Los ejemplos abundan: Pfizer utiliza una gota para ilustrar la depresión, como estrategia de comercialización del medicamento Zoloft. La pólemica Valeant emitió durante el último Super Bowl una animación de un ¨chico tripa¨ para describir el síndrome del intestino irritable durante su anuncio para Xifaxan. Lunesta, un medicamento para el sueño, se comercializa con el logo de una mariposa.
La mas reciente es la campaña iniciada por Boehringer Ingelheim, que por medio de un alegre pez rojo busca promocionar su anticuagulante Pradaxa. Desde la compañía justificaron la práctica diciendo que se trata de educar al consumidor acerca de la fibrilación auricular (FA).
El fármaco está indicado actualmente para reducir el riesgo de ictus y de la embolia sistémica en pacientes con fibrilación auricular (no valvular). Sin embargo, desde la compañía descubrieron que muchos pacientes no entienden completamente la condición.
Esta tendencia motivó el comienzo de un estudio por parte de la FDA, que busca analizar si estos dibujos afectan de forma indirecta en el comportamiento del consumidor. “Los personajes animados pueden conducir a un menor riesgo percibido minimizando o camuflar los efectos secundarios”, indicaron desde la FDA.
Origen: La FDA pone el ojo en las animaciones que aparecen en las publicidades de medicamentos