¿Por qué las farmacéuticas no desarrollan el mercado de la marihuana?
Mientras la legalización estado por estado del uso médico (y recreativo) de la cannabis ha hecho que los pacientes con receta en mano aprovechen variedades de Purple Kush y Skywalker OG, existen importantes obstáculos que desalientan a las compañías farmacéuticas de dedicar el dinero y los recursos humanos necesarios para desarrollar un medicamento vendible y patentable que tome el lugar de la planta.
Por: Edición Especial de Newsweek
En la década de 1980, científicos de Pfizer pusieron la mirada en el desarrollo de una droga para el gigante farmacéutico que aliviaría la hipertensión y ayudaría a salvar las vidas de las personas que sufren angina de pecho. Después de muchos años de incansables investigaciones realizadas por algunas de las mejores mentes científicas que el dinero podía pagar, Pfizer creó en 1989 el compuesto químico denominado nitrato 1 de sildenafil.
La compañía invirtió más dinero, tiempo y talento para someter su nuevo medicamento a distintos ensayos clínicos, sólo para descubrir que el citrato 1 de sildenafil no era muy eficaz para tratar las afecciones cardíacas. Sin embargo, los varones que tomaban el incipiente tratamiento cardíaco informaron tener un mayor número de erecciones, y Pfizer decidió convertir el efecto secundario del medicamento en su propósito principal. El 27 de marzo de 1998, la FDA aprobó el citrato de sildenafi l para el consumo público bajo el nombre comercial de Viagra. Las ventas de la pequeña pastilla azul aumentaron significativamente las ganancias de Pfizer, y la compañía informó haber obtenido ingresos de más de 2 mil millones de dólares en 2012, casi 15 años después del debut del medicamento en el mercado. La historia del Viagra es uno de los mayores éxitos en la historia de los fármacos comerciales. Dado que las empresas comercializan medicamentos directamente a los consumidores, prometiéndoles curas para casi todo, una cannabis cada vez más desestigmatizada parece un objetivo probable para el próximo medicamento que cambiará las reglas de juego de la industria.
Pero mientras la legalización estado por estado del uso médico (y recreativo) de la cannabis ha hecho que los pacientes con receta en mano aprovechen variedades de Purple Kush y Skywalker OG, existen importantes obstáculos que desalientan a las compañías farmacéuticas de dedicar el dinero y los recursos humanos necesarios para desarrollar un medicamento vendible y patentable que tome el lugar de la planta. La cannabis se encuentra en la lista 1 de sustancias del gobierno federal, la cual comprende aquellas que carecen de cualquier valor medicinal. Para las personas encargadas de crear nuevos fármacos, esto hace que el laborioso proceso de investigación y ensayos clínicos resulte aún más arduo. La FDA, la DEA y el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos tienen que aprobar la liberación de la cannabis a organismos exteriores, y cada parte de la planta debe ser contabilizada y asegurada, lo cual se suma al dolor de cabeza de las personas que desean obtener ganancias a partir de la hierba. Incluso si una compañía creó un medicamento, proteger el fruto de su trabajo con una patente es, en el mejor de los casos, una posibilidad dudosa. “No es posible tomar una planta y patentarla”, declaró Kenneth Kaitin, director del Centro para el Desarrollo de Medicamentos de la Universidad de Tufts, a Healthline en abril de 2015. “Sería necesario tener algún tipo de proceso para aislar el componente activo. Pero una vez que te alejas de los patentes de producto, la fuerza de la patente empieza a disminuir. Las patentes son progresivamente menos protectoras porque es mucho más fácil reproducir un compuesto usando un proceso ligeramente diferente.”
Algunas compañías farmacéuticas fuera de Estados Unidos han intentado convertir a la cannabis en un producto que los clientes puedan hallar en los estantes de las farmacias, más notablemente, la empresa biológica GW Pharmaceuticals, con sede en el Reino Unido. GW cultiva su cannabis en Reino Unido, donde las restricciones legales son menos estrictas para los investigadores, y está en proceso de crear medicamentos basados en esa cosecha. Actualmente, Sativex, el aerosol bucal con extracto de cannabis de la compañía está siendo sometido a ensayos clínicos finales en Estados Unidos para tratar el dolor provocado por el cáncer. Sativex recibió una patente de la Oficina de Marcas y Patentes de Estados Unidos en 2013, en parte gracias a que el gobierno federal no lo considera cannabis oficialmente (aunque el aerosol contiene THC y CBD). Si se aprueba y se comercializa, Sativex seguirá las huellas de Marinol, una pastilla que contiene THC que los médicos han recetado a pacientes con cáncer y sida que sufren pérdida de apetito, el cual fue aprobado por la FDA en 1985. Sin embargo, deberán pasar años antes de que Sativex logre llegar a las manos (y las bocas) de los pacientes, y el mercado más amplio para los productos medicinales derivados de la marihuana sigue siendo virgen. Sin embargo, aún es un misterio si alguien se atreverá a aventurarse en el inhóspito clima de negocios y en la nebulosa legalidad de la cannabis para crear el próximo Viagra.
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El presente artículo, escrito por la editora asistente Alicia Kort, fue extraído de la edición especial de Newsweek, Weed 2016: The Beginning of the End for Pot Prohibition (Hierba 2016: El principio del fin de la prohibición de la marihuana).
Este texto es un extracto de la edición especial de Newsweek titulada Weed 2016: The Beginning of the End for Pot Prohibition (Hierba 2016: El principio del fin de la prohibición a la mariguana), del editor de números especiales James Ellis. Para obtener mayor información sobre la mariguana en 2016, adquiere la revista hoy mismo.
Origen: ¿Por qué las farmacéuticas no desarrollan el mercado de la marihuana? – Newsweek en español