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Argentina: Sobremedicados, los riesgos del consumo irresponsable

ARGENTINA, octubre 14: El consumo de medicamentos es la segunda causa de intoxicaciones, después del alcohol, según un informe de la División Toxicología del Hospital Fernández. Los especialistas advierten sobre la banalización de las publicidades de medicamentos y la necesidad de que estos sólo sean adquiridos dentro de la farmacia.

Es algo que sucede de modo frecuente: cuando una persona – en cualquier ámbito – manifiesta alguna dolencia, comienzan las recomendaciones sobre que pastilla tomar y en que dosis. La automedicación es más normal de lo que debería ser.

En la actualidad observamos cómo, en casi todos los programas de TV, famosos venden medicamentos que parecen ser la cura mágica a todos los problemas. Con una simple pastillita, dicen, se puede prevenir el infarto, calmar los dolores musculares y, ya que estamos, quitarnos el dolor de cabeza. Analgésicos, antibióti­cos, antiácidos y sedantes son los medicamentes que la gente suele administrarse cotidianamente.
La publicidad de los medicamentos los vuelve ¨inocuos¨ al no comunicar con el mismo énfasis los riesgos que los beneficios. Así, locutores, actores – y cualquiera que ande por ahí – fomentan la automedicación.

La situación es realmente grave: según un informe de la División Toxicología del hospital Fernández, el consumo de medicamentos es la segunda causa de intoxicaciones después del alcohol. En 2011 el hospital atendió por esta causa a 3.741 pacientes de los cua­les el 11,5% (430) estaba intoxica­do con algún medicamento. En 125 casos, la intoxicación se había ori­ginado en medicamentos de ven­ta bajo receta archivada; en los 305 restantes, por medicamentos de venta libre. La División de Toxicolo­gía, que dirige el jefe de la cátedra de Toxicología de la UBA, Carlos Damin, actualizó recientemente el estudio: los medicamentos siguen siendo la segunda causa de las intoxicaciones.

Hasta agosto de 2013, los psicofármacos (tranquilizantes, esti­mulantes y antidepresivos) repre­sentaban el 15,92% del mercado de especialidades medicinales. Un mercado que no para de crecer: en­tre 2004 y 2013, aumentó 24,67%. Si bien la venta de tranquilizantes (alprazolam, bromazepam, loraze­pam y diapezam) se redujo un cua­tro por ciento en el mismo período, el clonazepam fue “el principio activo cuya venta más ha aumenta­do desde 2004”. Exactamente un 105,90%, al punto que representa casi el 60% de las ventas totales.

En declaraciones a Diario Z, Claudio Ucchino, presidente del Colegio de Far­macéuticos y Bioquímicos explicó que “Los medicamentos de venta li­bre representan en promedio el 20 por ciento del total general de la facturación de una farmacia”, además de advertir sobre los riesgos de la automedicación “Tomar medicamentos irresponsablemente eleva la posibilidad de in­toxicaciones y puede provocar, en algunos casos, la muerte”, dice Uc­chino. Y ejemplifica: “Un anties­pasmódico, por ejemplo la Buscapina, puede enmascarar un cuadro de apendicitis y derivar en una pe­ritonitis con riesgo de muerte. O la aspirina, que licúa la sangre y au­menta la hemorragia cerebral en quienes estén sufriendo un ACV”. El ejemplo de Ucchino se apoya en un dictamen de la Administra­ción de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA), que afirma que las aspirinas pueden provocar “sangrado en el estómago y en el cerebro”. Contra lo que se suele creer, la FDA no recomienda tomar aspirinas en forma periódica.

Los personajes mediáticos hoy son más considerados que los profesionales de la salud y promueven la automedicación, banalizando el tema y ofreciendo ¨soluciones mágicas¨, además de una felicidad tóxica y transitoria.

El Dr. Damin advierte sobre el abuso de algunos medicamentos muy difundidos y también sobre remedios que contienen varias drogas, como ciertos antigripales o analgésicos. Los antigripales –como el Tabcin que promo­ciona el actor Daniel Hendler– tienen com­puestos potencialmente peligrosos, como la seudoefedrina.

José Charreau, del sindicato que agrupa a los visitadores médicos, la Asociación Agentes de Propagan­da Médica (AAPM) explica que la seudoefedrina presente en mu­chos antigripales eleva la presión arterial. “El riesgo es que el 40 por ciento de los hipertensos no saben que lo son”, agrega.

Entre 2004 y 2013, ayudada por una intensa campaña publici­taria, la venta del antiinflamatorio Diclofenac se incrementó 172%, según el Colegio de Farmacéuticos. Su uso prolongado, señala Damin, explica numerosas úlceras estomacales.

RIESGO EN LAS GONDOLAS

La venta libre de medicamentos y la regulación de las farmacias es tema de debate.
El bloque del PRO presentó un proyecto que se encuentra en comisión que favorece a la farmacia polirrubro, es decir, con góndolas que ofrecen acceso directo a los medicamentos y además podrán vender ropa, golosinas y electrodomésticos. Esta normativa se contradice con las restricciones de la ley na­cional 26.567, que prohíbe la venta de especia­lidades medicinales fuera de las farmacias y no habilita la venta de otros artículos en éstas.

En 2011, la Legislatura refrendó la ley na­cional por unanimidad pero el Ejecutivo la vetó. Más tarde, a través de un decreto, le quitó la potestad de control de las farmacias en territo­rio porteño al Ministerio de Salud de la Nación. La Ciudad quedó en un limbo jurídico.

La Cámara de Productores de Medicamentos de Venta Libre (Capemvel), cuyo titular, Juan Tonelli, es la pareja de Gabriela Michetti, se opone a la ley nacional.

El proyecto que presentó ahora el oficialismo, que lleva la firma de los legisladores Helio Rebot, Cristian Ritondo, Héctor Huici y Alejandro García, propone habilitar a las farmacias polirrubro y no incluye a los kioscos como puntos de venta de medicamentos. Entre sus fundamentos dice que “la propuesta también implica desterrar falsos mitos respecto de la comercialización de medi­camentos de venta libre que, como tales, se diferencian por su inocuidad de los prescriptivos”. Diario Z intentó comunicarse con los autores de la iniciativa para conocer sobre qué elementos se basa tal afirmación. No obtuvo respuesta.

“La situación es preocupante”, dice a Diario Z Claudio Ucchino, presidente del Colegio de Farmacéuticos de la Ciudad. “Faltan controles sobre los locales no habilitados para vender medicamentos, como kioscos y supermercados, y se desconoce origen, vencimiento y calidad de los mismos”, añade.

 

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