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Farmacia: humanismo y Revolución en Cuba

Por Viviana Muñiz Zúñiga/ Universidad de Oriente

“En el fondo de su farmacia vive el alquimista antiguo, sus anteojos encima de una multiplicada nariz, su prestigio en los frascos, rodeado por nombres misteriosos: la nuez vómica, el álcali, el sulfato, la goma de las islas, el almizcle, el ruibarbo, la infernal belladona y el arcangelical bicarbonato.”

Así veía el poeta chileno Pablo Neruda al farmacéutico: envuelto en los olores mágicos de ese lugar al que hoy solo acudimos para comprar algún que otro medicamento. Sin embargo, esta representación se solapa tras el concepto de Farmacia Galénica, en la cual solo el que ejercía esta profesión era el encargado de producir tales remedios curativos. No fue hasta el siglo XX que los medicamentos comenzaron a fabricarse de forma industrial, y aquellos “alquimistas antiguos” pasaron solamente a la dispensación –aunque también están facultados para aconsejar a las personas sobre los fármacos que han de consumir-.

En el año 2010 la Federación Internacional de Farmacia (FIP) instituyó el Día Mundial del Farmacéutico, que se celebra cada 25 de septiembre. La organización pretendía resaltar la labor que realizan estos profesionales en las cinco ‘C’ del uso responsable de los medicamentos: Conoce para qué es, Cuándo tomarlo, Cuánto tomar, Cómo utilizarlo y Cuánto tiempo.

En Cuba el Día del Trabajador Farmacéutico se celebra el 22 de noviembre, en homenaje al natalicio del joven Antonio Guiteras, quien entregó su vida a la lucha revolucionaria con solo 28 años.

Desde la Farmacia a la insurrección

Guiteras nació en Estados Unidos. Era hijo de Calixto Guiteras Gener, un cubano, ingeniero civil, cooperante del Partido Revolucionario Cubano; y de María Teresa Holmes, una estadounidense residente en Filadelfia, progresista y liberal.

Los tres se trasladaron a La Habana en el año 1913, donde residieron un periodo corto de tiempo. Luego se mudaron para Matanzas durante un año, hasta que Calixto obtuvo una cátedra en el Instituto de Segunda Enseñanza en Pinar del Río.

La carrera de Antonio como farmacéutico comenzó en 1923, cuando ingresa en la Facultad de Medicina y Farmacia de la Universidad de La Habana con el expediente No. 5082, para estudiar esa especialidad.

En el transcurso de esos años como alumno se enfrentó con buenos resultados a 11 asignaturas y tres ejercicios finales: análisis de laboratorio, reconocimientos microscópicos y la preparación de varias fórmulas. El resultado final fue sobresaliente, según el certificado expedido por el tribunal el 16 de agosto de 1927. Cuatro días después se expidió el título de Doctor en Farmacia a favor de Antonio Guiteras Holmes, anotado en el folio 80, número 727 del libro correspondiente.

Al constituirse el Directorio Estudiantil Universitario contra la prórroga de poderes en los últimos meses del curso 1926-1927, los alumnos de Farmacia lo eligieron para que integrase ese organismo como delegado de la escuela.

Cuando finalizó los estudios, comenzó a trabajar en la ciudad de Pinar del Río en el laboratorio del doctor Enrique Ubieta, en la calle Martí No. 152. Posteriormente montó su propio laboratorio, pero fracasó en los planes de consolidar tal negocio y terminó vendiéndolo.

En 1929 obtuvo empleo en la sucursal que tenía el monopolio farmacéutico norteamericano, trasladándose con su familia para La Habana. A partir de entonces se intensificó su lucha revolucionaria, deviniendo uno de los principales opositores al régimen machadista.

Dos años más tarde, en el mes de agosto, Guiteras participó en el alzamiento de La Gallinita, por lo cual fue procesado con la causa 1513. Guardó prisión junto al resto de los alzados hasta diciembre del mismo año, en que son amnistiados.

