de productos y procedimientos farmacéuticos, lo que significa que el laboratorio dueño de la patente tiene derecho a la exclusividad de la producción y la comercialización de los mismos durante 20 años, pudiendo asimismo, si no hay un mecanismo de control, fijar los precios de los medicamentos protegidos.