Icono del sitio Arsenal Terapéutico

Medicina moderna se basa en escritos antiguos

Imagen obtenida por: Tmblr
Imagen obtenida por: Tmblr

Antes de las cajas con pastillas, las personas enfermas asistían a la farmacia mas cercana a solicitar preparados oficinales. 

Ciudad de Mexico (elsemanario.com).- La primera farmacopea escrita en castellano fue producto de Juan Castillo, cuando en esta época no era costumbre publicar escritos de este tipo, la Iglesia no pudo encontrar nada en este libro que le pareciera producto de la brujería, hecho sumamente difícil en 1622, cuando la Santa Inquisición buscaba por toda España y Nueva España cualquier tipo de falta o contradicción a sus normas y a lo que en esa época se creía correcto.

Una farmacopea es una especie de recetario, en esta se describen todos los preparados oficinales de uso en farmacia, desde los mas básicos hasta los mas complejos, también, se dividen por categorías e indicaciones, las materias primas que intervienen en sus composiciones y las normas de correcta preparación y control.

Actualmente este tipo de regulaciones son establecidas bajo los criterios de la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios, pero en esa época, se basaban en estos escritos para lograr obtener el tratamiento necesario. Las farmacopeas originalmente fueron producto de los curanderos o chamanes de ciertos lugares, eventualmente fueron perteneciendo a los médicos y farmacéuticos de la zona.

El escrito realizado hace mas de 300 años constituyen las bases para la medicina moderna, se estableció a partir de este los medicamentos oficiales, así como las mejores formas para elaborarlos, de esta forma se fue logrando mantener uniformidad y un criterio coherente en un tema tan delicado como es el fármaco, que en su misma etimología significa veneno.

Esta farmacopea fue escrita con el propósito final de que los ‘mancebos’ o las personas menos entrenadas que atendían las farmacias, pudieran seguir al pie de la letra la receta para recrear cualquier medicina y evitar que los enfermos muriesen o para evitar envenenar sin intención, a los que acudían a comprar alguna cura. El libro está dividido en dos partes: la primera contiene medicamentos internos del tipo que pueden ser obtenidos a partir de medios naturales y la segunda presenta algunos otros que se basan en diferentes combinaciones orgánicas y químicas.

En este libro se incluyen ya algunos capítulos sobre alimentos que pueden servir como medicamentos, desde esa época se ha reconocido el poder sanador que existe en ciertas comidas. También  destaca la precisión con que deben ser recogidas las plantas, en qué temporada y bajo qué fase lunar, esto tiene una tremenda influencia en la forma en que puede reaccionar el medicamento.

En esta farmacopea se habla ya sobre jarabes y píldoras, aunque existen también trociscos (medicamentos mezclados a partir de licores), hierbas (preparados amargos) y electuarios (polvos aromáticos).

Actualmente la farmacopea de Juan Castillo se encuentra en subasta en la casa Morton, sera exhibida hasta el próximo 24 de febrero junto con otros documentos impresos, manuscritos, litografías, mapas y libros antiguos, representa una pieza central en el conocimiento de la medicina moderna.

Salir de la versión móvil