Uno de los más importantes investigadores colombianos sobre las plantas usadas como medicina, el profesor Ramiro Fonnegra Gómez, docente del Instituto de Biología de la universidad de Antioquia, en la que lleva 50 años vinculado, estuvo en la universidad del Quindío aceptando la invitación de la institución con ocasión del diplomado sobre plantas medicinales en su primera fase de 2015, que se llevó a cabo en este segundo semestre del año.
¿Hay plantas medicinales útiles en diciembre y Año Nuevo?
Por supuesto, hay plantas medicinales para esta temporada. Hay algunas que han sido estigmatizadas pero que pueden ser recomendadas, por ejemplo, la hoja de coca masticada con ceniza de yarumo que hace que en esta época usted consuma demasiados manjares y que pueda mantener un peso estable.
Hay otras como el ‘amansaguapos’ que también la llaman ‘amansajusticia’ y ‘amansatoros’ que sirve para desintoxicar el organismo después de consumir mucha bebida alcohólica. La historia oral recogida durante muchos años sobre la ‘amansaguapos’ señala que tiene usos informados en medicina tradicional y que se ha usado como sedante para calmar a las personas con el genio alborotado. —asimismo lo indica Fonnegra en un reciente libro suyo—.
Sirve para este tiempo, col o el repollo en infusión de las hojas mezclado con flores de sauco porque acaba con lo que llamamos resaca, ese malestar que se siente al otro día de haber consumido alcohol o comidas irritantes en exceso. Hay muchas plantas que en diciembre y Año Nuevo sirven para conservar la salud y que bien pueden usarse en las dosis precisas que deben ser recomendadas, como en todos los casos, por quienes saben de este universo de dimensiones desconocidas como en efecto es el de las plantas en el planeta Tierra.
Profesor, ¿qué importancia tiene un diplomado de esta naturaleza?
Muchísima y sobre todo este que es pionero en Colombia. La importancia vital es que conserva la tradición de los abuelos. Plantas medicinales que en la época actual, en nuestra sociedad y con los sistemas de salud que tenemos, el beneficio para la población no tendrá discusión. Por otra parte, debo destacar que el evento de la universidad del Quindío contiene un nivel de seriedad plausible con una importancia grande para el conocimiento y el uso correcto de estos productos. Es que no basta saber que una planta sirve para una enfermedad, es indispensable conocer cómo se toma, qué cantidad y por cuánto tiempo.
En los últimos 30 años el país ha vuelto al uso de las plantas medicinales por muchos factores. Aunque la medicina alopática o convencional descubre nuevos medicamentos, nuevas técnicas para tratar las enfermedades, los costos son demasiado altos y el pueblo no tiene la capacidad económica para adquirirlos. El actual sistema de salud en Colombia, Latinoamérica y muchas partes del mundo, no permite la asequibilidad a estos productos y por eso la única alternativa que se tiene son las plantas medicinales y quiero decirle que las clases altas las están utilizando en todo el mundo. En Alemania, siendo un país superdesarrollado, más del 80% de la población está acudiendo a esta práctica médica antes que acudir a la medicina convencional.
¿Qué porcentaje de las plantas están incorporadas en la medicina convencional?
Casi todos los medicamentos provienen de las plantas o fueron encontrados en ellas. Hoy entre el 80 y el 85% de los farmacos convencionales son de origen vegetal, ya sea porque todavía se use el principio activo de la planta o porque el hombre lo haya podido identificar y sintetizar. Digamos que de ese 85% más o menos, para un 25% todavía se requiere cultivar la planta para extraer el principio activo. Hay medicamentos usados contra la leucemia que provienen del besito, planta que está en todos nuestros antejardines. Ahora bien, esta es altamente tóxica y son necesarios los conocimientos del especialista —generalmente un homeópata— que sepa cómo diluirla hasta la concentración que no le haga toxicidad al cuerpo humano, es que una sola florecita puede causar infarto, pero eso tampoco significa que se tenga que destruir de nuestros antejardines, solo hay que saberla manejar.
Por ser natural no significa que esté libre de eventos adversos para la salud. Una planta medicinal mal aplicada es peor que un medicamento convencional mal aplicado, porque en este último caso, el paciente o usuario solamente toma una molécula del principio activo mientras que en la planta pueden haber cien, doscientas o más moléculas que actúan como principios activos, de ahí que para el manejo de las hierbas medicinales se requiere de profesionales muy calificados por el beneficio de la salud del pueblo.
La verdad es que el uso de las plantas es tan antiguo como el ser humano sobre la Tierra. Con el despertar de su inteligencia el hombre empezó a acumular y a transmitir información sobre los vegetales que antes utilizaba para la alimentación, la cacería, para elaborar utensilios, generar bienestar y hasta para hacer ritos mágico-religiosos, entre otros. Son muchos los autores que aseguran que el uso de las plantas medicinales nació con el ser humano, quien las utilizó desde mucho antes de la domesticación de aquellas usadas con fines agrícolas.
Por Jorge Eliécer Orozco D.