Opinión

BioCubaFarma habla sobre abastecimiento de medicamentos en el país

 

 

La escasez de medicamentos reportados en el país durante el primer semestre del 2015 fue tema polémico de debate en la población y medios de prensa; muchas fueron las quejas y cuestionamientos ante un déficit que incide directamente en la calidad de vida de las personas y nuestro sistema de salud.

Hoy, tras un proceso paulatino de recuperación, Granma con­versa en exclusiva con directivos del Grupo Empresarial BioCubaFarma sobre las causas que conllevaron a tal problemática y las estrategias puestas en marcha para evitar escenarios similares en lo adelante.

Como se ha explicado en otras ocasiones —indica el vicepresidente primero, Eduardo Martínez Díaz—, entre enero y julio de este año tuvimos serias afectaciones en alrededor de 60 medicamentos, como consecuencia de problemas en el abastecimiento de materias primas, atrasos productivos y el retiro de algunos proveedores de nuestra cartera.

“De los 857 fármacos que conforman el cuadro básico de medicamentos, 269 son importados de diferentes países, principalmente de mercados muy distantes como China, India y algunos países de Europa, y con un ciclo de aprovisionamiento de insumos entre 60 y 90 días”. Es decir, si la cadena logística no se hace bien desde el principio, aunque estén contratados los recursos, estos demorarán en llegar al país.

Hay que mencionar, sin embargo, otros factores de carácter más subjetivo, errores humanos y fallas organizativas que sumaron puntos a la compleja situación creada. “Nuestra industria re­quiere un alto nivel de concentración y esfuerzo, y que los directivos y especialistas sean efectivos en la labor que desarrollan. Somos conscientes de que el desabastecimiento fue también responsabilidad de que algunas personas no cumplieran bien su trabajo o no fueran lo suficientemente agresivas para solucionar la situación en toda su magnitud”, agrega.

Según la vicepresidenta de operaciones empresariales, Teresita Rodríguez Cabrera, a raíz del problema, se aplicaron medidas administrativas y correctivas en todas las instituciones que no lograron oportunamente una solución eficaz, además de una reestructuración interna.

Uno de los grupos farmacológicos que estuvo afectado principalmente —acota la funcionaria— fue la melformina que se utiliza para el tratamiento de los pacientes diabéticos, así como los citostáticos, los antihipertensivos y cardio-vasculares.

“Con la experiencia del presente año, para el 2016 hemos elaborado, como es usual, las demandas de medicamentos para los próximos meses en conjunto con el Ministerio de Salud Pública (Minsap), y a partir de esto, el plan de necesi­dades, desde los materiales de repuesto hasta piezas para la in­dustria”, afirma Teresita Rodríguez.

El vicepresidente primero agrega que más del 90 % del plan de importaciones están en vías de contratación, y si se logran completar estos acuerdos entre lo que queda de año y principios del próximo, se podrá garantizar un alto nivel de coberturas productivas y abastecimientos de los fármacos.

Aunque la producción ha comenzado a recuperarse y muestra signos de estabilidad, los directivos reconocen que todavía hay que trabajar en función de eliminar las bajas coberturas y acercarnos a la demanda mensual de medicamentos que se entrega en las farmacias, a fin de que el paciente pueda comprarlo en el momento que lo necesite sin demora alguna.

PUNTOS PENDIENTES EN LA AGENDA

Para que todo marche según lo convenido, el estado del proceso inversionista también debe revitalizarse, teniendo en cuenta que la industria farmacéutica cubana es altamente regulada y tiene que cumplir estándares elevados de buenas prácticas de fabricación. Estas regulaciones tienen que aplicarse a cada procedimiento y con especificaciones detalladas sobre la calidad de la materia prima y sus proveedores, explica Eduardo Martínez.

En ocasiones, debido a la poca capacidad de la industria, se han importado algunos medicamentos como el atenolol y la dipirona, de gran consumo y bajos precios, y se preservan las capacidades productivas para otros insumos más estratégicos como el enalapril y el captopril.

Pero no se trata de importar por importar —explica Teresita Rodríguez—, ya que estos fármacos son controlados y registrados por el CECMED, Autoridad Reguladora de Medicamentos de Cuba, y se realizan además evaluaciones en las fábricas para testear la calidad.

“En estos momentos existe un grupo importante de inversiones que se están llevando a cabo en la organización. En casi todas nuestras plantas productivas se están llevando a cabo inversiones, ya sea para la adquisición de equipamientos que aumenten las capacidades de producción o para contar con técnicas de avanzada”.

Por ejemplo, en el caso de la empresa de cremas y un­güen­tos se instalará una nueva planta que debe estar en marcha para finales del 2017, y la empresa MedSol se va a ver beneficiada, entre diciembre y enero próximo, con la adquisición de equipos que eleven la cobertura de las “tabletas” y comprimidos, comenta.

El vicepresidente primero de BioCubaFarma afirma que a pesar de las dificultades que han atravesado, existe un compromiso bien grande de los trabajadores para lograr revertir la situación y llegar a alcanzar un abastecimiento adecuado de los medicamentos, pues la premisa es trabajar en función de las necesidades del pueblo.

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