Panamá: La competencia por el mercado de los medicamentos
Por: KATIUSKA HERNÁNDEZ
katiuska.hernandez@prensa.com
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VENTAS. La industria farmacéutica en general mueve en el país más de 307 millones de dólares anuales. LA PRENSA/Roberto Cisneros |
El mercado de suministro y venta de medicamentos en Panamá depende en más de 90% de fármacos y productos importados o acondicionados por laboratorios internacionales, mientras que la presencia de marcas nacionales en las farmacias es menor, con un 8% de mercado, y 2% es de farmacéuticas que acondicionan y etiquetan en el país.
La industria farmacéutica en general mueve en el país más de 307 millones de dólares anuales, facturados en el sector privado al cierre de agosto de 2014 con respecto al mismo mes del año anterior, según cifras auditadas por International Marketing Services ( IMS) que fueron difundidas por los laboratorios multinacionales (ver recuadro: Desempeño del mercado farmacéutico).
Se trata de un mercado de más de 30 millones de unidades, donde la mayoría es suministrada por grandes laboratorios. Aparte, un 60% de los productos que se importan tiene como destino los programas de medicamentos a través de la Caja del Seguro Social (CSS).
El director ejecutivo de la Federación Centroamericana de Laboratorios Farmacéuticos, Rodolfo Lambur, señala que en Panamá hay 300 empresas farmacéuticas internacionales y el mercado está integrado por más de 5 mil productos y más de 9 mil presentaciones.
Según el Colegio Nacional de Farmacéuticos de Panamá, 8% del mercado de medicamentos corresponde a las empresas locales que se dedican a la producción de medicamentos, y un 2% a la participación de algunos laboratorios internacionales que envasan y etiquetan en la Zona Libre de Colón, desde donde exportan con valor agregado local a otros países.
En el sector farmacéutico privado, de capital panameño operan varias empresas, entre ellas Medipan, Rigar, Lafsa, Prieto, San Rafael y Palm.
En 2013, las importaciones de medicamentos promediaron los 305 millones de dólares, excluyendo productos veterinarios y material médico quirúrgico, según estadísticas de la Contraloría General de la República, mientras que Panamá exportó medicamentos por más de 19 millones de dólares en el mismo año. Una gran parte de estos recursos fue a través de las operaciones de las empresas multinacionales farmacéuticas en la ZLC.
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PRODUCCIÓN. Los laboratorios panameños aseguran que cumplen con las normas de calidad. LA PRENSA/Maydeé Romero Sprang |
Carrera de obstáculos
Para las empresas locales, competir con los grandes laboratorios ha implicado un largo camino lleno de retos y obstáculos propios y externos que han tenido que sortear: desde los costos de la mano de obra especializada, trabas en la importación de materia prima, hasta los retrasos con los trámites de registro de importaciones ante la Dirección de Farmacia y Drogas del Ministerio de Salud (Minsa). Una de las barreras tiene que ver con los altos costos para importar materia prima, lo que encarece el proceso de fabricación. “Esto nos hace menos competitivos en comparación con los laboratorios internacionales que traen al país ya el producto terminado o para el acondicionamiento”, indica Luz Marina Pardo, gerente de Operaciones Comerciales de Medipan.
Refiere que cuando un laboratorio internacional registra su producto en el país no se le cuestiona dónde consiguió la materia prima para su fabricación, sino que simplemente hace el registro. Sin embargo, al laboratorio nacional —que le cuesta conseguir la materia prima importada— les exigen certificar, autenticar y apostillar el documento de calidad de esos insumos en el país de origen cada vez que importa.
En la mayoría de los casos la compra se hace a través de broker porque manejan volúmenes muy bajos.
“No compramos a los fabricantes, sino a intermediarios. Si el intermediario está en Estados Unidos, pero el producto viene de China, se debe solicitar el certificado de origen en Tokio, porque Panamá no tiene relación comercial con China. Todo ese trámite se traduce en mayores costos para los laboratorios”, explica Pardo, al agregar que a esto se suma el tiempo que se tarda todo el proceso.
Comenta que un trámite que normalmente puede demorar para laboratorios de otros países dos meses, entre el lapso que se coloca una orden de compra y llega el insumo, en Panamá tarda de cuatro a seis meses.
