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Human Rights Watch no tiene moral para denunciar a Venezuela en la OMS

 

ATMedios.-

Un informe del 29 de abril de 2015 había anunciado la línea política-argumental para lanzar una nueva embestida internacional contra el gobierno de Venezuela utilizando el abastecimiento de medicamentos: bajo el título “La crisis del sistema de salud en Venezuela”, Diederik Lohman, director adjunto de salud y derechos humanos de Human Rights Watch escribía lo siguiente:

“Conforme al derecho internacional de los derechos humanos, los gobiernos tienen la obligación de asegurar que estos medicamentos estén disponibles y sean accesibles para todas las personas, sin discriminación. Si bien documentamos estos problemas en países de todo el mundo, pocas veces hemos visto, fuera de zonas en guerra, un deterioro tan rápido en el acceso a medicamentos esenciales como el de Venezuela.

Muchos países de la región han enfrentado desde hace tiempo obstáculos en el acceso a medicamentos y servicios básicos, sobre todo en zonas rurales. Pero el desabastecimiento que se observa actualmente en Venezuela afecta tanto a hospitales importantes como a farmacias privadas. Y las políticas implementadas por el gobierno hacen que sea incluso más difícil conseguir estos medicamentos básicos, no sólo en el sistema de salud pública sino también en el sistema privado”.

El 1° de junio en uno de sus habituales informes, la ONG relacionada con sectores del gobierno de los EE.UU, Human Rights Watch expresó “su profunda preocupación ante la falta de acceso a medicamentos e insumos médicos esenciales en Venezuela, tanto en el sistema público de salud como en el privado.”

Según ésta ONG global financiada por grupos de poder económico mundiales, “El gobierno de Venezuela incumple actualmente su obligación internacional fundamental de asegurar que medicamentos e insumos médicos básicos estén disponibles y sean accesibles para todas las personas sin discriminación. Esta situación pone en riesgo la vida y la salud de decenas de miles de venezolanos.”

Luego de supuestas visitas realizadas recientemente a Venezuela, Human Rights Watch advirtió había faltantes de medicamentos para tratamiento del dolor, asma, hipertensión, diabetes y enfermedades cardíacas, entre otras. Había además una escasa oferta de jeringas, gasas y agujas.

Fotografía publicada por HRW : “Personas hacen fila para comprar productos de higiene personal dentro de una farmacia en Caracas, 3 de febrero de 2015”.

Según además afirma Human Rights Watch, “esta situación es consecuencia de las fallas del gobierno en la provisión directa de medicamentos e insumos al sistema público de salud, así como de políticas gubernamentales que han obstaculizado el acceso y la compra de medicamentos e insumos en el sistema privado. Venezuela no cuenta con una industria farmacéutica fuerte, y debido a ello el país tiene que importar la mayoría de los medicamentos e insumos médicos. Incluso en el caso de medicamentos que se fabrican localmente, la materia prima a menudo proviene del exterior.”

Sin embargo, esta ONG vinculada a la CIA nada dice de las verdaderas razones por las que en Venezuela, como en el resto de los países de la región, escasean algunos medicamentos como consecuencia del accionar monopólico y oligopólico de las grandes empresas farmacéuticas de los Estados Unidos y Europa, quienes mediante la utilización de mecanismos de patentamiento de fármacos y estrategias de posición dominante de mercado generan extraordinarias ganancias por ventas de medicamentos de alto precio, estableciendo al mismo tiempo un “desabastecimiento programado” de aquellas drogas esenciales necesarias para el tratamiento de alrededor del 90% de las enfermedades.

Asimismo, las grandes farmacéuticas (Big Pharma) provocan un estado de dependencia tecnológica por falta de principios activos con los cuales fabricar de manera local aquellos fármacos necesarios para abastecer los mercados nacionales ocasionando en algunos casos interrupciones o bloqueo del suministro de medicinas e insumos hospitalarios para acusar luego al gobierno venezolano de violar los derechos humanos, instalando en la opinión pública mundial la idea de caos humanitario con condiciones propicias de intervención al “Estado forajido” que ocasiona la muerte de seres humanos, esta vez por falta de medicamentos.

Afirma HRW que “Una red de médicos residentes que trabajan en hospitales públicos de todo el país informó que el 44 por ciento de los quirófanos no estaban operativos, y que el 94 por ciento de los laboratorios tenían fallas en el funcionamiento o falta de reactivos. Esta red también comprobó que en los hospitales había escasez o faltantes en el 60 por ciento de los medicamentos o insumos médicos que normalmente se mantienen en inventario, y que la mayoría de los medicamentos incluidos en la Lista Modelo de Medicamentos Esenciales de la Organización Mundial de la Salud no estaban disponibles en farmacias”.

Según HRW, “el gobierno obtiene algunos medicamentos e insumos directamente a través de acuerdos bilaterales con otros países, pero se han identificado reiterados errores del gobierno en la gestión de estos acuerdos que han empeorado la grave escasez de insumos. Para la mayoría de los medicamentos e insumos médicos, Venezuela depende de proveedores farmacéuticos privados. Pero la normativa sobre tipo de cambio y controles de precios que ha impuesto el gobierno obstruye este proceso, y tiene como consecuencia una oferta absolutamente inadecuada de medicamentos e insumos médicos básicos”.

En una acción de evidente injerencia desde una supuesta “sociedad civil mundial”, Human Rights Watch “solicita respetuosamente al Comité que exhorte al gobierno de Venezuela a adoptar medidas inmediatas para asegurar que los medicamentos e insumos esenciales estén disponibles y sean accesibles para todos los venezolanos, con el fin de cumplir con sus compromisos previstos en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales”. (PIDESC)

Lamentablemente y a pesar de los esfuerzos realizados, aun no ha sido posible dar una respuesta contundente al sabotaje lanzado por los laboratorios y droguerías privadas como a las fallas burocráticas que existen en la compra, almacenamiento y distribución de medicamentos, a pesar de la implementación del nuevo sistema integral denominado SIAMED.

Así, estos organismos internacionales de la injerencia son cómplices del desabastecimiento pero se erigen como fiscales globales y utilizan estas debilidades coyunturales de una gestión sanitaria para acusar cínicamente a Venezuela en la OMS  responsabilizando al gobierno de Nicolás Maduro de afectar los derechos humanos de la población.

¿Quién dirige HRW?

Kenneth Roth, director general de HRW.

Human Rights Watch, asociación estadounidense de defensa de los DDHH está siendo financiada por el especulador y golpista global George Soros con 100 millones de dólares, según denunciaron analistas internacionales.

Kenneth Roth, actual director ejecutivo es un exfiscal en el sur de Nueva York, nombrado director adjunto de Human Rights Watch, en 1987, siendo ascendido por George Soros a director general de esa “ONG” en 1993, cuando decidió poner a Aryeh Neier en la dirección del Open Society Institute.

Según algunos especialistas, los gobiernos caen o se mantienen dependiendo de lo que diga Human Rights Watch en sus informes. A veces sus investigaciones contribuyen al estallido de cruentas guerras, como ha ocurrido en Libia o Siria, y por supuesto, el gobierno de Washington y sus socios, siempre quedan excluidos de las investigaciones de Human Rights Watch.

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