Entre ellas, uno de los aspectos más controvertidos han sido las nuevas guías de colesterol elaboradas por la AHA y por el American College of Cardiology y en las que existe un importante cambio de paradigma: se abandonan los objetivos de tratamiento, y, por lo tanto, la estrategia se basa en una estratificación del riesgo según una nueva ecuación presentada en las nuevas Guías de Valoración del Riesgo Cardiovascular.
Según los valores obtenidos a partir de esta ecuación, se tratará al grupo de pacientes con diferente intensidad terapéutica de estatinas.
“Uno de los temas que ha suscitado más debates es la aplicación de estas guías, ya que hasta ahora, la recomendación existente era la de prescribir estatinas para controlar el colesterol siempre que sus niveles fueran considerados elevados (colesterol LDL superior a 130 mg/dL en prevención primaria, a 100 mg/dL en pacientes de riesgo elevado, y 75mg/dL en pacientes de muy alto riesgo cardiovascular). Ahora, en cambio, estas guías no fijan un objetivo concreto en la reducción de estas cifras, sino que proponen que la prescripción de estatinas dependa del riesgo cardiovascular del paciente, calculado a partir de una nueva ecuación del riesgo cardiovascular”, destaca Xavier García–Moll, miembro de la SEC y del Servicio de Cardiología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau.
Algunos expertos epidemiólogos han calculado que este cambio puede provocar una aumento de entre un 75 y un 150 por ciento en la población americana que deberá tratarse con estatinas.
“Cabe destacar que estas guías no afectarán, al menos por el momento, el tratamiento de la hipercolesterolemia en nuestro país, ya que las poblaciones sobre las que se ha realizado la ecuación que estratifica el riesgo son norteamericanas y se ha validado en poblaciones de Centroeuropa y norte de Europa”, matiza García-Moll.
Además, el experto puntualiza que en Europa están en vigor las guías elaboradas por la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), que están centradas en la reducción de los niveles de colesterol.