Un estudio revela que tomar antibióticos puede aumentar el riesgo de que un niño desarrolle artritis juvenil.
Hispantv/Nexo latino-
Los niños que han utilizado antibióticos corren doble riesgo de desarrollar artritis juvenil en comparación con los niños de la misma edad que no los han tomado, según nuevas investigaciones.
Además, cuantos más antibióticos, mayor es el riesgo asociado, que se incrementa en el año siguiente a haberlos tomado.
Nuestra investigación sugiere otra posible razón para evitar el uso excesivo de antibióticos para las infecciones que obtener mejoran por sí solas”, ha explicado Daniel Horton, el principal autor del estudio.
La artritis juvenil, una forma de enfermedad autoinmune, consiste en la inflamación crónica de las articulaciones y los ojos que pueden provocar dolor, pérdida de la visión y discapacidad.
Los estudios previos indican que alrededor de un cuarto de los antibióticos prescritos a los niños -la mitad de los antibióticos prescritos para las infecciones respiratorias agudas- son probablemente innecesarios.
“Nuestra investigación sugiere otra posible razón para evitar el uso excesivo de antibióticos para las infecciones que obtener mejoran por sí solas”, ha explicado Daniel Horton, investigador postdoctoral que trabaja en el Departamento de Pediatría de Rutgers Robert Wood Johnson Medical School (EE.UU.) y autor principal del estudio.
Los investigadores comenzaron la investigación en 2014, a partir de estudios previos que mostraban que los antibióticos podrían predisponer a los niños a desarrollar otras enfermedades crónicas, como la enfermedad inflamatoria intestinal.
La alteración de las comunidades microbianas en los intestinos y en otros lugares parece jugar un papel en la enfermedad inflamatoria intestinal y otras enfermedades autoinmunes, incluyendo la artritis reumatoide en adultos.
“Los antibióticos son uno de los disruptores más conocidos de las comunidades microbianas humanos”, señala Horton.
La artritis juvenil, una forma de enfermedad autoinmune, consiste en la inflamación crónica de las articulaciones.
Los investigadores también encontraron que las infecciones del tracto respiratorio superior tratadas con antibióticos estaban asociadas más fuertemente con la artritis juvenil que las no tratadas.
Al mismo tiempo, comprobaron que los medicamentos antivirales y antifúngicos no estaban vinculados a la artritis juvenil, lo que sugiere que el riesgo para la artritis fes específica a los medicamentos antibacterianos.
Las infecciones virales se han sugerido como factores desencadenantes de la artritis juvenil, pero varios estudios argumentar en contra de esta hipótesis. Lo que queda claro, según Horton, es que los niños con artritis juvenil tienen un mayor riesgo de infecciones graves, en parte debido a que el sistema inmunológico no protege contra las infecciones como debería.
“Así que una explicación alternativa a nuestros hallazgos es que este sistema inmune anormal hace que los niños sean más susceptibles a la infección grave, incluso antes de ser diagnosticados con artritis. Bajo esta hipótesis, los antibióticos podrían ser un marcador de la inmunidad anormal y no una causa directa de la artritis”, apunta Horton.
“La mayoría de los niños reciben antibióticos, pero sólo 1 de cada 1000 llegan a padecer artritis. Así que incluso si los antibióticos contribuyen al desarrollo de la artritis, no es claramente el único factor”, concluye el científico.