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Puerto Rico: Incertidumbre ante la vacuna contra el virus del papiloma humano

Incertidumbre ante la vacuna contra el virus del papiloma humano (semisquare-x3)

Falta poco más de un año para su implantación obligatoria en Puerto Rico y el requisito de añadir la vacuna del virus del papiloma humano (VPH) en el itinerario de inmunización escolar ya es materia de debate.

Por un lado, hay personas que aplauden la iniciativa del Departamento de Salud para que niños y niñas de 11 y 12 años sean inoculados contra esta enfermedad, tras incluirse en la lista de vacunas requeridas para el ingreso escolar a partir de agosto de 2018.

Sin embargo, otras cuestionan la obligatoriedad del gobierno en impulsar una vacuna que catalogan no segura y efectiva por la experiencia observada en otros países, en los que se han reportado efectos adversos y creado organizaciones de padres en contra.

La primera vacuna contra el VPH salió al mercado hace 11 años (2006). Desde entonces, la Agencia federal de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) ha aprobado tres vacunas para la prevención de VPH: Gardasil, Cervarix y Gardasil 9. El VPH es un grupo de virus, algunos de los cuales se transmiten por contacto sexual, que pueden causar cáncer y verrugas genitales.

Según el Instituto Nacional del Cáncer, prácticamente todos los casos de cáncer cervical son causados por VPH. Además, el VPH se relaciona con cánceres de ano, orofaringe, vagina, vulva y pene.

En Estados Unidos, sin embargo, solo dos estados (Virginia y Rhode Island), además de Washington D.C., le requieren a preadolescentes de ciertas edades esta vacuna en el itinerario de inmunización escolar, aunque dos de ellos (Virginia y Washington D.C.) permiten una exclusión voluntaria a padres que así lo deseen.

Aunque más de una veintena de estados ha intentado fijar la obligatoriedad de esta inmunización a nivel escolar, la aparente presión de grupos opositores preocupados, en parte, por denuncias de efectos adversos de esta vacuna ha frustrado estos intentos.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) recomienda que niños y niñas de 11 y 12 años reciban dos dosis de esta vacuna. También, se sugiere a niñas y varones de 13 a 26 años que no hayan recibido la vacuna o completado todas las dosis, tres a partir de los 15.

El CDC admite, sin embargo, que esta vacuna no protege contra todos los tipos de VPH, por lo cual no prevendrá todos los casos de cáncer de cuello uterino. Por eso, el CDC sigue recomendando la prueba de Papanicolau para mujeres entre 21 y 65 años.

Opiniones diversas

El Nuevo Día dialogó con tres madres y una abuela sobre la vacuna contra el VPH.

“Hay países que lo han prohibido por sus efectos adversos. Esto tiene que venir acompañado de educación bien fuerte. No estoy de acuerdo que sea obligatorio”, dijo una madre que dijo no vacunará a su hijo de 16 años.

“Me siento con una gran responsabilidad, pero tengo que informarme con datos, no campañas de miedo porque el cáncer es serio, pero se presta para mucho manipuleo”, opinó otra mamá de una niña de 11años que analiza si le pondrá o no la vacuna a su hija.

Maritere Rodríguez, secretaria de una oficina médica, aseguró que no dudó en ponerle a su hija la vacuna para prevenir cáncer y que esta no tuvo efecto adverso.

Mientras, María Albino llevó a su hija y a una nieta, a los 16 y 11 años, a vacunarlas contra VPH por recomendación de su pediatra.

“Recomiendo la vacuna como prevención, especialmente en adolescentes por su alta incidencia de actividad sexual, aunque cada cual debe tener libre albedrío de si le conviene o no”, sostuvo.

En diciembre pasado, el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización del CDC recomendó reducir las dosis de esta vacuna, de tres a dos, para niñas y niños de nueve a 14 años.

La meta de una iniciativa llamada Gente Saludable 2020 es que ese año la cubierta de esta vacuna sea 80%. En Estados Unidos, 63% de las adolescentes y 50% de los adolescentes han recibido la primera dosis. En la isla, en el 2015, un 77% de niñas de 13 a 17 años y 68% de varones de estas edades recibieron la primera dosis, aunque en dosis subsiguientes bajaron.

