Irlanda: médicos quieren dispensar medicamentos
Consideran que generará ahorros y reducirá la factura en fármacos, aunque asumen que conllevará un conflicto con los farmacéuticos.
Rosario García del Río | rosario.garcia@correofarmaceutico.com

Ha sido una de las noticias de la semana pasada con más impacto en medios irlandeses. La Asociación Nacional de Médicos Generales (NAGP, en sus siglas en inglés), que preside el médico Emmet Kerin, ha propuesto a la Administración sanitaria dispensar medicamentos directamente a los pacientes, lo que lograría, dicen, ahorros al sistema. El mercado se lo arrebatarían a las oficinas de farmacia, y portavoces de la NAGP asumen que la propuesta conllevará un enfrentamiento directo con los farmacéuticos.
Según informaban medios irlandeses, los médicos habrían recibido asesoramiento jurídico antes de plantear el proyecto y se calcula que podría “arrebatar un buen pedazo” a los 2.700 millones de euros del mercado del medicamento de la oficina de farmacia en el país; aunque, matizan, no se trataría de dispensar medicamentos complejos sino un número limitado de fármacos “simples”. “La medida reducirá la factura farmacéutica y reingresará fondos en el sistema de atención primaria”, sostienen.
La respuesta de los farmacéuticos no se ha hecho esperar. Consideran que la medida no piensa “en los intereses de los pacientes o en su seguridad (…) Hasta que los médicos tengan la misma formación en farmacología, medicamentos y otros asuntos relevantes y, como ocurre con los farmacéuticos, sus prácticas estén sujetas a las mismas reglas, regulaciones y regímenes de auditoría e inspección, no pueden llevar a cabo de forma segura las actividades profesionales de los farmacéuticos”.
El comunicado emitido por la Unión Irlandesa de Farmacia (IPU), al que ha tenido acceso CF, recuerda que las labores de “prescripción y dispensación de medicamentos han sido funciones profesionales históricamente separadas. Como profesiones diferentes pero relacionadas, la médica y la farmacéutica siempre han adoptado un enfoque profesionalizado en pro del cuidado de la comunidad”.
ERRORES DE PRESCRIPCIÓN
El escrito hace alusión también a una investigación del Consejo General de Médicos que apunta que entre el 7 y el 8 por ciento de las recetas contendrían al menos un error. “Por lo tanto, tener una receta médica revisada por un farmacéutico antes de la dispensación es esencial para proteger la seguridad del paciente. Los farmacéuticos detectan errores de prescripción, interacciones y reacciones adversas y se aseguran de que los pacientes están tomando la dosis correcta del medicamento correcto, en el momento correcto y de la manera correcta”, asevera el comunicado de la IPU.
El otro argumento de los farmacéuticos:el posible conflicto de intereses. “Los pacientes legítimamente pueden temer que su médico de cabecera, que se puede beneficiar directamente de la elección del medicamento recetado, les prescriba un tratamiento influenciado por el ánimo de lucro”, sostiene la organización farmacéutica.
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