Por: Roberto Mendez
Para los que no hayáis oído hablar jamás de ello, el dopaje mental o dopaje cerebral consistiría en una serie de sustancias o métodos externos de estimulación cerebral cuyo objetivo no es otro que, muy al estilo de Leonardo Di Caprio en el Lobo de Wall Street, aguantar la jornada laboral a base estimular todo lo posible a nuestro órgano pensante.
Esencialmente este tipo de dopaje cerebral suele identificarse con el consumo de medicación estimulante, pero hoy hablaremos de las diferentes formas de dopaje cerebral actual, pues no podemos olvidar la estimulación eléctrica cerebral, o los futuristas implantes cerebrales.
¿Qué sustancias son símbolo del dopaje cerebral?
Estas sustancias comparten algo en común, y es que la mayoría son derivadas del metilfenidato, un fármaco familia de las anfetaminas que se usa para el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad. Otros, como veremos más adelante, se empezaron a usar como tratamiento del Alzheimer.
Dopaje cerebral mediante amfetaminas
Y no son pocas las profesiones que ven “necesario” un chute de estas sustancias: Profesores, cocineros, militares e incluso profesionales de la medicina de urgencias han llegado a consumir sustancias de este tipo. Sin ir muy lejos, como también nos comenta Robles, en 2008 una encuesta de Nature desveló que hasta el 20% de los investigadores había consumido tales sustancias.
Lo malo de todo el asunto no es solo el tema de la posible tolerancia (necesidad de más consumo para el mismo efecto) o la dependencia (necesidad física o psicológica de consumir), sino que las anfetaminas y derivados tienen otros efectos secundarios como arritmias, taquicardia, palpitaciones, hipertensión arterial… Y por supuesto están contraindicadas en personas que ya sufran alguna enfermedad del corazón. Desde luego, los inconvenientes son diversos.
Dopaje cerebral con “drogas inteligentes”
Según los estudios, el donepezilo podría devolver a nuestro cerebro la plasticidad pérdida con la edad, como si pudiésemos volver a aprender tan fácilmente como un niño. Por su parte, el valproato sería capaz de “reconectar el cerebro“, mejorando sobre todo las áreas cerebrales del oído.
Pero el más famoso de todos es el modafinilo, el cual es usado por 1 de cada 5 estudiantes a modo de “droga inteligente”, pues supuestamente aumenta la capacidad cognitiva y mejoraría la capacidad de reacción, incluyendo unos mejores resultados en los exámenes. Su uso se basa en el hecho de que nos hace ser un poco más lentos para pensar una respuesta, disminuyendo la impulsividad, y mejorando a su vez el pensamiento.
¿Es posible usar estimulación eléctrica como dopaje cerebral?
La tDCS en particular es fácilmente realizable en modo casero, pues tan solo consiste en una pila conectada a unas ventosas que se ponen en la cabeza. Sin embargo, es poco recomendable hacerlo en casa. Este tipo de dopaje cerebral demostró ya en 2009 (por casualidad) mejorar el aprendizaje al doble, pero tiene efectos secundarios desafortunados: tan solo aumenta el aprendizaje en el área cerebral estimulada en ese momento concreto, y con la consecuencia de que disminuye el resto de capacidades de aprendizaje de las otras áreas cerebrales.
Pero las cosas no acaban aquí, pues incluso las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos han visto cierto potencial en este tipo de dopaje cerebral: La estimulación eléctrica transcraneal o tDCS pueden mejorar el rendimiento dos veces más que la cafeína y durante el triple de tiempo.
Dopaje cerebral futurista: Los implantes cerebrales
Por el momento la comercialización de estos implantes no es algo que este a la vuelta de la esquina, pero ya son varios los trabajos que han demostrado que los implantes cerebrales o neuroprótesis podrán ayudarnos a volver a oír, mejorar nuestra vista… ¡e incluso mejorar el estado de ánimo y la memoria! Esos son los descubrimientos conseguidos hasta la fecha, pero el futuro depara otras sorpresas.
Sin ir demasiado lejos, muy al estilo Matrix, algunas investigaciones auguran que podremos mejorar en tareas cognitivas como las matemáticas, la inteligencia espacio-temporal o la orientación con tan solo el uso de electrodos implantados en áreas cerebrales particulares.
Conclusión: El dopaje cerebral está aquí para quedarse
Evidentemente el uso que tiene más papeletas de aumentar es el de sustancias como el metilfenidato y derivados, o incluso los menos conocidos donapezilo y modafinilo; el tema de ponernos electrodos en el cráneo para estudiar mejor no es, por el momento, una opción segura. Aún así, los efectos secundarios tanto de los fármacos como del uso de electrodos son conocidos, y no del todo, por lo que ninguna de todas las opciones comentadas hoy es recomendable en ningún caso.
Origen: Qué es el dopaje cerebral