A lo largo y ancho de nuestro país, cada vez más estadounidenses están encontrando que los precios de los medicamentos que necesitan están por las nubes. De manera trágica, varios doctores nos han contado que muchos de sus pacientes ya no pueden pagar sus medicinas. Como resultado de ello, algunos se enferman aún más. Otros mueren.
Una nueva encuesta de Kaiser Health muestra que la mayoría de los estadounidenses opinan que los costos de los medicamentos en este país son irrazonables, y que las empresas farmacéuticas se están enfocando en sus ganancias y no en las personas. ¿Quieren saber algo? Eso es completamente cierto.
Los estadounidenses estamos pagando por nuestros medicamentos los precios más altos del mundo. Estos costos incrementaron 12.6 por ciento el año pasado, más del doble que los costos del promedio en tratamientos médicos (la inflación de nuestro país fue de 0.8 por ciento en ese mismo año).
Ésta no es una cuestión de partidismo. La mayoría de los estadounidenses —republicanos, demócratas e independientes— quiere que el Congreso haga algo con respecto a los precios de los medicamentos. 86 por ciento de los encuestados, incluyendo 82 por ciento de los republicanos, opinan que las farmacéuticas deberían tener la obligación de publicar información que indique cómo es que calculan estos precios. Grandes mayorías apoyan también otras soluciones al problema de los costos de medicamentos.
La encuesta de Kaiser también mostró que los votantes republicanos están más interesados en arreglar los costos de sus medicamentos que en revocar la ley de Obamacare. Y tienen razón. Los intentos de revocar esta ley son sólo distracciones que encubren los verdaderos problemas que nuestro país está enfrentando en lo correspondiente al cuidado de la salud. Millones de estadounidenses aún no pueden ver a un doctor cuando lo necesitan. Otra encuesta mostró que de cada cinco estadounidenses, aproximadamente uno no puede llenar su receta por culpa de los altos costos.
Esto no debería estar sucediendo en los Estados Unidos de América, pero así es. El sistema Medicare predice que los costos de medicamentos continuarán en aumento casi 10 por ciento anual durante los próximos 10 años. Decenas de miles de estadounidenses ahora gastan más de $100,000 al año en sus medicamentos. Hay una medicina que cuesta $1,000 por pastilla.
Los costos de nuestros medicamentos están fuera de control porque eso es lo que quieren las compañías farmacéuticas. Otros países tienen seguros nacionales de salud similares al plan de Medicare Para Todos, que yo he propuesto, y estos planes nacionales permiten negociar mejores precios. En este país, sin embargo, los cabilderos farmacéuticos han logrado evitar que el programa de Medicare pueda negociar mejores precios a nombre del pueblo estadounidense.
Estas son unas de las medidas con sentido común que estoy pugnando para convertir en ley:
– El Congreso debe instruir que la Secretaria de Salud y Servicios Humanos negocie los precios de medicamentos con las compañías farmacéuticas a nombre del pueblo estadounidense. Debemos utilizar nuestro poder adquisitivo colectivo para obtener mejores acuerdos en beneficio de los estadounidenses.
– Debemos penalizar a las compañías farmacéuticas que cometan fraude. Al parecer ellas piensan como los grandes bancos: que el pagar multas y liquidaciones extrajudiciales es parte del costo del negocio. Eso debe cambiar. Debemos promulgar legislación que dicte que las farmacéuticas perderán su monopolio respaldado por el gobierno sobre un medicamento si son encontrados culpables de fraude en la manufactura o venta de dicho medicamento.
– Debemos darle fin al “pago por retraso”. Esa es la complicidad que ocurre entre compañías farmacéuticas cuando la propietaria de una patente de marca le paga a otra farmacéutica para que retrase su manufactura de un sustituto genérico. Los medicamentos de marca cuestan diez veces más que los genéricos, en promedio, y llegan a costar hasta 33 veces más.
– Debemos también exigir transparencia a las farmacéuticas, que han estado ocultando sus verdaderos gastos en investigación y desarrollo mientras simultáneamente aprovechan exenciones de impuestos por ello, y se han dedicado a utilizar cifras sesgadas como la excusa para especular con sus precios.
– Debemos facilitar la importación de medicamentos de bajo costo procedentes de otros países. Hace unos años yo fui el primer miembro del Congreso que cruzó la frontera con Canadá para acompañar a varios estadounidenses con el fin de comprar medicamentos a una fracción del costo que estaban pagando en Estados Unidos. Al otro lado de la frontera pudieron comprar medicinas para el cáncer de mama a un precio muchísimo menor de lo que pagaban en nuestro país. Los estadounidenses deben contar con la capacidad de hacer estas compras en línea o por correo, siempre y cuando tengan una receta expedida por un doctor.
Los estadounidenses no deberían vivir temiendo que podrían irse a la quiebra si se enferman. El pueblo no debe quedarse sin los medicamentos que necesita sólo porque sus representantes electos no tienen las agallas para retar al cabildeo farmacéutico. El público está harto y tiene justa razón para estarlo. Ya es hora de ponernos al nivel del resto del mundo industrializado, no sólo promulgando un programa nacional del cuidado de la salud, sino también implementando normas para los medicamentos de receta que funcionen para todos nosotros, no sólo para los directivos de la industria farmacéutica.
(*) Bernie Sanders es senador independiente por Vermont y aspirante a la nominación demócrata para la presidencia.
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Origen: Opinión: Altos costos de medicamentos están matando estadounidenses – Univision Noticias