Guitarrista frustrado crea farmacéutica
Los muchos años que dedicó al análisis de los componentes del universo, a la combinación de moléculas para formar compuestos, llevaron a Hiroaki Suga a desarrollar una enzima que allanó el camino a un método más rápido de descubrir drogas. PeptiDream Inc., la compañía que contribuyó a fundar, ha firmado acuerdos con muchas de las mayores firmas farmacéuticas del mundo, y sus acciones se han multiplicado por más de nueve desde que la compañía empezó a cotizar en bolsa en 2013,
“Todos vienen a PeptiDream. Es probable que ahora todos acepten que la tecnología que desarrollamos es muy inteligente, muy eficiente. Tal vez vuelva a buscar el origen de la vida cuando me retire”, comentó Suga, que tiene 53 años, en una entrevista desde su oficina en campus de la Universidad de Tokio. Una guitarra eléctrica cuelga de la pared.
PeptiDreams forma parte de una serie de emprendimientos biotecnológicos japoneses que se han convertido en empresas multimillonarias, grupo que también comprende a Sosei Group Corp., la compañía farmacéutica que representa en la actualidad alrededor del 14% del Índice Mothers de acciones más pequeñas, y a Euglena Co., que trata de producir combustible para aviones a partir de algas. Como Euglena, se originó en el equivalente japonés de Harvard, donde Suga es profesor. De hecho, PeptiDream sigue teniendo ahí su sede.
El camino a convertirse en una compañía de US$3.200 millones comenzó cuando el laboratorio de Suga desarrolló un ribosoma artificial que bautizó flexizima por su capacidad “promiscua” de contribuir a la unión de aminoácidos para la formación de péptidos. La librerías de péptidos, proteínas que parten de una pequeña cantidad de aminoácidos, eran algo que durante años habían usado las compañías de salud para facilitar el descubrimiento de drogas, pero no habían sido efectivos debido a su inestabilidad.
Armado con flexizima, Suga formó nuevas librerías de un tipo diferente de péptidos, a menudo con forma de aro en lugar de las similares a fideos utilizadas en el pasado. Esa estructura hizo que resultaran más efectivas a la hora de bloquear las interacciones entre las proteínas que causan muchas enfermedades, según Suga.
“La gente pensaba que estaba loco, ya que es algo muy difícil. Dediqué 10 años a eso. Tuve muchos fracasos, pero después llegaron dos éxitos, aunque no fueron muy útiles, por lo que también fueron un fracaso para mí. Luego, por fin, di con este prototipo de flexizima y me di cuenta de que era lo que buscaba”, dijo Suga.
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