En los últimos años, el crecimiento del tráfico de medicamentos en las zonas fronterizas tienen en alerta a las autoridades sanitarias. La atención sobre este peligro está puesta en dos pasos fronterizos específicos: en Salta, paso hacia Bolivia, y en Puerto Iguazú, Misiones, puerta a Misiones. Pero no son las únicas entradas que las bandas que trafican en el mercado negro comenzaron a usar un paso nuevo, que une Mendoza con Chile. Por allí, la semana pasada se intentaron ingresar 1500 cajas de fármacos, que fueron secuestrados por policías locales. Se estima que iban a ser vendidos en puestos ilegales locales o llevados a grandes ciudades de la zona metropolitana.
El Paso Pehuenche en Malargüe es la nueva “estrella” del tráfico de medicamentos. Por allí, afirman las autoridades mendocinas, se intentan pasar mercadería de todo tipo, que viene de Chile. En especial, en los últimos tiempos se encontraron fármacos que van y vienen al país, que se adquieren de forma irregular. “El paso a Chile se ha convertido en un centro transitado cada vez más en la búsqueda de alternativas al congestionamiento irreversible del paso Cristo Redentor”, informaron las autoridades locales.
Según una nota publicada ayer en Diario San Rafael, en marzo de este año se detuvieron a varias personas intentando ingresar medicamentos al país por ese paso. Del otro lado, el Servicio de Aduanas de Chile desbarató un intento de ingresar a su país medicamentos sin declarar, los cuales fueron incautados.
En este último caso, ya son tres los casos que se detectan en el Pehuenche en el último tiempo. “Ahora, en un control de rutina en el paso fronterizo, el personal de Aduanas detuvo a uno de los colectivos que cubren el trayecto San Rafael, Malargüe y Talca, descubrieron a un sujeto de nacionalidad chilena que llevaba en su bolso una gran cantidad de remedios que no estaban declarados”, graficó la nota.
Según explicaron las autoridades trasandinas, fueron 1560 dosis de medicamentos con un avalúo de 600 dólares, que si bien no significan una gran cantidad de mercancía, son una alerta para lo que pueda pasar a futuro. Afortunadamente, los controles en el Pehuenche vienen funcionando muy bien y no se han registrado inconvenientes.
La mercancía venía sin declarar por el sujeto que las portaba, se procedió a la incautación de la totalidad de ellas, quedando a resguardo del Servicio Nacional de Aduanas en el complejo fronterizo.
Hay que destacar que los medicamentos pueden ingresar al vecino país, siempre que sea en las cantidades declaradas y con receta médica conforme al arancel aduanero nacional. Se trata de “Medicamentos, sin carácter comercial, consignados a particulares, que cuenten con la respectiva receta, y cuyo valor Free On Board no exceda de 100 dólares. De acuerdo a Aduanas, este tipo de cargas pueden ser comercializadas en el mercado informal con las consiguientes consecuencias a la salud de las personas.
Fue el propio Director del Servicio de Aduanas, Alcides Tapia, quien señaló a los medios chilenos que “es de los primeros decomisos, pero como se ve la posibilidad de que en Pehuenche aumente el flujo vehicular y posiblemente de camiones, nos hará redoblar los esfuerzos para hacer un mejor control”.
“Si el Paso Pehuenche quiere ser alternativa a Los Libertadores, creo que nos vamos a encontrar con muchas situaciones similares o mayores. Espero que no, pero quiero decir que Aduanas en todos los pasos fronterizos tiene que estar alerta para hacer el trabajo de manera impecable”, informaron fuentes oficiales.
Desde hace un tiempo, la zona de la Triple frontera -entre la Argentina, Brasil y Paraguay -fue apuntada como “la puerta” de los medicamentos falsificados. Por eso las autoridades de los tres países ponen mucha presión en los controles fronterizos. Pero esa zona no es la única que preocupa. En toda la zona de Formosa, muchos pasos son apuntados como “vulnerables” para las bandas dedicadas a este peligroso delito contra la salud pública.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el mercado de medicamentos falsificados alcanza los 75.000 millones de dólares, y prácticamente se triplicó en los últimos años. En este sentido, los fármacos adulterados ponen en riesgo a 200 mil personas por año, que podrían sufrir las peores consecuencias del consumo de estos productos. Si bien se considera a Asia y África como los continentes con mayor presencia de medicamentos espurios, hay zonas de Latinoamérica que alcanzan niveles similares a los de esas regiones, en especial en algunas fronteras. Para los especialistas, estas son las zonas por donde el mercado negro se abastece, y donde crece al compás de la falta de controles.