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Maria Alejandra Palm. LA PRENSA/Maydeé Romero Sprang |
Para María Alejandra Palm, representante de Laboratorios Palm, además del retraso para con los certificados está el costo que se tiene que pagar por el producto almacenado en aduanas. “Es tiempo y dinero perdido para los pequeños laboratorios”, añade.
Las empresas farmacéuticas panameñas consideran que la Dirección de Farmacia y Drogas del Minsa deberían permitir que se haga un único registro de la materia prima importada, con vigencia de varios años, y no hacer el proceso cada vez que se ingresa.
Pardo manifiesta que comparando la industria nacional con la centroamericana, la local tiene mayores costos de mano de obra, energía eléctrica y barreras en los trámites de importación.
Representantes del sector farmacéutico aclaran que entienden y apoyan las exigencias de las autoridades panameñas por garantizar la calidad de los productos y más por los antecedentes de los casos con el Dietilenglicol y la Heparina. Pero, considera que sin relajar las medidas de calidad se busquen acciones que permitan facilitar la producción nacional.
“ Los laboratorios nacionales tienen más de 30 años y no se ha conocido un caso desafortunado relacionado a nuestros productos. Vendemos a la CSS y al Minsa, que son consumidores masivos, y nunca se han reportado problemas. La calidad, aunado a un precio razonable y accesible, nos ha mantenido compitiendo en este mercado”, expresa Pardo.
Marixenia Paniza, de laboratorios Lafsa, otra empresa local, agrega que los productos nacionales son de calidad y cumplen con las buenas prácticas.
“Somos una empresa familiar. Lafsa tiene más de 60 años en el mercado. Existen algunas leyes que en vez de promover la industria nacional, al contrario, la truncan”, indica.
Los laboratorios nacionales proponen al Gobierno que se revisen los requisitos de importación de materia prima y eliminen los sobrecargos en el proceso de destrucción de productos vencidos. “Se paga a la empresa que realiza la incineración y a Farmacia y Drogas un porcentaje del valor de la mercancía destruida, que ya es una pérdida en sí”, acota la gerente de Medipan.
Los actores del sector farmacéutico creen que en Panamá se debería seguir el ejemplo de la región centroamericana y República Dominicana, en donde las ventas al Gobierno por licitación, en caso de empate se adjudican al producto nacional por encima del extranjero.
Sobre las propuestas de las empresas se intentó contactar a las autoridades del Minsa pero al cierre de esta edición no obtuvimos respuesta.
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Nereida Quintero. LA PRENSA/Maydeé Romero Sprang |
La presidenta del Colegio Nacional de Farmacéuticos de Panamá, Nereida Quintero, coincide en que debe haber incentivos para la industria nacional. “Que las importaciones para la fabricación de medicamentos se eximan del arancel, así como hacen con los extranjeros que vienen a poner su sede administrativa aquí”, plantea Quintero.
Para el presidente de la Asociación de Representantes y Distribuidores de Productos Farmacéuticos, Lucas Verzbolovskis, lo ideal para la industria farmacéutica nacional es que se establezca en Panamá alguna fábrica de las multinacionales y se convierta en industria nacional.
Alerta que lo que no se debe hacer es relajar las reglas a la industria nacional por ser locales, ni establecer políticas impositivas que favorezcan al sector. “Nada que suene a proteccionismo sería saludable para la industria y la salud de la población”, opina.
Detalla que invirtiendo en calidad, seguridad y eficacia es que los fabricantes lograrán ser competitivos.
A punto de desaparecer
Otro eslabón de la cadena son las farmacias. El mercado panameño se ha diversificado, y son cada vez más los grandes formatos de cadena los que dominan el mercado.
Orlando Pérez, presidente de la Unión de Propietarios de Farmacias, que agrupa a las medianas y pequeñas, señala que estos negocios están amenazados con desaparecer y ser desplazados por los grandes establecimientos.
“Muchas veces no somos competitivos en precios porque no compramos grandes volúmenes. Una propuesta es asociarnos para realizar las compras y obtener mejores precios”, agrega Pérez.
Indica que quedan apenas 400 farmacias, y muchas pequeñas han optado por vender sus locales a las cadenas. Las grandes farmacias representan aproximadamente 60% del mercado de venta, según la industria farmacéutica.
Revela que cada vez son menos los productos locales, pero el mercado está lleno de medicamentos de marca y algunos genéricos. “Quien pone el precio es el fabricante, y vemos que ha habido un incremento en al menos 70% de los medicamentos”, advierte.
