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España: Figueras recopila los remedios de la abuela

 

Arriba, un grupo de mujeres participantes en la sesión; sobre estas líneas, Matilde García, ayer, en Figueras.

T. Cascudo.

Cuenta Beatriz Pérez, figueirense de 93 años, que antaño, en su casa, el botiquín de emergencia estaba compuesto por un ramo de flor de vinteiro (saúco), un ramillete con barbas de maíz, una bolsa con semillas de adormidera y otra con mostaza. Estos ingredientes, unidos a artículos más comunes como cebolla y manzanilla, servían para combatir algunos de los males más comunes. “Como se iba poco al médico, todo lo curábamos a base de remedios caseros. Y funcionaba”, sentencia esta vecina, que ayer participó en la segunda sesión del programa “Cultura en el camino”, que promueve el Ayuntamiento de Castropol para recuperar y preservar la cultura popular.

Pérez guarda en su memoria recetas de todo tipo, ungüentos y pociones que le contó su abuela y que ella legará a las generaciones del futuro. No se le olvida el mal sabor de algunos de aquellos remedios, como el aceite de hígado de bacalao que le obligaban a tomar como reconstituyente. “Tomaba una cucharada al mediodía y otra de noche. Tan mal sabía que tenía un caramelo guardado al lado y después de la cucharada lo chupaba para quitar el sabor”, explica la figueirense, al tiempo que recuerda otras medicinas caseras como el vino hervido con una cucharada de manteca de cerdo que tomaba para el “catarro agarrado” y la refriega de ortigas que solía recomendarse para bajar la fiebre en episodios de gripe: “Picaba, pero como tenías tanta fiebre, no lo sentías”, sostiene.

Matilde García, natural de Brul y de 71 años, también heredó de su abuela muchas de estas recetas curativas, como la infusión de la piel de la manzana para bajar la tensión. “Antes no había pastillas ni tanto médico como ahora”, precisan las asistentes al coloquio. Una pastilla de jabón de lagarto para las hemorroides, grasa de cordero untada en el pecho para el catarro, flor de toxo para la diarrea, manzanilla para la conjuntivitis, cataplasmas de mostaza para curar los moratones e infusión de ruda para soportar mejor los dolores de la menstruación fueron algunos de los remedios expuestos ayer por la decena de vecinas que se sumaron a la iniciativa. Laureana Martínez, de 88 años, también sorprendió con algunos remedios, como el uso de telas de araña para curar las heridas sangrantes.

La técnicas municipales Maira Pérez y Mónica García son las encargadas de desarrollar el programa “Cultura en el camino”, puesto en marcha el año pasado. Recogen los testimonios que luego vuelcan al blog castropolculturaenelcamino.blogspot.com. Explica Pérez que las sesiones sirven para “poner en valor” los conocimientos de los mayores, que disfrutan narrando y compartiendo las vivencias de antes. Ayer recogieron el testimonio de las mujeres del taller de estimulación cognitiva “Mañanas en compañía”, que cuenta con la participación de nueve vecinas.

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