España: Causas de la escasez de algunos medicamentos

La escasez de algunos medicamentos es el resultado entre las prácticas legales de Marketing y de la Publicidad viral de los laboratorios farmacéuticos; y de las actividades criminales de las mafias que delinquen en el ámbito de la salud.

 

 

La fortaleza de un producto farmacéutico, y sobre todo de una marca asociada a un principio activo, se basa en tres principios inalterables que pueden suceder uno a uno o conjuntamente, si:

 

 

1) El producto es necesario o muy útil (chollo), es fruto de la innovación (el I+D+i), y está amparado por patentes internacionales que le confieren una negocio exclusivo durante 20 años, momento en que ya lo pueden fabricar y vender los demás competidores, aunque para entonces la marca madre ya se ha posicionado de por vida; léase Viagra, Aspirina Bayer, etc., que se convierten en ‘la marca’ con la que se pide la especialidad.
2) El producto está fuera del periodo de esos 20 años de protección por patentes y lo fabrica cualquiera, con más o menos variaciones de sabor, forma, dosificación, presentación y naming; de manera que es el Marketing, la Publicidad y la promoción de ventas in situ, en la farmacia o a través de prescriptores, los médicos, amén del prestigio del laboratorio lo que hace que se consuma frente a los demás.
3) El producto ya está en su etapa de explotación madura y las ventas están estancadas o disminuyen, pues hace años que expiró la patente y hace tiempo que lo fabrican muchos laboratorios (menos pastel a repartir), motivo por el que la concurrencia en el punto de venta es feroz, mientras que el médico ni se molesta en recetarlo, ya que seguramente ha aparecido algo más eficaz y sugestivo que le atrae más; así que el fabricante, para resucitar las ventas, es necesario que le busque alguna nueva utilidad de gran abasto (la aspirina como buen preventivo de anginas de pecho o infartos), o bien se usen técnicas de product placement (que un protagonista de una serie de televisión o de una película lo use explícitamente, o que se distinga el envase en la estantería o en un expositor de una farmacia, como en ‘Farmacia de Guardia’)… o que se cree una campaña viral de propagación de alguna noticia positiva o estratégica (escasez, mejor sabor, etc.) que cree necesidades en la mente del consumidor o haga que éste prefiera dicha marca entre las demás.

 
Y esto es lo que ha sucedido con el Espidifen 600mg con sabor a menta, un simple Ibuprofeno [un genérico-genérico] , o sea un antiinflamatorio no esteroideo (AINE), que hasta hora cubría la Seguridad Social, pero hoy, a 31 de octubre, deja de hacerlo. ¿Y qué han hecho exactamente los expertos de Zambon, el laboratorio dueño de esa marca?
Como que ya ‘no lo pagará el seguro’, dicho Espidifen ha desaparecido de las farmacias días antes del 1º de noviembre, el día D, algo de lo que Zambon responsabiliza al Ministerio de Sanidad, mientras que éste,  el Gobierno,  le echa la culpa al laboratorio; algo de lo que se han hecho eco las redes sociales y alguna agencia de noticias, de manera que hasta quién esto escribe se ha enterado del asunto, de la marca y del producto. ¡Lo que hace un buen community manager!

 

 

 

Es decir: que en estas últimas semanas, los pacientes con cefaleas, artritis reumatoide, osteo-artritis, y alteraciones músculo-esqueléticas; o con otros dolores por inflamaciones y por procesos postoperatorios, así como para el tratamiento de la dismenorrea; como gente habituada a este producto concreto, al acudir a sus farmacias para comprar Espidifen se han encontrado con que el formato más consumido, el de 40 sobres de 600 miligramos con sabor a menta, estaba agotado, algo que los dependientes de farmacia justifican como que la falta de existencias de este medicamento coincide con el hecho de que va a dejar de estar cubierto por la Seguridad Social… y que la gente ha acaparado el máximo de unidades, mientras que Zambon ha preferido esperar a que se agoten todos los stocks, no reponiéndolos, para a modo de ‘reset’ lanzar un nuevo Espidifen de pago directo.

 

 

Aunque aún se comercializa otros formatos, potencias (400 mg) y sabores (albaricoque),
el más consumido es el de 600 X 40 sobres, que ahora sin el cupón precinto (que es el rectángulo en el envase de cartón que el farmacéutico corta y adjunta a la receta de la SS, como prueba de compra) ya se ha empezado a distribuir a los mayoristas, pero sin esta peculiaridad pensada para dicho control de movimiento de medicamentos subvencionados por la Seguridad Social universal.
El laboratorio ha añadido que ‘la rotura de stock en las farmacias es debida al cambio de envase sin cupón precinto en el proceso de fabricación’, lo que según la alta demanda habida, provoca que algunas farmacias hayan finalizado sus existencias del ‘antiguo’ Espidifen 600mg x 40 sobres, de los del cupón precinto; pero que, efectivamente, a 1 de noviembre, ya estará en el mercado el nuevo packaging y la nueva presentación para su comercialización convencional…100% a cargo del paciente.
Si a esta noticia añadimos la de EFE, que dice que la Guardia Civil ha desmantelado la más grande red de traficantes de medicamentos jamás detectada en España, mediante una operación en la que se han detenido 30 personas, mientras se registraban 28 empresas y domicilios, entre farmacias y almacenes de distribución de medicinas, en Zaragoza, Barcelona, Teruel, Granada, Málaga y Valencia; vemos que incluso en un sector serio como ese…  el más tonto hace relojes y no es oro todo lo que reluce; si no, sigan leyendo:
El delito aludido iba de lo siguiente: Se emitían recetas (de las de la Seguridad Social) falsas, como si fueran para pacientes acogidos al sistema y con derecho a disponer de medicamentos subvencionados. Todo ese material, debidamente seleccionado entre las marcas y especializaciones con los principios activos más buscados por seductores o difíciles de encontrar en otros mercados (ergo, los más caros), se venden en el extranjero de manera clandestina o paralegal, curiosamente y sobre todo en países de la U.E., como Alemania, el Reino Unido, Dinamarca, Bélgica, Grecia, Austria u Holanda, y a precios astronómicamente superiores que permitían ganar márgenes de hasta el ¡800%!
Semejante abuso y expolio del sistema público sanitario español, además de una (otra) erosión de nuestros recursos públicos, ha supuesto el desabastecimiento de las fuentes de suministro legales, motivo por el que muchos pacientes no han podido acceder a su medicación, por lo que han puesto en riesgo su salud… su vida.
Para hacernos una idea del alcance de esta aberración depredadora, solo en las farmacias de Aragón, que es dónde se centró la primera fase de la investigación, se comprobó que la venta ilegal fue de ¡123.000! envases de medicamentos por un valor de 1,46 millones de Euros.
Pero lo más triste es que en dicha operación policial de la Benemérita, operación llamada Convector, se ha descubierto que algunas de las farmacias inspeccionadas actuaban cómplicemente con dos almacenes mayoristas de distribución farmacéutica de medicamentos ubicados en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) y Granada; mientras que otras farmacias se abastecían de dos mayoristas valencianos, todo ello bajo la batuta de una organización que se ocupaba de conectar a unos con otros y coordinar el tráfico desde Tortosa (Tarragona).
Vamos bien apañados.