La Habana.- (PL)Como es habitual en la milenaria cultura china, no siempre lo visible es lo más efectivo y muestra de ello es el nuevo qiqong medicinal: una apuesta por poner a nuestro servicio la energía que todos llevamos dentro.
Con la curiosidad como catalizador arriban a La Habana el profesor Yan Tingba y la con-discípula Guo Lingxia, dos ciudadanos chinos con el objetivo de probar la reacción del cubano promedio a las bondades que ofrece esta amalgama de ciencia, modo de vida y cultura.
Ambos pertenecen al estudiantado del célebre maestro Yang Feng, considerado el creador del Nuevo qiqong Medicinal; un dato nada despreciable teniendo en cuenta que los orígenes de dicha disciplina se remonta a hace más de dos mil años.
Entre los libros publicados por el maestro Yang, sus propios discípulos resaltaron en suelo cubano Secretos de Prevención de Salud en las Mujeres y Nuevo qiqong Medicinal, entre otros por los que se han regido en su aprendizaje de un método que, literalmente, les cambió la vida.
¿En qué consiste ésta rama terapéutica y cómo puede beneficiar el día a día de los cubanos? A estas justificadas interrogantes Yang Tinba y su colega y traductora Guo Lingxia dieron sendas respuestas a Orbe.
“El qi (pronunciado chi) es aire y cuando nuestro cuerpo lo retiene y renueva prolongamos nuestra vida. Una tortuga respira dos veces por minuto mientras que el ser humano lo hace en 22 ocasiones durante el mismo tiempo, de ahí la diferencia de longevidad entre ambas especies”, aclara el profesor Yang.
Aunque para nosotros el qi -añade- se refiere más bien a la energía que todos tenemos en nuestro interior y apenas hemos aprendido a utilizar, la fuente de esta fuerza está en todas partes.
De esta manera se puede deducir que elementos naturales como el sol, la luna, el agua etc devienen compendios indisolubles del milenario método y no deben ser tomados a la ligera.
Yang señaló que Cuba es muy rica en todos estos aspectos y confesó que desde que Guo Lingxia y él llegaron a La Habana van a la orilla de sus playas al menos dos veces al día para recoger la energía que gastan a diario.
“La contaminación y la industrialización en Bei Jing dificultan estas prácticas, pero los cubanos no saben lo privilegiados que son por su aire limpio y naturaleza, deberían aprovecharla más”, explicó el educador.
Se refirió al hecho de que aún no piensan en términos de logística sobre cómo masificar esta práctica en la isla, por ahora sólo quieren ver si los cubanos reaccionan ante un fenómeno prácticamente desconocido en la isla.
Dolencias como la diabetes, cardiopatía, impotencia sexual, problemas renales, el estrés, la hipertensión, dolores de columna e infertilidad, entre otros, son tratables mediante la práctica habitual de sus rutinas y ejercicios. También abundó en el carácter preventivo del qiqong, a diferencia de la medicina occidental que se centra más en aliviar la enfermedad que en conocer su origen y así poder neutralizarla de raíz.
Descartó además catalogarlo como un arte marcial, sino una variante enfocada en aprender a beneficiarnos de nuestra paz y sinergia interior.
SERIAS BASES CIENTÍFICAS
La medicina tradicional china se concentra en la armonía entre el qi (aire) y la sangre. Las células tienen su ciclo de vida y si logramos respirar y absorber la energía que nos rodea de manera más efectiva mediante una respiración moderada logramos saturarlas de oxígeno y duran más.
“Convertir el aire en la energía primaria del cuerpo es el objetivo principal de la disciplina del qiqong”, concluyó.
Por último, Guo Lingxia se refirió a los cambios positivos que ha habido en su vida desde que asumió dicha práctica y además aclaró que el maestro Yang Feng, por cuyos conceptos se rigen la mayoría de los practicantes en la actualidad, ha curado en sus más de 40 años de experiencia a cerca de 100 mil personas.
“La familia Yang durante nueve generaciones ha practicado la medicina tradicional y tiene su génesis en el gran Yang Shitang. Yang Feng es también Presidente de la Compañía de Institutos de Medicinas Tradicionales e Internacionales de Bei Jing”, expuso con cierto orgullo en la mirada.
Que estos emisarios del Lejano Oriente se conviertan en el primer eslabón entre la milenaria cosmovisión del qiqong como una verdadera alternativa en Cuba a los populares Tai Ji Quan y Wu Shu queda en manos del destino.
No hay que mostrarse temerosos ante la posibilidad de que algún día sea algo común que en Cuba nos sugieran una tanda de sus ejercicios para curar algún mal, pues al fin y al cabo así es nuestro país en la actualidad: un hervidero de cambios y nuevas tendencias.
alb/deg
* El autor es periodista de la redacción de cultura de Prensa Latina