Solo 20% de las especialidades están operativas en el centro de salud
De ocho equipos que tiene el laboratorio de Ecocardiografía del Hospital Universitario, solo uno está operativo y otro funciona a medias. Se trata, sin mayor tecnicismo, de la principal herramienta para el diagnóstico de los pacientes crónicos que ingresan a Cardiología, una especialidad que le toma el pulso a la emergencia humanitaria que es catalogada de compleja.
Con solo 20% de los servicios operativos, según la Sociedad de Médicos, el principal hospital del país está en terapia intensiva: faltan más de 80% de los insumos; la Unidad de Cuidados Coronarios, un servicio bandera, suma seis meses fuera de servicio y el Laboratorio de Cateterismo Cardíaco tiene dos años cerrado.
El diagnóstico del Hospital Universitario de Caracas se agrava y no hay signos de recuperación. La crisis empeora y con ello la salud de los pacientes. Quienes corren con suerte, y logran capitalizar un turno en pabellón, deben comprar los insumos quirúrgicos en farmacias privadas en un intento por salvaguardar su salud.
Iván Machado, jefe de Cardiología del Universitario, señala que su área, una especialidad que descuella en todo el país, está muriendo de mengua, al igual que sus pacientes. De alrededor de 450 operaciones del corazón y 1.200 cateterismos que realizaba el servicio, en 2017 no alcanzaron 40 intervenciones de corazón y apenas realizaron 20 estudios de cateterismos, según Machado. Y el recinto solo dispone de antibióticos primitivos para combatir infecciones que requieren antídotos específicos.
En Venezuela, según los estándares internacionales, la demanda anual de operaciones cardiovasculares se ubica entre 6.500 y 7.000 procedimientos, solo en adultos. En los últimos dos años se han ido más de 25 especialistas formados en el posgrado de Cardiología y apenas tienen insumos para sostener la especialidad.
“El laboratorio del hospital funciona de manera precaria, no hay reactivos y los pacientes deben practicarse los exámenes por fuera”, agrega Machado. Con una capacidad instalada de 36 camas en hospitalización, 40 en cirugía cardiovascular y seis cupos en cuidados coronarios, el HUC estaba facultado para responder a la demanda. “Este año apenas logramos hacer, si acaso, 20 estudios de cateterismos cardíacos de hasta 1.600 que llegamos hacer, en nuestros mejores momentos”, remata.
Con un sistema de salud en retroceso, que obliga al personal médico a recurrir a técnicas primitivas, 2017 cerró con el peor de los pronósticos: la escasez de insumos supera el 90% en los hospitales, arrecia el desabastecimiento de antibióticos y relajantes musculares, lo cual compromete los planes de cirugías electivas. Además de la atención clínica, la escasez también pone en riesgo la formación académica de los médicos. De 132 posgrados y especialidades, en 35 disciplinas, que tiene la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela, la mitad de los cursos está en riesgo por la crisis que asedia a las 24 instituciones de salud que son sedes de los programas.
En un país donde 63% de los hospitales presenta fallas de agua y el sistema sanitario ha perdido 16.238 camas, según Médicos por la Salud, el gremio cuestiona la opacidad del Ministerio de Salud para atender la contingencia que cobra la vida de niños y adultos.
Origen: El Universal