Desde hace unos años, en varios países del mundo médicos y farmacéuticos cuestionan la entrega de muestras gratuitas de medicamentos, por considerarlos una presión por parte de las farmacéuticas, una forma de buscar influir a la hora de recetar un tratamiento. Incluso se comenzaron campañas para intentar regular la distribución de las muestras, regulando su entrega. Desde hace un tiempo en la Argentina algunos especialistas analizan esta situación, y son cada vez más las voces que protestas contra estas entregas gratis. En estos días, mientras se discute por el precio de los fármacos, comenzaron a sumarse las voces para limitar las entregas. Además, un trabajo alerta que las muestras de medicamentos con fuente de intoxicaciones en niños.
Las campañas contra las muestras comenzaron en algunos países europeos, y fue llamada “¿Muestras gratis? No, gracias”. En la Argentina, Alfredo Zurita, profesor titular de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) explicó que “la muestra gratis es el mecanismo de publicidad primario de la industria sobre la profesión”, por lo que la iniciativa “no, gracias”, de médicos de países desarrollados “tiende a contrarrestarla”, pues estos médicos no aceptan muestras gratis.
“El movimiento no tiene aún inserción en Argentina y demás países del tercer mundo, y aunque cuenta con el aval de algunos prestigiosos farmacólogos, es una gota de agua frente a la enorme presión publicitaria de la industria farmacéutica, que puede incluir, además de muestras gratis, apoyo a congresos médicos, viajes y pagos por colaborar en la prueba de nuevos medicamentos, así como su difusión publicitaria posterior”, explicó Zurita en una nota de opinión publicada en el portal Data Chaco.
“Al comenzar a ejercer (el médico) será asediado por el visitador médico, un personaje que valija en mano, compite en la sala de espera con los pacientes, y reparte muestras gratis, un poco al estilo de las degustadoras de los súper que le dan a uno un trocito de salame, o queso, para animarle a uno a comprar el producto, aunque en este caso no será el médico quien pruebe la muestra gratis, sino sus pacientes, y si parece funcionar el médico comenzará a recetarla”, recordó en tono irónico el especialista.
Para explicar se preocupación, Zurita recordó que en sus comienzos “solía pedir a los visitadores los papers adicionales a sus cartulinas de publicidad, de tipografía muy cuidada, y en general me los traían en visitas posteriores, aunque con algo de sorpresa, pues son largos documentos en inglés, con pruebas estadísticas complejas, que la cartulina publicitaria sintetiza en pocas frases, y con mucha foto artística de apoyo, que muestra ancianos felices, niños sonrientes, etc., como resultado de tomar el medicamento en cuestión”.
“En forma general podría decirse que muchas personas toman medicamentos que no necesitan, o muy poco, y muchas personas no toman medicamentos que necesitan bastante, y cómo mejorar esto es un problema difícil de resolver en casi todo el mundo al tratarse de un negocio de empresas, cuyos accionistas esperan ganancias, y no mejoras de la salud de la población mundial. Como puede verse al inicio de la película crítica hacia el sistema de salud de Estados Unidos, Sicko, las empresas farmacéuticas son generosas con los legisladores, y la prensa dice que lo mismo ocurre aquí con los partidos políticos, para gastos de campaña, donde por las dudas les dan a todos”, describió el profesional.
Hace un tiempo, la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) realizó la experiencia NODOLEM, donde distribuyó supuestas muestras gratis en la vía pública, una muestra del comportamiento de las personas en materia de estos fármacos. El estudio final de la entidad demostró que el 95 por ciento de las personas que recibe un remedio en forma gratuita en la vía pública no pregunta su procedencia, mientras que el 100 por ciento no consulta sobre su acción, dosificación, efectos adversos ni laboratorio fabricante.
Además, las muestras gratis no son sólo un problema en materia de publicidad, sino que pueden convertirse en fuente de intoxicación. En Estados Unidos, un estudio publicado en la revista Pediatrics, examinó datos de 10.295 niños y adolescentes de la Encuesta de panel de gastos médicos de 2004. Los investigadores encontraron que uno de cada veinte niños estadounidenses recibieron muestras gratis de medicamentos en 2004. Y entre los que tomaron al menos un medicamento recetado ese año, casi uno de cada diez recibió muestras gratis.
Esto es preocupante, ya que los investigadores también encontraron que algunas de las muestras más frecuentemente distribuidas podrían “no ser seguras”. En eeste sentido, la FDA “identificó que cuatro de las quince muestras más frecuentemente distribuidas en 2004 tenían nuevas inquietudes significativas de seguridad, lo que incluía advertencias de recuadro negro o revisiones significativas de las advertencias existentes”.