Dos afrodisiacos naturales que sí funcionan
poblanerias.com.- Mejorar la vida sexual es una preocupación de muchos seres humanos. Derivado de ello se han creado fármacos que cumplen con la función, pero cuyas consecuencias pueden ser perjudiciales para la salud.
Los productos naturales aparecen como una opción afrodisiaca que no tienen efectos secundarios dañinos. Al respecto, también se han generado mitos sobre plantas, bebidas y alimentos que aumentan la libido.
Según la Universidad de Guelph, Canadá, los verdaderos afrodisiacos son el azafrán y el ginseng.
Está comprobado que ambas sustancias son “verdaderos estimulantes del rendimiento“, afirmó Massimo Marcone, científico de la universidad canadiense.
Pese a que la creencia popular indica que el chocolate tiene efectos afrodisíacos, los científicos no encontraron evidencia de que este alimento tenga relación con la excitación o satisfacción sexual.
Quizás algunas personas sienten un efecto debido a determinados ingredientes del chocolate, principalmente la feniletilamina, un compuesto que -se cree- tiene un efecto en los niveles de serotonina y endorfinas en el cerebro”, explica el investigador.
El Panax ginseng, planta cuya raíz se utiliza de forma frecuente en la medicina tradicional china, y el azafrán, derivada de la flor Crocus sativus, tienen efectos sostenidos en la estimulación del impulso y el rendimiento sexual.
Los que no se comen
La conducta, comportamiento y emociones son otros aspectos que elevan el deseo sexual. El portal Sexologia.com enlista cinco afrodisiacos que no se comen:
- Confianza. La complicidad es la clave para disfrutar al máximo.
- Considerar el sexo como un juego. Olvídate de competir o quedar bien en la intimidad y sólo disfruten del momento.
- Ternura. Tomar en cuenta los sentimientos de tu pareja y ser amable durante el encuentro erótico incrementa el deseo.
- Respetar el ritmo de la pareja. No forzar a tu pareja para realizar alguna postura o acción.
- Disfrutar al máximo el tiempo que pasas con tu pareja. Aprovecha al máximo el contacto con la piel, los besos, abrazos y las miradas.