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Argentina: Buscan modificar la Ley de Genéricos para evitar incluir marcas en las recetas médicas

La norma, sancionada en 2002, dispone que los profesionales deben expresar el nombre genérico de la droga en sus prescripciones, aunque pueden sugerir un nombre comercial. Un proyecto presentado en la Cámara de Diputados busca poner fin a esta posibilidad

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Durante unas jornadas dedicadas a la Ley 25.649 de Prescripción de Medicamentos por su Nombre Genérico (conocida como “Ley de Genéricos”) organizadas por la Cámara baja la semana pasada, la diputada del Frente para la Victoria Gloria Bidegain presentó oficialmente su proyecto de ley para introducir modificaciones a la normativa con el fin de eliminar toda sugerencia de marcas comerciales de medicamentos en la prescripción médica.

La ley fue sancionada en 2002 y apuntaba a reducir los precios de los medicamentos tras la debacle económica de fines de 2001. El entonces ministro de Salud Ginés García ratificó la norma mediante un decreto.

En el artículo 2°, la norma expresa de forma explícita la obligación del profesional médico de incluir en la receta el nombre genérico de la droga, aunque al mismo tiempo añade que la prescripción “podrá indicar además del nombre genérico el nombre o marca comercial”.

El proyecto impulsado por Bidegain busca precisamente anular toda mención de nombres comerciales de medicamentos para que las prescripciones solamente incluyan solo el “nombre genérico o su denominación común internacional” de los fármacos, según informó hoy el diario Tiempo Argentino.

La diputada destacó que la modificación que propuso tiene como objetivo promover la libertad de elección en los pacientes a la hora de adquirir los medicamentos. Sostuvo además que siete de cada 10 reclamos que hoy recibe están relacionados al incumplimiento de la normativa.

Asimismo, añadió que la ley “ha perdido estímulo en los últimos años, debido al incumplimiento de sus términos por parte de diferentes actores de la cadena de salud”. En este sentido, el rector de la universidad iSalud, Rubén Torres, quien se desempeñó como superintendente de Servicios de Salud entre 2002 y 2006, señaló que en los primeros años y hasta fines de 2006, la norma se cumplió al pie de la letra.

Jorge Rachid, del Laboratorio de las Fuerzas Armadas, afirmó que la modificación propuesta por Bidegain “viene a reparar en el mejor de los casos, un error histórico, y en el peor, una concesión”, ya que “el artículo 2° de la ley es lo que justamente tergiversó su propio espíritu, donde por un lado se obliga la prescripción por monodroga, pero por otro posibilita agregar el nombre fantasía”.

Asimismo, señaló la variación en los precios de los distintos fármacos y resaltó que “no se explica cómo en muchos medicamentos se observan precios que llegan a ser 800 o 900 veces superior que en su producción pública”.

Especialistas del sector indicaron que el cumplimiento de la Ley de Genéricos debería impulsar la baja en los precios de los medicamentos, una fuente de conflicto entre los laboratorios y el Gobierno.

De acuerdo con la Defensoría del Pueblo para la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires, los remedios se encarecieron entre 35% y 40% desde diciembre pasado hasta hoy. El alza en los precios, según se apuntó en la jornada, impulsó a repensar la normativa e introducir las modificaciones expresadas en el proyecto de Bidegain.

En este sentido, el diputado Gastón Harispe remarcó que “este sistema privilegia la enfermedad”, a la vez que destacó “la imperiosa necesidad de avanzar en estas medidas que apunten a regular precios, donde existe una fuerte distorsión” en momentos en que la balanza comercial de medicamentos registra “un déficit de u$s1.700 millones”. Asimismo, señaló “la necesidad de desarrollar un proceso de sustitución de importaciones”.

Nicolás Santander, presidente de la Cámara Argentina de Productores de Medicamentos Genéricos y de Uso Hospitalario (CAPGEN), que representa a los laboratorios productores de genéricos para cubrir la demanda estatal, señaló que en un comienzo, la Ley de Genéricos se cumplía, aunque “con el tiempo la cuestión se fue entorpeciendo”.

Por ello, dijo que la modificación del artículo 2° de la norma, como lo propone el proyecto presentado por Bidegain, “permitiría evitar cualquier tipo de confusiones, donde el objetivo de defender al consumidor que prima en su artículo 1° es en términos efectivos acotado por la posibilidad de meter el nombre comercial”.

La diputada Carolina Gaillard consideró que el problema con los genéricos es uno “esencialmente cultural”, en donde el paciente estima que el genérico no es tan eficiente, a pesar de que todas las drogas deben ser aprobadas por la Anmat. A su vez, señaló la existencia de una “distorsión cultural” en que “el paciente deposita todo tipo decisión en la sugerencia en el médico”, lo que “fortalece el hecho de que la salud sea un negocio”.