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La Eurocámara pide a Bruselas que garantice el acceso a la innovaciones

Eurodiputados piden medidas a escala europea, y la Comisión insiste en que la vía es la cooperación entre estados
El sector de la salud vive una paradoja sin precedentes. El arsenal terapéutico se ha visto reforzado con nuevos medicamentos y nuevas tecnologías pero, en cambio, el acceso a los mismos se encuentra bloqueado debido a costes inasumibles por los sistemas de salud. Desde que la Comisión Europea lanzara una declaración en Estrasburgo en septiembre de 2014, el debate que se ha instalado en Europa sobre el acceso a los medicamentos ha dado lugar a un trabajo ingente por parte de la propia Comisión, el Europarlamento y el Consejo de la Unión Europea. Bruselas mantiene que los fármacos son un bien especial y sigue en su empeño de impulsar una estrategia europea de colaboración pero sus frutos, de producirse, no serán inmediatos. El Europarlamento ha vuelto a poner de manifiesto la necesidad de impulsar el debate sobre los precios y reembolsos de medicamentos, y ha dejado sobre la mesa de la Comisión numerosas propuestas.

En el Europarlamento está instalada la idea de que en Europa hay dos velocidades en materia de tratamientos

Los que confían en una acción centralizada son críticos con el anuncio de la retirada de la Directiva de Transparencia

La propuesta oficial se basa en el respeto a la competencia exclusiva de los estados en materia de precios y reembolsos. La única manera de avanzar, según Zanda Kalnina-Lukaševica, secretaria de Estado de Asuntos Europeos de Letonia (país que ostenta la Presidencia semestral) es que haya un “intercambio voluntario de información respecto a los modelos”. La representante del Consejo de la Unión Europea cree que “una mayor transparencia” redundaría en una mayor disponibilidad y accesibilidad de productos innovadores.
En esta línea trabaja también la Comisión Europea. El comisario europeo de Ayuda Humanitaria y Gestión de Crisis. Christos Stylianides, confirmó durante el Pleno del Parlamento Europeo que para final de año se esperan las conclusiones del estudio que ha comenzado a llevar a cabo el grupo de expertos en la materia reunidos en el Comité Farmacéutico del Consejo de Empleo, Política Social, Salud y Consumidores (Epsco), cuya primera reunión de trabajo tuvo lugar el pasado 27 de enero en Bruselas. Dicho grupo examinará, según el comisario, vías que permitan de utilizar de forma más eficaz los reglamentos existentes, así como la normativa europea en materia farmacéutica para fomentar la innovación y facilitar los ahorros y el acceso a medicamentos innovadores para pacientes con necesidades médicas especiales.
Nada de esto parece bastante para la mayoría de los eurodiputados, que durante el debate instaron a impulsar medidas a escala europea para atajar un problema —el de los altos precios de las innovaciones y su imposible acceso para todos los pacientes— que, si bien sigue encontrando en Solvaldi (sofosbuvir DCI) el ejemplo más paradigmático, no se limita a un solo medicamento.
El debate de la subsidiariedad
Entre los representantes de los estados está instalada la idea de que en Europa hay dos velocidades en materia de tratamientos. También reconocen la necesidad de impulsar la investigación y el desarrollo de medicamentos, si bien lo ocurrido desde que estalló el caso de sofosbuvir ha soliviantado los ánimos en este sentido. Fueron varios los representantes que manifestaron su aplauso ante la decisión de Médicos del Mundo de presentar una oposición a Sovaldi ante la Oficina Europea de Patentes.
La sensación de que una ONG sanitaria ha tomado la delantera a las instituciones europeas está presente en varios eurodiputados, como la española Soledad Cabezón, para quien hay “competencias, de sobra”, en la Unión Europea, para solucionar el puzzle de la innovación, la sostenibilidad y el acceso equitativo de los pacientes.
La cuestión radica no solo en qué puede hacer la Comisión Europea, sino también en a qué están dispuestos a renunciar los estados miembro para reducir las diferencias de acceso a los tratamientos. Sin perder de vista que el asunto no puede atajarse ni desde una ‘economía dirigida’ o una fijación de precios (los estados se han asegurado de mantener sin cortapisas la política farmacéutica que tantos ahorros ha generado en estos años), una primera visión parece seguir confiando en nuevas competencias europeas, en las que la EMA estaría llamada a representar un papel importante. De nuevo, dos visiones: según la alemana Matthias Groote, esta vía generaría ahorros; según la británica Diane James, “no hay pruebas para sugerir que transferir competencias a la UE vaya a suponer mejoras”.
Algo similar ocurre con la siguiente propuesta: una central de compras. España y Alemania son dos claros ejemplos de lo difícil que es llevar a cabo un proyecto de estas características dentro de un propio estado. A nivel europeo, con 28 sistemas distintos, ocurre lo mismo. Los eurodiputados no se cansan de repetirlo: “Hay casos en los que la subsidiariedad consiste, precisamente, en la cooperación a nivel europeo. Y en este caso no es una cuestión de política nacional. Es la unión lo que hace la fuerza y lo que puede garantizar el equilibrio”, señaló el portugués Carlos Zorrinho.
Ante la imposibilidad de poner de acuerdo a los estados, las propuestas vuelven de nuevo al terreno de la Comisión Europea. Por este motivo, aquellos que confían en las posibilidades de una acción centralizada son también los más críticos con el anuncio de la retirada de la Directiva de Transparencia (ver EG núm. 687). Tras la decisión (aún pendiente de confirmación oficial) de que la Comisión ha decidido dejar de intentar sacar adelante la nueva normativa sobre precios y reembolsos, el eurodiputado español Ernest Maragall sigue confiando en que la solución a corto plazo sigue siendo una “reforma legislativa urgente” que apodere a Europa y que esté sostenida en cuatro conceptos: investigación pública debidamente compensada; transparencia total de procesos y costes asociados; desvinculación entre precios y costes de desarrollo y uso extensivo de genéricos.
De manera más amplia y más a corto plazo, la diputada Beatriz Becerra solicitó a la Comisión y al Consejo que elaboren “con urgencia” un plan europeo de acceso a los medicamentos, que incluya “una nueva estructura de relación con la industria farmacéutica, una revisión de la Directiva de Transparencia, una revisión profunda del actual modelo de patentes que disocie los costes de investigación del precio final de los fármacos y una política de compras agregadas que fortalezca la posición de los estados en la adquisición de medicamentos clave”.
El debate sobre la I+D farmacéutica también dejó sobre la mesa otras propuestas, como la de “liberar definitivamente el mercado de los genéricos y biosimilares” o la de crear “una gran farmacéutica pública europea”.
Fuente: http://www.elglobal.net/noticias-medicamento/2015-02-20/politica-sanitaria/la-eurocamara-pide-a-bruselas-que-garantice-el-acceso-a-la-innovaciones/pagina.aspx?idart=894209

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