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Integrar todas las medicinas que ofrezcan pruebas de eficacia y seguridad

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El Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), órgano de representación de los estudiantes de medicina de España, ha publicado su “Posicionamiento contra las Terapias Alternativas sin Evidencia Científica”. Lo he leído y lo primero que me llama la atención es que es un posicionamiento contra algo que NO se cita. Por increíble que parezca, en el documento NO se nombra ni una sola “terapia alternativa” contra la que el CEEM se manifiesta. Un documento así de “orwelliano” no debería ser noticia por tan grave carencia pero como me han pedido en Radio Nacional de España (RNE) que lo comente, aquí van mis reflexiones.

 

En su primera parte el texto del CEEM alaba la denominada Medicina Basada en la Evidencia (MBE), concepto que responde a una realidad similar a la del concepto democracia, que tantas veces citamos como el menos malo de los sistemas políticos (en nuestra sociedad estamos mayoritariamente a su favor pero reconocemos enormes carencias).

Vaya por delante pues que estoy a favor de la MBE por sensata y por lo general eficaz cuando se desarrolla con rigor. Eso sí, NO me parece muy riguroso alabarla cuasi religiosamente en un documento sin mencionar la más mínima crítica hacia ella. Flaco favor se hace a la misma pues la MBE es utilizada de manera sistemática por los diferentes intereses industriales que han visto en ella el mejor elemento de marketing de sus productos.

Vaya también por delante que no soy especialista en las medicinas que se critican (ni en ninguna otra, sólo soy periodista).

No me queda claro este párrafo:

Medicinas no científicas, mal llamadas medicinas alternativas o medicinas naturales, son los diversos procedimientos empleados con el fin de curar a las personas, que no pertenecen al campo de la medicina convencional y que carecen de denominador común, excepto la falta de evidencias científicas de su eficacia y el hecho de que suelen estar basado en premisas que contradicen el conocimiento científico actual”.

No me aclaro. En un documento así habría que explicar qué es “convencional” y qué “alternativo” porque también existen médicos “convencionales”, que supongo que son aquellos que están licenciados en Medicina y han pasado todos los estadios formativos hasta ejercer, que practican “medicina naturista” -se centran en prevenir con las menores intervenciones y más “naturales” posibles más que en tratar síntomas, por ejemplo. O a lo mejor es que la Medicina Naturista sí es convencional y lo que se critica es otra cosa, no sé.

Dichas medicinas alternativas suponen un problema de salud, ya que no se lo ofrece al paciente el tratamiento con más evidencias científicas en el momento actual sino que se le ofrecen en su lugar medicinas sin estas evidencias con posibles efectos secundarios no conocidos”.

Salvo que tratemos de verdaderos fraudes sanitarios que son un peligro de salud pública, las medicinas que intuyo que critica de manera velada el CEEM suelen tener pocos o ningún efecto secundario. No podemos olvidar en este punto que los sistemas sanitarios convencionales se han convertido en una de las primeras causas de muerte en los países industrializados. Sufrimos una epidemia de iatogenia que es un problema sanitario de primer orden.

Dice también el texto que comento que la profesión médica está regulada por una serie de normas éticas y morales recogidas en el Codigo Deontológico. Sí y Farmaindustria tiene otro Código Deontológico de relaciones con los médicos. En serio ¿creéis que se cumplen con cierto grado de rigor? Documento en mi libro Laboratorio de médicos que NO.

No son éticas las prácticas inspiradas en el charlatanismo, las carentes de base científica y que prometen a los enfermos la curación, los procedimientos ilusorios o insuficientemente probados que se proponen como eficaces (…)”.

Estamos de acuerdo. A mí la frase me trae imágenes a la cabeza en las que veo comidas de visitadores médicos con galenos; receta de medicamentos fuera de indicación; fármacos poco probados de los que se desconoce su efectividad y con graves fallos de seguridad, vacuna del papiloma, por ejemplo?

consentimiento informado, indispensable para la realización de cualquier acto médico”.

Totalmente de acuerdo. ¿Conocéis a muchas personas que haya firmado dicho consentimiento antes de que le pongan alguna vacuna?

En suma, evidencia científica o medicina basada en pruebas sí, claro, aunque resulte tan incómoda a veces (mamografías, vacuna de la gripe…). Y estudiar estos asuntos con una mente más abierta e inclusiva también.

Yo deseo que llegue el día que en vez de dividir la Medicina y defender religiosamente un modelo y denigrar sin citar si quiera lo básico otro, se produzca una integración entre lo que ha demostrado eficacia y seguridad de un modelo y de otro. Es lo que demandan las personas cuando les falta la salud, de ahí el auge de otros modos de entender la medicina.

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