Es algo que sucede de modo frecuente: cuando una persona – en cualquier ámbito – manifiesta alguna dolencia, comienzan las recomendaciones sobre que pastilla tomar y en que dosis. La automedicación es más normal de lo que debería ser.
En la actualidad observamos cómo, en casi todos los programas de TV, famosos venden medicamentos que parecen ser la cura mágica a todos los problemas. Con una simple pastillita, dicen, se puede prevenir el infarto, calmar los dolores musculares y, ya que estamos, quitarnos el dolor de cabeza. Analgésicos, antibióticos, antiácidos y sedantes son los medicamentes que la gente suele administrarse cotidianamente.
La publicidad de los medicamentos los vuelve ¨inocuos¨ al no comunicar con el mismo énfasis los riesgos que los beneficios. Así, locutores, actores – y cualquiera que ande por ahí – fomentan la automedicación.
La situación es realmente grave: según un informe de la División Toxicología del hospital Fernández, el consumo de medicamentos es la segunda causa de intoxicaciones después del alcohol. En 2011 el hospital atendió por esta causa a 3.741 pacientes de los cuales el 11,5% (430) estaba intoxicado con algún medicamento. En 125 casos, la intoxicación se había originado en medicamentos de venta bajo receta archivada; en los 305 restantes, por medicamentos de venta libre. La División de Toxicología, que dirige el jefe de la cátedra de Toxicología de la UBA, Carlos Damin, actualizó recientemente el estudio: los medicamentos siguen siendo la segunda causa de las intoxicaciones.
Hasta agosto de 2013, los psicofármacos (tranquilizantes, estimulantes y antidepresivos) representaban el 15,92% del mercado de especialidades medicinales. Un mercado que no para de crecer: entre 2004 y 2013, aumentó 24,67%. Si bien la venta de tranquilizantes (alprazolam, bromazepam, lorazepam y diapezam) se redujo un cuatro por ciento en el mismo período, el clonazepam fue “el principio activo cuya venta más ha aumentado desde 2004”. Exactamente un 105,90%, al punto que representa casi el 60% de las ventas totales.
En declaraciones a Diario Z, Claudio Ucchino, presidente del Colegio de Farmacéuticos y Bioquímicos explicó que “Los medicamentos de venta libre representan en promedio el 20 por ciento del total general de la facturación de una farmacia”, además de advertir sobre los riesgos de la automedicación “Tomar medicamentos irresponsablemente eleva la posibilidad de intoxicaciones y puede provocar, en algunos casos, la muerte”, dice Ucchino. Y ejemplifica: “Un antiespasmódico, por ejemplo la Buscapina, puede enmascarar un cuadro de apendicitis y derivar en una peritonitis con riesgo de muerte. O la aspirina, que licúa la sangre y aumenta la hemorragia cerebral en quienes estén sufriendo un ACV”. El ejemplo de Ucchino se apoya en un dictamen de la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA), que afirma que las aspirinas pueden provocar “sangrado en el estómago y en el cerebro”. Contra lo que se suele creer, la FDA no recomienda tomar aspirinas en forma periódica.
Los personajes mediáticos hoy son más considerados que los profesionales de la salud y promueven la automedicación, banalizando el tema y ofreciendo ¨soluciones mágicas¨, además de una felicidad tóxica y transitoria.
El Dr. Damin advierte sobre el abuso de algunos medicamentos muy difundidos y también sobre remedios que contienen varias drogas, como ciertos antigripales o analgésicos. Los antigripales –como el Tabcin que promociona el actor Daniel Hendler– tienen compuestos potencialmente peligrosos, como la seudoefedrina.
José Charreau, del sindicato que agrupa a los visitadores médicos, la Asociación Agentes de Propaganda Médica (AAPM) explica que la seudoefedrina presente en muchos antigripales eleva la presión arterial. “El riesgo es que el 40 por ciento de los hipertensos no saben que lo son”, agrega.
Entre 2004 y 2013, ayudada por una intensa campaña publicitaria, la venta del antiinflamatorio Diclofenac se incrementó 172%, según el Colegio de Farmacéuticos. Su uso prolongado, señala Damin, explica numerosas úlceras estomacales.
RIESGO EN LAS GONDOLAS
La venta libre de medicamentos y la regulación de las farmacias es tema de debate.
El bloque del PRO presentó un proyecto que se encuentra en comisión que favorece a la farmacia polirrubro, es decir, con góndolas que ofrecen acceso directo a los medicamentos y además podrán vender ropa, golosinas y electrodomésticos. Esta normativa se contradice con las restricciones de la ley nacional 26.567, que prohíbe la venta de especialidades medicinales fuera de las farmacias y no habilita la venta de otros artículos en éstas.
En 2011, la Legislatura refrendó la ley nacional por unanimidad pero el Ejecutivo la vetó. Más tarde, a través de un decreto, le quitó la potestad de control de las farmacias en territorio porteño al Ministerio de Salud de la Nación. La Ciudad quedó en un limbo jurídico.
La Cámara de Productores de Medicamentos de Venta Libre (Capemvel), cuyo titular, Juan Tonelli, es la pareja de Gabriela Michetti, se opone a la ley nacional.
El proyecto que presentó ahora el oficialismo, que lleva la firma de los legisladores Helio Rebot, Cristian Ritondo, Héctor Huici y Alejandro García, propone habilitar a las farmacias polirrubro y no incluye a los kioscos como puntos de venta de medicamentos. Entre sus fundamentos dice que “la propuesta también implica desterrar falsos mitos respecto de la comercialización de medicamentos de venta libre que, como tales, se diferencian por su inocuidad de los prescriptivos”. Diario Z intentó comunicarse con los autores de la iniciativa para conocer sobre qué elementos se basa tal afirmación. No obtuvo respuesta.
“La situación es preocupante”, dice a Diario Z Claudio Ucchino, presidente del Colegio de Farmacéuticos de la Ciudad. “Faltan controles sobre los locales no habilitados para vender medicamentos, como kioscos y supermercados, y se desconoce origen, vencimiento y calidad de los mismos”, añade.