Asi mismo, explica que las vacunas GARDASIL™ o CERVARIX® fabricadas por las farmacéuticas MERCK y GLAXOSMITHKLINE, se administran en tres dosis, a los dos meses de la primera, la segunda y la tercera dosis a los cuatro meses después de la segunda, pero algunas jovencitas no han llegado ha causarles la muerte y otras han quedado lisiadas de por vida.
Argumenta que “mientras estas transnacionales esperan llenar sus bolsillos a costa de los impuestos de los ciudadanos que los gobiernos les proveen —miles de millones de dólares al año— por los lotes vaccíneos que ellos fabrican, los niños y las niñas están siendo puestos en riesgo sin que alguien diga algo. Los gobernantes, ministros de salud y presidentes sonríen ante las cámaras y anuncian con bombo y platillo que esta es la vacuna milagrosa contra el cáncer cuando la realidad es que están mintiendo”.
Concluye afirmando que “Si la vacuna no sirve, no puede justificarse su uso”