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España: Revisar las prescripciones de AINE, es necesario frente al mal uso y abuso

Un estudio realizado en centros de salud de Huelva detecta más de cinco mil problemas potenciales de prescripción electrónica de estos fármacos que podían afectar a la seguridad de los pacientes.

Por: Joanna Guillén Valera | joanna.guillen@correofarmaceutico.com

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Problemas detectados sobre el uso de antiinflamatorios. (Ana Sela)

La intervención del farmacéutico de atención primaria mediante la revisión de las historias clínicas y la formación de los médicos de atención reduciría los potenciales problemas de prescripción de antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Ésta es una de las conclusiones principales del proyecto de tesis doctoral de la farmacéutica y miembro del Grupo de Investigación de Farmacoterapia y Atención Farmacéutica de la Universidad de Sevilla Ana Sela, que muestra que “la intervención de Farmacia logra una reducción de problemas de uso de los AINE en más del 50 por ciento”.

Como explica a CF Concepción Pérez, profesora titular de Atención Farmacéutica del Departamento de Farmacología Facultad de Farmacia Universidad de Sevilla, “estos medicamentos son de los más utilizados en la práctica clínica o como automedicación para tratar patologías, sobre todo, osteoarticulares”. De hecho, informa Pepe Alba,  del Grupo de Dolor de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria, “desde 2000 y hasta 2013 su consumo en España ha aumentado un 26,5 por ciento, según datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps).

La población expuesta, informa Sela, “suele ser muy vulnerable, mayores de edad, con comorbilidades y polimedicada, más susceptible de interacciones ó reacciones adversas”. Por ello, la farmacéutica decidió centrar su tesis en analizar esta situación en un área concreta de AP.

El estudio se realizó en el Distrito Sanitario de Huelva-Costa, integrado por catorce centros de salud y estuvo coordinado desde el Servicio de Farmacia. El objetivo fue, por una parte, realizar un análisis descriptivo de la evolución del consumo de AINE en el distrito y, por otra, evaluar la efectividad de dos intervenciones farmacéuticas: una, para reducir potenciales errores de prescripción electrónica que puedan afectar a la seguridad, y otra, para adecuar los fármacos a las recomendaciones de la Aemps.

Del primer análisis se detectaron 5.984 problemas potenciales de prescripción electrónica de AINE que podían afectar a la seguridad de los pacientes. Los más frecuentes se referían a medicamentos pautados por períodos superiores a tres meses a pacientes mayores de 65 años, seguidos por los tratamientos concomitantes con antihipertensivos, antiagregantes y/o anticoagulantes y las duplicidades.

Todos estos problemas se comunicaron a los médicos de atención primaria,  que realizaron cambios, “lográndose una reducción de los problemas de más del 50 por ciento”, informa Sela. Además, los farmacéuticos realizaron sesiones en cada centro de salud en las que se informó a los médicos sobre el proyecto y se les formó sobre los medicamentos.

Para el estudio de adecuación de tratamientos, Sela reclutó a 262 pacientes a los que revisó su historia clínica. De este análisis, vio que “los AINE estaban pautados para períodos prolongados en patologías crónicas, para pacientes mayores (mujeres con artrosis en mayor proporción) y con factores de riesgo gastrointestinal, algunos sin gastroprotección”. Asimismo, “el 29,8 por ciento de los pacientes en tratamiento con AINE tenía un riesgo cardiovascular alto”.

Otro dato que se observó fue que el 5 por ciento de todos los intervenidos presentaba insuficiencia renal y más de la mitad tenía triple terapia de AINE,  IECA o ARA II y un diurético, “una asociación que aumenta el riesgo de fallo renal agudo”, explica Sela. Las interacciones más frecuentes estaban relacionadas con antihipertensivos y antiagregantes.

Tras detectar los problemas, los farmacéuticos realizaron 117 recomendaciones dirigidas a garantizar la seguridad de los pacientes que comunicaron a cada uno de los prescriptores. En opinión de Sela y Pérez, “la intervención fue efectiva en cuanto que el 85,16 por ciento de las recomendaciones ó propuestas formuladas por el farmacéutico fueron aceptadas por los médicos, con el consiguiente cambio de la prescripción, para adecuar los tratamientos de AINE”.

La mayoría de las actuaciones de los médicos consistieron en la anulación del AINE ó cambio a analgésico. Sobre las intervenciones no aceptadas, “los médicos señalaron que no lo habían hecho aludiendo que son medicamentos de continuación para tratamientos instaurados por especialistas o para artrosis y dolor continuado”. Sin embargo, según explica Sela, “en muchos de estos casos la pauta crónica en receta electrónica no correspondía con el uso real del AINE por parte del paciente”.

  • El 5 por ciento de los pacientes intervenidos en el estudio tenía insuficiencia renal

Para las autoras, este trabajo evidencia la necesidad de implicar más al farmacéutico en la revisión de medicamentos de uso tan extendido como los AINE, pero “no sólo en primaria sino también en comunitaria”, apunta Pérez. En opinión de Alba, “el farmacéutico comunitario tiene un papel muy importante en la detección del mal uso o abuso de estos tratamientos sobre los que aún existe mucho desconocimiento”. Sin embargo, lamenta: “No acceder a la historia clínica obstaculiza una atención más efectiva”.

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Pérez y Sela, en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Sevilla. (Juan Flores)
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Ana Sela y Concepción Pérez, autora y tutora del estudio. (Juan Flores)

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