(Video) Destapando la “caja negra”: Los jarabes, canal youtube
El jarabe se presenta como una de las formas medicamentosas más antiguas que se conocen. Su nombre es de origen árabe y su uso es ancestral, incluso antes de la producción del azúcar, cuando se hacían con miel. Nosotros los conocemos sobre todo para las dosis pediátricas y tratamientos terapéuticos.
A continuación en el video conoceremos cómo se hacen, dónde actúan y de qué están compuestos los jarabes.
Los jarabes son preparaciones farmacéuticas líquidas, de consistencia viscosa, que se administran por vía oral. Son soluciones concentradas de azúcar en agua.
Se le denomina jarabe simple a la solución de azúcar al 85% en agua purificada.
Asimismo, de la adición de sustancias aromáticas o de sabor agradable, surgen los jarabes aromáticos. Si a estos se les agregan principios activos, se obtienen los llamados jarabes medicinales.
Los jarabes medicinales están compuestos por:
Un principio activo; Es la sustancia responsable del efecto terapéutico. Comúnmente los analgésicos, antipiréticos, antitusígenos, antiasmáticos y vitaminas son formulados bajo esta forma farmacéutica.
Un jarabe simple; El cual sirve como vehículo.
También se le agrega:
Un saborizante/aromatizante; Con el fin de mejorar la aceptación del medicamento.
Un colorante; El cual debe ser coherente con el sabor y el olor, por ejemplo: si el sabor del jarabe resulta muy ácido, puede usarse un colorante verde y llevar aroma a limón. Si es ligeramente ácido puede emplearse el naranja y olor a mandarina, de lo contrario se le coloca un colorante rosado y esencia a fresas.
Un antioxidante: Con el propósito de evitar la degradación de los componentes por el oxígeno.
Finalmente, un preservativo para impedir la proliferación bacteriana y por ende la descomposición de la preparación.
Para la preparación industrial de jarabes se mezclan en un tanque con un agitador de hélice los componentes con el jarabe simple, es importante regular la temperatura para no exceder de 60 grados centígrados, para así, no afectar la termoestabilidad tanto del principio activo como del azúcar.
Una vez obtenida la disolución completa, con ayuda de una bomba, se hace pasar por un filtro para eliminar impurezas insolubles. El producto de la operación debe ser un líquido translúcido, no turbio, que se almacena en un tanque para su posterior envasado.
El llenado se realiza por gravedad o por bomba a pistón. Generalmente, los jarabes se envasan en frascos de 60, 120, 180 y 240 mililitros de capacidad.
Para el envasado se emplean frascos de vidrio color ámbar cuya función es proteger el jarabe de la radiación ultravioleta, no debemos usar frascos transparentes ya que la luz puede catalizar la oxidación de la preparación. Cada vez es más común ver jarabes envasados en frascos de plástico.
Luego se procede al sellado con un precinto de seguridad en la tapa. Nunca debemos ingerir un jarabe con el precinto roto o sin este, ya que garantiza la no adulteración del producto durante el transporte.
Posteriormente es etiquetado. En la etiqueta debe declarar: El nombre genérico del principio activo, su concentración, dosis, indicaciones, precauciones, contenido neto número de lote, fecha de elaboración y vencimiento. El régimen legal incluye también el número de registro sanitario.
Los jarabes son preparaciones de uso interno o enteral, se administran por vía oral, el principio activo atraviesa el tracto gastrointestinal, se absorbe fundamentalmente en el intestino delgado gracias a su gran superficie. Luego en la sangre viaja por todo el cuerpo, ejerciendo un efecto sistémico, hasta llegar al sitio de acción.
El empleo de esta forma farmacéutica oral facilita la administración del medicamento a niños o adultos de la tercera edad, para quienes no saben tragar comprimidos y cápsulas o tienen dificultad para hacerlo.
Se prefiere su uso pediátrico, gracias a sus componentes que enmascaran el sabor desagradable del fármaco haciendo buena su aceptación.
La unidad de dosificación del jarabe es de 15 mililitros cuyo volumen corresponde a una cucharada sopera o de 5 mililitros iguales a una cucharadita.
Hay que destacar que el volumen de una cucharada equivale al de tres cucharaditas.
Un mal hábito que debe evitarse, es tomar el jarabe empleando la tapa o pegando la boca directamente al pico del frasco. Mostrar los dibujos que van entrando en escena uno a uno, la cucharada sopera, y 3 cucharaditas que equivalen a la sopera.
Los jarabes son soluciones, no deben tener sustancias sólidas, si observa un precipitado no debe ingerirlo ya que es indicación de que el medicamento está dañado, independientemente de su fecha de vencimiento.
Estos no deben agitarse antes de usar a diferencia de otras formas líquidas como las suspensiones.
Aquellos jarabes que además de agua contiene un pequeño porcentaje de alcohol, para mejorar la solubilidad del fármaco, se les conoce como elixires.