Disautonomía: un problema de salud poco conocido
La disautonomía es un padecimiento que se manifiesta por la falta de funcionamiento normal del sistema nervioso autónomo, la central de la regulación de todos los órganos del cuerpo, independientemente de la voluntad (por eso se le llama autónomo). Esto involucra al corazón, la presión arterial, la regulación de la temperatura, la función digestiva, de diversas glándulas y del aparato genitourinario.
Es por eso que los pacientes con disautonomía presentan a menudo muchos y diferentes síntomas referidos a diferentes sistemas. Es común que a menudo se consulte con múltiples especialistas sin que se logre, la mayoría de veces, llegar al diagnóstico, aseguró el doctor Hugo Villarroel, médico internista, cardiólogo y ecocardiografista.
Entre las causas principales están: la llamada hipervagotonía del paciente joven, las taquicardias inapropiadas, la enfermedad de Parkinson, algunos tipos de demencia, diabetes mellitus, algunas modalidades de cáncer, la atrofia de múltiples sistemas, falla primaria autonómica (propia de adultos mayores); también están implicadas diversas lesiones cerebrales, de tallo cerebral, médula espinal y fibras nerviosas, indicó el cardiólogo.
“También es causada por diversos medicamentos y también es propia de diversas enfermedades genéticas heredables, como ocurre, por ejemplo, en pacientes con hiperelasticidad articular. Si alguna persona adolece de una o más de estas condiciones médicas podría eventualmente presentar disautonomía”, agregó el especialista.
Es muy común que no se tolere la postura de pie, que haya descenso brusco de la presión arterial y desmayo, o aun síncope, que implica pérdida del conocimiento. Los pacientes no toleran el frío o el calor, sufren de frecuentes dolores de cabeza o sensación de “cabeza vacía”, adormecimiento de los dedos, palpitaciones, dolor torácico, falta de aire, sudoración anormal de manos y pies, ansiedad, fatiga, indigestión, estreñimiento, entre otras condiciones que tienden a volverse crónicas.
Muchos pacientes son etiquetados como “neuróticos”, “histéricos” e “hipocondríacos”, especialmente cuando el paciente es de sexo femenino, lo cual no es raro porque la disautonomía es más frecuente en mujeres.
Diagnóstico
Para el diagnóstico se requiere de una historia clínica detallada, un examen físico completo, exámenes de laboratorio y pruebas especiales de diagnóstico, incluyendo electrocardiograma en reposo y de 24 horas (Holter), variabilidad del pulso, chequeos de presión arterial el posición de pie o mesa basculante (Head-Tilt Test), ecocardiograma doppler color y estudios específicos en que se solicita interconsulta con neurólogo o endocrinólogo, expresó el doctor Villarroel.
No siempre es necesario hacer todos estos estudios, pues a menudo el diagnóstico es obvio después del chequeo en consultorio, pero en pacientes con síncopes frecuentes o personas adultas mayores con muchos síntomas se requiere profundizar en la investigación. A menudo se requiere de suspender fármacos que podrían estar relacionados con la disautonomía o simularla, la lista es extensa. En algunos casos muy especiales puede requerirse de un marcapasos cardíaco.
Cuando se diagnostica disautonomía el tratamiento requiere de cambios de estilo de vida y a veces de medicamentos. “Es importante explicar a otros doctores su caso para que no vayan de manera involuntaria a prescribir medicamentos que puedan empeorar los síntomas”, puntualizó el experto.