En Puerto Rico, la Ley de Inmunización permite excluir a estudiantes de vacunarse si presentan declaración jurada, firmada por sus padres y ministro de una religión, en la que aseguren que sus dogmas confligen con la vacunación. Una certificación médica también podría validar que la vacuna puede ser detrimental a la salud del estudiante. También, quedaría exento de vacunarse de enfermedades ya padecidas. En caso de una epidemia, sin embargo, estudiantes exentos podrán ser inmunizados.

Defensa y dudas

Para el doctor Ángel Rivera, director del programa de vacunación de Salud, la proyección inicial que se le dio a esta vacuna para combatir una enfermedad de transmisión sexual a temprana edad llevó a mucha resistencia.

Comentó que cada gobierno deberá dictar la política pública de asuntos como la vacunación y posibles reacciones adversas. Por eso, dijo, la importancia del Sistema de Reporte de Efectos Adversos a la Vacuna (Vaers). Recordó, además, el caso de la primera vacuna contra el rotavirus (RotaShield) que fue retirada del mercado en 1999 por riesgo de obstrucción intestinal.

Sobre su alto costo, Rivera comentó que la Reforma de Salud cubre la vacuna en menores de 11 a 18 años y que, bajo el Obamacare, planes privados también la cubren.

Según explicó el doctor Fernando Ysern, presidente del capítulo local de la Academia Americana de Pediatría, la vacuna contra el VPH no tiene material genético del virus, sino una proteína.

El pediatra reconoció que hay resistencia de sectores religiosos y conservadores que consideran que la vacuna puede incitar a jóvenes a sostener relaciones sexuales, lo que a su juicio dijo no es cierto. El pediatra negó, además, reportes de alegadas muertes ligadas a la vacuna.

Sobre el caso de Japón, donde el gobierno compró vacunas contra el VPH y tras una serie de efectos adversos retiró su obligatoriedad, indicó que dicho país tiene una forma de vacunar diferente a Estados Unidos. Un grupo de padres en Japón , al igual que en España, ha expresado su intención de someter una demanda contra el gobierno y los fabricantes de esta vacuna por alegados daños.

Mientras tanto, la doctora Elba Díaz Toro, vocal de Voces, Coalición de Vacunación de Puerto Rico, comentó que el aumento de personas con cáncer oral en Puerto Rico está ligado a VPH, no solo al uso de tabaco y alcohol.

“Por eso, como dentista favorezco la vacuna (contra VPH)”, dijo.

Sin embargo, que esta vacuna solo proteja contra las cepas más comunes de este virus es suficiente para dudar de su eficacia, al menos para el doctor César Vázquez, portavoz de la organización Puerto Rico por la Familia.

“Me preocupa su obligatoriedad, cuando ponerte esta vacuna no pone en peligro a otros niños, como la del sarampión”, dijo.

Agregó que el VPH, en muchos casos, suele curarse solo y no todos generan cáncer o verrugas.

“Se debe evaluar con más cuidado. Si se demuestra es efectiva y segura, no veo problemas, siempre y cuando no vaya por encima de la decisión de los padres”, dijo al abogar por mayor discusión.

La pediatra Ada Ortiz también lamentó el que esta vacuna no proteja contra todos los virus ligados al VPH, más de 200.

“Me opongo porque soy propacientes. No estoy en contra de todas las vacunas, sino de que se pongan a la misma vez”, indicó.

Nirvana González Rosa, portavoz del Movimiento Amplio de Mujeres de Puerto Rico, también cuestionó la obligatoriedad de esta vacuna en Puerto Rico, una que recordó ha sido “controversial”.

“No nos oponemos, pero las personas deben estar informadas y decidir si se las ponen o no a sus hijos”, dijo.

Agregó que la vacuna debe estar acompañada de educación sexual integral y servicios de salud sexual y reproductiva en las escuelas.

González Rosa resaltó que, en lugar de campañas de miedo, se deberían impulsar campañas informativas que hablen tanto sobre el VPH como de prevención y de educación sexual responsable.

“Es importante que la gente sepa lo que está ocurriendo en otros países con esta vacuna. La vacuna es una opción de salud pública, siempre y cuando la gente esté debidamente informada y que se ofrezca como una opción, no como una obligación”, puntualizó.

Origen: Incertidumbre ante la vacuna contra el virus del papiloma humano | El Nuevo Día

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