El Índice de Precios al Consumidor de los productos médicos y farmacéuticos registró un alza de 5.5% entre septiembre de 2013 y septiembre de 2014, según la Contraloría General de la República.
Diosa Barahona, jefa del Departamento de Información de Precios y Verificación de la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco), señala que cada mes se mide una lista de 40 medicamentos, tanto de referencia como genérico, y han percibido en algunos estabilidad en el precio. Sostiene que los médicos juegan un papel importante para orientar a la población y prescribir medicamentos por el principio activo para que puedan tener así la opción de escoger.
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Luz Marina Pardo. LA PRENSA/Luis García |
Plataforma exportadora
La industria farmacéutica internacional ha visto en Panamá un mercado con pujante crecimiento y una plataforma para exportar.
Panamá es la sede regional de logística de la empresa Suiza Novartis, que exporta productos para suplir los mercados de Centroamérica, el Caribe y varios países de la región latinoamericana. Irene Argüedas, directora de Asuntos Públicos de Novartis para Centroamérica y el Caribe, destaca que la empresa empaca y reacondiciona productos en la Zona Libre de Colón que son exportados con valor agregado panameño a Centroamérica, el Caribe y países de América del Sur.
“Hemos encontrado en este país un lugar atractivo para hacer negocios porque ofrece un entorno favorable a la inversión extranjera y a la innovación, seguridad a nuestros empleados, tiene excelentes conexiones aéreas, buena infraestructura y un régimen fiscal favorable”, puntualiza.
Considera, sin embargo, que uno de los retos que enfrentan en el istmo es la escasez de personal calificado. “El establecimiento de instituciones educativas de clase mundial y la difusión de la educación superior en inglés podrían ayudar a hacer crecer el talento en el mediano plazo. Mientras tanto, la flexibilización de las leyes de migración sería un gran alivio para empresas como la nuestra”, dice Argüedas.
Para Novartis es fundamental que se brinde un mayor impulso al combate de los medicamentos falsificados y a programas de farmacovigilancia.
Gustavo Rodríguez, Líder de Salud, Valor y de Asuntos Corporativos y Comunicaciones de Pfizer Centroamérica y el Caribe, manifiesta que la empresa opera con un centro de distribución para Centroamérica y el Caribe en la ZLC desde donde se ejecutan operaciones de valor agregado a nivel de etiquetado y operaciones de reempacado de algunos productos que se surten a la región.
Igualmente dan servicio y soporte entre afiliadas de Latinoamérica, también desde la ZLC, y coordinan operaciones de suministro de materia prima hacia plantas de manufactura como las de Puerto Rico, México y Brasil. Pfizer tiene en Panamá la dirección comercial para el mercado local y el Caribe.
Rodríguez señala que consideran a Panamá un país estratégico desde el punto de vista logístico y de suministro.
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PRECIOS. Mensualmente Acodeco revisa los precios de 40 medicamentos, tanto genéricos como de marca que se venden en las farmacias. LA PRENSA/Jihan Rodríguez |
El mercado de genéricos también está en crecimiento. La empresa Calox, fundada en Venezuela, importa y distribuye medicamentos genéricos para Panamá desde Costa Rica y representa ventas de más de medio millón de unidades al año, comenta Jimmy Holder, gerente Comercial de la empresa.
Cuenta que la ventaja de los genéricos es que hay una diferencia en el precio, que puede estar entre 40% y 60% por debajo, en comparación con el medicamento innovador.
Para Bayer, Panamá también es importante para su negocio. El presidente regional del grupo en Centroamérica y el Caribe, Rafael Villarroel, señala que desde Panamá se maneja el Hub logístico de esta empresa para toda la región y despachan productos para 38 países.
“En 2013, se tramitaron 751 órdenes de pedidos provenientes de 16 centros de fabricación ubicados en países como Brasil, México, Francia y Finlandia. Se despacharon en total 2 mil 347 ordenes (35% hacia Suramérica)”, refiere.
Desde Panamá, Bayer facturó a empresas afiliadas 106 millones de dólares, de los cuales 45% fueron hacia América del Sur. “Panamá representa el 7% de las ventas regionales, con un crecimiento sostenido”, resalta.
Los miembros del sector farmacéutico internacional, coinciden en que el país es una plataforma comercial y de servicio, pero por ahora no tienen planes de instalar plantas de producción.