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Guatemala: Irresponsabilidad empresarial

Por: Karin Slowing

Una empresa, bajo el pretexto de “velar por el derecho a la salud” y apoyados en una sentencia de la Corte de Constitucionalidad, podría dejar a miles de guatemaltecos sin la posibilidad de medicamentos genéricos, que son económicamente más accesibles, lo que hasta ahora les ha permitido mayor posibilidad de tratarse dolencias tales como la diabetes, la hipertensión arterial y problemas de coagulación de la sangre. Con esta acción se ha sentado además un peligroso precedente en toda Centroamérica, que coloca a Guatemala nuevamente entre las naciones más retrógradas del planeta.
Afortunadamente la reacción de la sociedad fue de indignación, desatada en primera instancia contra la CC por tan desafortunada sentencia; y en segundo lugar, contra esa empresa que ha antepuesto sus intereses particulares sobre el bien común. Respecto a la CC, la movilización ciudadana ha permitido que se percaten del tremendo error que cometieron y revisen lo actuado, clarificando el alcance de la sentencia. En el caso de la empresa, no obstante, el clamor ciudadano no fue suficiente para impedir que hiciera llegar al Ministerio tres solicitudes de cancelación de registros de medicamentos, a las que se sumaron ahora las de “dos ciudadanos” que exigen que se cancelen otros 27 registros de igual número de medicamentos genéricos.

Por otra parte, Q75 de cada Q100 que gasta la gente en salud ya se destinan a la compra de medicinas. ¿Cuánto es suficiente para una empresa? Una pregunta absurda, me dirán. “Más, siempre más”, la única consigna que vale. A fin de cuentas, las empresas no son instituciones de caridad y los mercados son “neutros” y “amorales”, como leí en un documento por allí.

¿Piensan así todos los empresarios guatemaltecos? Un documento de CentraRSE (Centro para la Responsabilidad Social Empresarial de Guatemala) publicado en 2006, de fácil acceso en la web, me hizo pensar un tiempo que no; que el empresariado nacional, sin renunciar a su finalidad de lucrar con sus emprendimientos, podía tener a la par conciencia de su responsabilidad social mayor: la de contribuir al bienestar de toda la sociedad que le da la base y oportunidad para desarrollar sus emprendimientos; efectivamente, ese documento de CentraRSE define la RSE como “hacer negocios basados en principios éticos y apegados con la ley… Que las empresas adopten una postura activa y responsable en torno al impacto que tienen sus operaciones en la sociedad… Es el rol que le toca jugar a las empresas a favor del desarrollo sostenible; es decir, a favor del equilibrio entre crecimiento económico, bienestar social y el aprovechamiento de los recursos naturales y el ambiente”.

Una empresa socialmente responsable, preocupada por “el derecho a la salud” y la “calidad y bioequivalencia” de los medicamentos genéricos habría buscado otras formas de apuntalar al MSPAS para fortalecer su capacidad de evaluar y garantizar que el usuario compra medicamentos genéricos seguros en el mercado. Parte de la pirámide de la RSE implica participar en desarrollar políticas públicas que impulsen el bien común.

¿Qué haremos como sociedad para enfrentar este atropello al derecho a la vida? El MSPAS está haciendo su parte con el nuevo reglamento que está en proceso. El Colegio de Farmacéuticos ya se ha pronunciado y la PDH. Los ciudadanos también. Faltan voces clave como la de la Oficina Panamericana de la Salud. Las compras globales de medicamentos vía OPS, son una salida efectiva que garantiza al Estado la compra más barata y con estándares de calidad. Será el reto de la nueva administración amplificar su uso.

Origen: Irresponsabilidad empresarial

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