Internacionales

EEUU: En la corteza del pino podría hallarse un fármaco contra el melanoma

ESTADOS UNIDOS, septiembre 19: Un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania identificó a la leelamina, una sustancia que se encuentra en la corteza de los pinos, que evitaría que se produzca la resistencia al fármaco.

El melanoma es un tipo de cáncer de piel que aparece cuando las células llamadas melanocitos se convierten en malignas. Los tratamientos actuales para tratar la enfermedad se basan en medicamentos que están dirigidos a proteínas especificas, los cuales pueden resultar efectivos en principio, pero se desarrolla una resistencia de forma relativamente rápida y la enfermedad vuelve. En esos casos, la resistencia se desarrolla normalmente cuando la “circuitería” de la célula cancerosa se salta la proteína sobre la que actúa el fármaco, o cuando la célula usa otras vías para evitar el punto sobre el que el medicamento actúa.

El grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania, comandados por Gavin Robertson, puede haber resuelto el problema al identificar un fármaco capaz de sabotear la citada estrategia usada por las células cancerosas para evadir los efectos de muchos fármacos contra el melanoma.

Luego de revisar 480 compuestos naturales identificaron la leelamina, sustancia derivada de la corteza de los pinos, como un fármaco capaz de evitar la resistencia.

Robertson destaca que los productos naturales son una fuente importantísima de fármacos contra el cáncer e indicó que cerca del 60% de los agentes anticáncer proceden de plantas, animales o microorganismos.

La leelamina es única en cuanto a la manera en que actúa. Podría ser la primera de una nueva clase de fármacos que apuntarían simultáneamente a varias vías proteicas. Los investigadores encontraron que este medicamento “apaga” al mismo tiempo varias vías proteicas, como la PI3K, la MAPK y la STAT3, en células de melanoma. Esas vías están implicadas en el desarrollo de hasta el 70 por ciento de los melanomas. Las vías proteicas como estas ayudan a las células cancerosas a multiplicarse y a extenderse, de manera que apagarlas ayuda a matar esas células.