Gobierno argentino pone la salud mental al servicio de las farmacéuticas

Por FERMÍN DOMÍNGUEZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
El capitalismo ha retrotraído a la sociedad a los tiempos prepaleolíticos en muchos aspectos de la vida de los seres humanos. Entre ellos, el cuidado de los discapacitados.
Si ya en el Pleistoceno -hace cerca de 530.000 años- se daba un trato humanitario a las personas con deficiencias, tal y como lo evidencian restos arqueológicos encontrados en el yacimiento arqueológico de Atapuerca –en España– en el capitalismo el cuidado a las personas con tales necesidades es un negocio.
Un ejemplo de ello lo ofrece la nueva Ley de Salud Mental que prepara el gobierno ultra liberal que preside Mauricio Macri en Argentina.
De acuerdo con un artículo de la periodista de Página 12 Agustina Redondo, esto ha provocado un incremento de las denuncias contra los cambios que prepara el Poder Ejecutivo, protagonizado por los trabajadores del Hospital Nacional Laura Bonaparte.
Según la nota, los denunciantes “advirtieron” acerca del argumento empleado por el ejecutivo macrista para implementar las nuevas normas.
Señalaron las declaraciones del funcionario encargado de intervenir de la institución,Leandro Mera, quien ha invocado un “modelo biologicista hegemónico” a aplicar en las distintas áreas imprescindibles para la adecuada atención de los pacientes”.
En este sentido -continúa Redondo– los trabajadores del hospital revelaron además “la drástica reducción de los recursos materiales indispensables para ejercer su trabajo, quedando eliminados los dispositivos de atención grupal a adultos, niños y adolescentes”.
El artículo da cuenta de un comunicado conjunto de los sindicatos, ATE y UPCN en el que se alerta sobre la “constante persecución y violencia institucional que sufren todos los días los trabajadores” del hospital Bonaparte, que se refleja en un manejo “discrecional” de los recursos “en base a un amiguismo burdo” y en la “remoción de cargos sin justificación”, que impacta directamente en la calidad de la atención y en las condiciones de trabajo de los médicos, los psiquiatras y los psicólogos que se desempeñan en el lugar”.
Asimismo -amplía la nota- “los empleados aseguran que desde que asumió la actual gestión se dejó de trasladar a los pacientes que lo necesitan por “falta de combustible”, se redujo la “demanda espontánea” de casos urgentes, que ahora se atienden con turnos previos, y se eliminaron los programas de atención de niños y adolescentes”.
“Si se descompensa alguien acá, tenemos que trasladarlo porque no podemos tratarlo y tampoco podemos ocuparnos de su transporte porque no podemos usar las ambulancias”-señaló Leonardo Fernández Camacho, delegado general adjunto de ATE.
Por otra parte -destacó Fernández Camacho– acá tenemos la injerencia de este mundillo de las neurociencias, insistiendo en la idea de reducir una cuestión tan compleja como la salud mental a una cuestión lineal y anacrónica, que contradice nuestra formación interdisciplinaria”.
A las reacciones contra las nuevas medidas de recorte del gobierno argentino se suma laComisión Directiva de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires, ofreciendo su respaldo y solidaridad con los trabajadores del hospital y con todas las iniciativas “tendientes a frenar el vaciamiento y deterioro progresivo” del centro de salud mental, que “ha constituido y cimentado su prestigio en la atención personalizada” de los pacientes, “basada en la inclusión y construcción de una ciudadanía que reconoce a los pacientes como sujetos de derecho”.
Como vemos, nada nuevo bajo el capitalismo. Su objetivo es siempre el mismo: buscar el beneficio y rentabilidad en todos los ámbitos. Bajo esta “lógica” el tratamiento de la salud/enfermedad y la discapacidad no pueden constiuir ninguna excepción.