España: Fármacos caducados, convertidos en cemento
El director general de Sigre, Juan Carlos Mampaso, asegura que la última tendencia es convertir en combustible los desechos. Y los medicamentos no iban a ser menos. Al final del proceso, terminan transformados en cemento.
¿Cómo es el proceso?
Convertimos los medicamentos en combustible para la producción de energía eléctrica, lo que se denomina valorización energética. En la propia planta que tenemos en Valladolid se tritura el medicamento, se le deja en un tamaño adecuado, y después se le echa algún componente para que aguante la humedad o su resistencia al calor. Más tarde, llevamos este material manipulado a cementeras.
¿Por qué a cementeras?
Las cementeras nos dan más confianza en cuanto emisión de contaminantes. Para la fabricación del cemento, con su componente principal que es el clínker, las materias que nosotros incorporamos se adaptan fácilmente al proceso y, además, no produce cenizas. La emisión de gases de efecto invernadero es mínima. Es un tratamiento innovador.
¿Queda algún residuo?
Inevitablemente. Hay estudios que demuestran que una vez que ingieres medicamentos, éstos no se descomponen por completo en el organismo. Así, a través de la orina y de las heces estos residuos terminan contaminando.
¿Cómo se puede evitar?
En la actualidad se está desarrollando lo que se denomina la «greenfarma». Desde Sigre, la postura de apoyo es clara, somos el brazo armado medioambiental de la industria.
El medicamento ya tratado, triturado y con un tamaño adecuado se traslada a cementeras

La ciudadanía es la mejor aliada para que funcione Sigre, una entidad sin ánimo de lucro que recoge envases y restos de medicamentos domésticos para su reciclaje, a través de los denominados «puntos sigre» ubicados en las farmacias. Director general de Sigre. La ciudadanía es la mejor aliada para que funcione Sigre, una entidad sin ánimo de lucro que recoge envases y restos de medicamentos domésticos para su reciclaje, a través de los denominados «puntos sigre» ubicados en las farmacias.
lourdes jiménez | valencia Sigre nació hace más de una década fruto del acuerdo a tres bandas de los laboratorios de medicamentos, los colegios farmacéuticos y las empresas distribuidoras. Al año, se invierte en esta gestión un total de 8,5 millones de euros. Cuentan con más de 21.000 farmacias colaboradoras, alrededor de 280 laboratorios y cerca de 150 almacenamientos de distribución. En total, llegan a reciclar unos 80 gramos por persona entre el peso de los envases y los restos de medicamentos. Según estos cálculos, en la Comunitat Valenciana, Sigre recicla cerca 400 millones de gramos de medicamentos.
¿Por qué nace Sigre?
Sigre nace en el año 2001 con el objetivo de hacerse cargo de los envases de los medicamento, por una ley que decía que los fabricantes de un producto debían responsabilizarse. Fue cuando nació también Ecoembes o Ecovidrio. Pero nosotros fuimos más allá, y nos hicimos cargo también de los restos de medicamentos domésticos caducados o sobrantes, para evitar la contaminación.
¿A dónde van los medicamentos?
Nosotros recogemos todos los envases y restos de medicamentos de los denominados «puntos sigre», ubicados en cada uno de las más de 21.000 farmacias colaboradoras. De ahí, se trasladan hasta Tudela (Valladolid), donde está la planta de tratamiento y reciclaje. Por un lado, recuperamos hasta el 60% de los envases, como el cartón o el vidrio de los jarabes. Por otro lado, trabajamos cautelosamente en el reciclaje del medicamento.
¿Se reutilizan?
No, según directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), está prohibido reciclar o donar medicamentos de un paciente a otro, por lo que no podemos llevarlos tampoco al Tercer Mundo. Lo que hacemos es destruirlos y convertirlos en combustible.
¿Qué pasaría si no se trataran así los medicamentos?
Antes la gente tenía costumbre no sólo de tirarlos a la basura, sino de deshacerse de ellos por el inodoro y el desague. El mayor problema sería que el medicamentos acabase en la red de saneamiento. A veces, las depuradoras de agua no son capaces de filtrar principios activos, por lo que el medicamento puede acabar en nuestros ríos, contaminando la fauna piscícola. En los exámenes que se han hecho hasta ahora, aparecen trazas o partes por millón de medicamentos en el agua de los ríos.
¿Ahora los ciudadanos están más concienciados?
Sin duda. Los ciudadanos son nuestros aliados para que este sistema funcione. Desde que nacimos, siempre contamos con la colaboración ciudadana. Ellos son los que deben depositar los medicamentos. Según los últimos sondeos, un 81% de la población española es consciente de que tirar medicamentos por el desagüe es muy contaminante.
¿Aumenta entonces el volumen de reciclaje?
Nuestro volumen de reciclaje siempre va en aumento, porque la concienciación va también en aumento. Sin embargo, en estos años de crisis, con la contención del gasto, el copago farmacéutico y este aumento de responsabilidad en el consumo, nuestras cifras de reciclaje no están creciendo mucho, sino que simplemente se están manteniendo.
¿Cómo puede incidir Sigre para que el consumo sea más responsable?
Por una lado, llevamos a cabo una parte de consejos y recomendaciones; por otro, tenemos un apartado de Educación. En éste punto, hemos desarrollado «Sigrelandia», una web educativa que recrea una ciudad virtual, en la que los chavales recorren el ciclo de vida del medicamento y aprenden la importancia de hacer un uso responsable del mismo, tanto desde el punto de vista sanitario como medioambiental. También acabamos de sacar el cuarto catálogo de medidas de prevención, para que el diseño de los envases y medicamentos sean menos contaminantes.