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EEUU: Demandan condados a farmacéuticas por supuesta campaña engañosa

Tomada de LA Times | El procurador de Orange, Tony Rackauckas,
Tomada de LA Times | El procurador de Orange, Tony Rackauckas,

Los Ángeles— Dos condados de California demandaron ayer a cinco de los más grandes fabricantes de medicamentos, acusando a las compañías de ocasionar la epidemia de fármacos recetados por medio de una “campaña engañosa” dirigida a aumentar las ventas de potentes analgésicos como la oxicodona.

Los funcionarios de los condados Orange y Santa Clara –ambos afectados por muertes ocasionadas por sobredosis, visitas a salas de emergencia y escalonados costos médicos asociados con las medicinas recetadas– argumentan que las farmacéuticas violaron las leyes californianas contra de la publicidad falsa, prácticas injustas empresariales y alteración del orden público.

En un lenguaje avasallador reminiscente del ataque legal en contra de la industria tabacalera, la demanda estipula que la compañías farmacéuticas han amasado ganancias sin precedentes manipulando a doctores haciéndoles creer que los beneficios de los analgésicos sobrepasaban a los riesgos de los mismos, a pesar “de una gran cantidad de evidencia que dice todo lo contrario”. La iniciativa “abrió las compuertas” a este tipo de medicamentos y “el resultado ha sido catastrófico”, según argumenta la demanda.

En la denuncia se acusa a las compañías de instar a pacientes, incluyendo excombatientes asegurados y adultos mayores, a pedir a sus doctores dichos analgésicos para tratar malestares comunes como dolores de cabeza, artritis y dolor de espalda.

La desenfrenada proliferación de recetar dichas medicinas creó “una población de adictos” y desencadenó un resurgimiento en el uso de la heroína, la cual produce una estimulación similar a la de estos analgésicos opiáceos, pero que es más barata, según la demanda.

En el condado de Orange, donde según la demanda, se registra una muerte relacionada al abuso de analgésicos casi todos los días, el procurador, Tony Rackauckas, dijo haber decidido atender el caso “como un asunto de protección pública”.

La meta principal, según dijo Rackauckas en entrevista, es “poner un alto a las mentiras sobre lo que hacen estos medicamentos.”

La demanda, compuesta de100 páginas, presentada en nombre del estado, busca compensación por los supuestos daños ocasionados por los medicamentos, así como también una orden de la corte que obligue a las compañías a renunciar a los ingresos generados en base a la campaña de mercadotecnia impugnada.

La demanda hace mención de Actavis, Endo Health Solutions Inc., Janssen Pharmaceuticals de Johnson & Johnson, Purdue Pharma y Cephalon Inc. de Teva Pharmaceutical Industries.

“Nosotros estamos comprometidos con hacer promoción responsable, recomendando el uso de todos nuestros medicamentos”, según dijo Robyn Reed Frenze, una portavoz de Janssen Pharmaceuticals. Frenze señaló que su compañía estaba revisando el caso, por lo que no podía hacer más comentarios.

Los representantes de otras farmacéuticas se rehusaron a hacer comentarios o no estuvieron disponibles la tarde del miércoles.

Robert Fellmeth, un profesor de la Escuela de Leyes de la Universidad de San Diego y ex procurador asistente, dijo esperar que los fabricantes impugnen la autoridad que tienen los condados sobre los medicamentos regulados por la federación.

Pero Fellmeth, quien fungió como testigo experto en el litigio del tabaco y ayudó a redactar la ley en contra de prácticas injustas empresariales, dijo que éste es el tipo de caso para el cual fue precisamente diseñado el estatuto.

“California está sufriendo de manera desproporcionada por este problema, así que resulta apropiado que el estado imponga su autoridad”, dijo.

Hace veinte años, la industria farmacéutica estaba limitada por un pequeño mercado debido al temor a caer en la adicción, mantenido por muchos años, que disuadía a los doctores de recetar fuertes analgésicos para cualquier otra cosa que no fuera dolor ocasionado por un cáncer o para aliviar el sufrimiento de las personas al morir. Para expandir su mercado, las compañías farmacéuticas se enfrascaron en una campaña deshonesta con la cual “reeducaron” a los médicos y revolucionaron el tratamiento del dolor asociado con una variedad más amplia de malestares, según lo estipula la demanda.

Todos los analgésicos fueron aprobados por la Administración de Alimentos y Medicinas de Estados Unidos (FDA). Tales aprobaciones controlan firmemente lo que las compañías pueden decir sobre los medicamentos que venden, y requieren que las etiquetas de los productos individuales porten advertencias sobre la adicción y otros efectos secundarios.

Los condados alegan en la demanda que las farmacéuticas promocionaron ampliamente que toda la categoría de estupefacientes para el dolor era más segura de lo que es. La campaña mercadotécnica prometió beneficios no probados –como mejoría en el sueño y en la calidad de vida– que llegaron más allá de las aseveraciones que la FDA permitía a las compañías hacer al promover fármacos específicos, se señala en la demanda.

Las farmacéuticas emplearon tácticas similares a las usadas por la industria tabaquera a fin de “ocultar su mercadotecnia engañosa y comportamiento conspirador”, se indica en la demanda.

Una de tales tácticas era el uso de médicos prominentes –conocidos en el interior de las compañías como “líderes claves de opinión”– a efecto de divulgar el mensaje entre sus colegas, se alega. Los fabricantes de medicinas presuntamente reclutaron y pagaron a dichos doctores para dar discursos y escribir artículos.

Otra estratagema de mercadotecnia consistía en crear y cooptar organizaciones activistas y sociedades de especialidades médicas, se dice en la demanda. Las compañías recurrieron a estos grupos pantalla a fin de promover los estupefacientes para el dolor y redactar lineamientos sobre el tratamiento que ampliaban el mercado”, se asegura.

“La mercadotecnia de las farmacéuticas y no –algún avance medico– fue lo que racionalizó recetar opioides para dolores crónicos y abrió la puerta para el uso y abuso de los opioides”, se sostiene en la demanda.

Los sedantes están relacionados con más de 16 mil muertes al año y son responsables por el hecho de que las sobredosis fatales rebasen a los accidentes viales como la mayor causa de decesos en Estados Unidos.

No se trata de la primera ocasión en que las farmacéuticas han sido acusadas de promover en forma fraudulenta los analgésicos estupefacientes. En el 2007, Purdue accedió a pagar 635 millones de dólares para resolver cargos penales y civiles presentados por el gobierno federal y varios estados por haber minimizado los riesgos de adicción a la oxicodona con el propósito de persuadir a los médicos a recetarla.