Pfizer renuncia a la compra de Allergan forzada por la nueva ley anti evasión en EEUU

La mayor operación de la industria farmacéutica global en 2015 se ha quedado en agua de borrajas. La compra de Allergan por parte de Pfizer el pasado noviembre por 150.500 millones de euros (161.000 millones de dólares) y que alumbró a la mayor corporación del sector en el planeta no se hará efectiva tras el anuncio ayer por parte de Pfizer de la renuncia a la operación.

La principal consecuencia de este hecho es que la compañía estadounidense deberá indemnizar a la irlandesa con hasta 352,4 millones de euros (400 millones de dólares) como compensación por no hacer efectiva la adquisición.

La principal motivación de la renuncia de Pfizer se produce ante el endurecimiento de la normativa anti evasión fiscal por parte del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, y por la que se penaliza a las compañías que pretendan sacar su sede fiscal de aquel país.

A la vista está que la ley, destinada a frenar las operaciones que buscan pagar menos impuestos, ya ha cosechado su primer éxito y se revela con la renuncia de Pfizer. De hecho , una de las últimos objetivos prioritarios de la Administración Obama es evitar que compañías estadounidenses compren empresas extranjeras para obtener una menor carga impositiva al fijar en terceros países el domicilio fiscal.

En este sentido, el secretario del Tesoro, Jacob Lew aseguró que la ya extinta compra de Allergan por parte de Pfizer restaría 35.000 millones de dólares a las arcas públicas de EEUU. La fusión de ambas corporaciones farmacéuticas ponía en evidencia la política fiscal de EEUU ya que Pfizer hubiera dejará de ser una empresa radicada en aquel país para trasladar su sede fiscal a Dublín y reducir sus impuestos de la horquilla actual de entre un 15 y un 39 por ciento al 12,5 por ciento que se paga en la isla esmeralda.