El 29 de abril de 1933, luego de trabajar en la unificación de los grupos conspirativos de Santiago de Cuba, Holguín, Las Tunas y Bayamo; planifica una acción decisiva, que incluía el asalto y toma de San Luis y el bombardeo y asalto al Cuartel Moncada. Como el plan no pudo concretarse en su totalidad, se dirigieron a San Luis y capturaron el cuartel.

Cuando la dictadura de Gerardo Machado cae en ese mismo año, Guiteras fue nombrado Secretario de Gobernación, Guerra y Marina; poniendo en vigor una serie de medidas avanzadas y de carácter revolucionario.

Sin embargo, el gobierno de Grau solo duró hasta el 15 de enero de 1934; por lo que él pasa a la clandestinidad. Su pugna con Fulgencio Batista –entonces en el poder- fue acrecentándose, hasta que el 8 de mayo de 1935 fue asesinado en El Morrillo, junto al revolucionario venezolano Carlos Aponte.

Otra forma de recordar

A 82 años de la desaparición física del joven revolucionario, profesores y estudiantes de la carrera de Licenciatura en Farmacia, de la Universidad de Oriente, recuerdan todos los años el quehacer de Guiteras como precursor de la actividad farmacéutica y revolucionaria en Cuba.

Por ello crearon en el año del centenario de su natalicio una Cátedra Honorífica que lleva su nombre, y se encarga de rescatar, defender y promover los valores relacionados con el aporte de la profesión farmacéutica en la Sociedad cubana, profundizando en la labor comunitaria y extensionista.

Aurora Zúñiga Moro, presidenta de la Cátedra y Máster en Medicina Natural y Tradicional, explica que el proyecto desarrolla tres líneas fundamentales de trabajo: la promoción de la vida y obra de Antonio Guiteras Holmes; la investigación relacionada con el impacto social de la profesión desde la atención comunitaria; y la coordinación de acciones con instituciones de salud y educacionales para brindar información y capacitación dentro y fuera de la provincia.

“En gran medida la práctica del profesional farmacéutico está dirigida al ser humano, que está conectado a sus familias, sistemas de salud y diferentes culturas por todo el mundo. La Farmacia Social permite, desde la perspectiva de las ciencias sociales y humanísticas, estudiar e investigar creencias, actitudes, reglas y procesos relacionados con los medicamentos y la salud, al mismo tiempo que educa y transforma los hábitos ofreciendo beneficios considerables a investigadores, prescriptores y la población en general.”

Zúñiga Moro, quien es Profesora Consultante de la Universidad de Oriente, señala que “la promoción del papel social de la profesión farmacéutica constituye una misión a la que la universidad debe responder. Por ello le corresponde ser difusora de los valores que deben caracterizar al profesional que se integrará a la sociedad a la cual sirve; ofreciendo la posibilidad de equilibrar el avance tecnológico con un desarrollo humanístico.”

Ese quizás sea el empeño más grande en el cual laboran los 19 profesores que integran el Departamento y la carrera de Farmacia, acreditada de Excelencia en el año 2013. “Durante el año llevamos a cabo diferentes actividades como parte de la labor de la Cátedra, como conferencias sobre el uso indebido de drogas, la prevención del VIH/ Sida, la lucha contra la tuberculosis, y en general la promoción del uso racional de medicamentos. Además, incentivamos en los estudiantes la labor investigativa a través del grupo científico Farmacia y Comunidad.”

Pablo Neruda describía a la farmacia desde el sagrado olor a bosque y a conocimiento; desde aquel ámbito claro, que espera la hora de la batalla en nuestro cuerpo. Hoy la actividad farmacéutica supera los propios límites establecidos por las leyes de un mercado incesante, y trasciende su época para llegar a la humanidad del paciente que espera, con toda la fe del mundo, a que aparezca el “alquimista antiguo”, y lo cure de una vez con la sensibilidad que brota de sus manos.

Origen: Farmacia: humanismo y Revolución en Cuba

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