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¿Puedo beber licor cuando estoy tomando medicamentos?

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Por AT_Medios

¿Medicamentos y licor pueden mezclarse?, muchos tenemos en cuenta que esta combinación no es muy buena, debido a que siempre los médicos nos aconsejan, que no debemos tomar bebidas alcohólicas mientras estamos bajo un tratamiento farmacológico, ¿pero realmente sabes que sucede cuando se combinan?

El  licor es una droga como cualquier otra, que ingresa al tubo digestivo, pasa a la sangre y luego se traslada a los diversos sitios del cuerpo humano, en donde generan su acción, principalmente al cerebro. Al cabo de un tiempo se metaboliza en el hígado para después perder su efecto. Explica el doctor  Carlos González Malla en el portal web del hospital Alemán de Argentina.

El médico comenta que los fármacos atraviesan el mismo proceso que las bebidas alcohólicas, de acuerdo que al ingerirlos, pasan al tubo digestivo de la sangre,  y de allí a los sitios en donde tienen su acción.

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Los medicamentos y el alcohol cuando se ingieren en un mismo periodo de tiempo e interactúan entre sí,   pueden ocurrir varias cosas, como aumentar la toxicidad del alcohol, disminuir o aumentar el efecto del medicamentos que se ha consumido. La mezcla de ambos genera una serie de sintomatologías en el individuo, que pueden ser desde molestos a otros más severos, entre los cuales se encuentran el sangrado interno y dificultad para respirar.

Los fármacos sedantes, hipnóticos o cualquiera que induce el sueño, son aquellos con los que más se debe tener precaución, debido a que el alcohol de por si es relajante y depresor, por ello todos los medicamentos que tengan efectos de relajación se van a potenciar tras la interacción con el licor. Esto genera en el cuerpo que pierda las acciones, cause mayor torpeza motora y pérdida de control, explica el neurólogo Leonardo Serra en una entrevista en CNN.

En el caso de algunos antibióticos aumenta el metabolismo hepático y disminuye su concentración en sangre, por lo que su presencia en el lugar donde debe de hacer efecto es menor, al mismo tiempo que su eficacia. Debido a que ya ingeridos en el organismo pueden seguir varios caminos como  metabolizados en el hígado o excretados por la orina o heces.

Sin embargo los antibióticos del grupo de los beta-lactámicos, la ingesta de alcohol proyecta la aparición de una serie de síntomas, como el efecto antabús o efecto tipo disulfirán, que se producen al ingerir licores después de la administración de ciertos medicamentos.

Los síntomas de los efectos antabús tras la ingesta de algunos antibióticos con la interacción del licor, pueden ser leves o graves,  que van desde ruborización de la cara,  náuseas, vómitos, ansiedad, incluso hasta taquicardia, hipotensión, insuficiencia respiratoria o encefalopatía.

Los antinflamatorios como el ibuprofeno o el Diclofenac son algunos de los principales riesgos, debido a la po

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sibilidad de ocasionar gastritis, esto es en caso de ser ingeridos durante un largo periodo de tiempo, sobre todo si la persona es un bebedor crónico, de acuerdo a que el licor con esta combinación de manera consecutiva aumenta el riesgo de estas posibilidades.

El consumo de licor en personas medicadas mayores de 65 años de edad suele ser más riesgoso que en jóv

enes, debido a que el envejecimiento reduce la capacidad de poder descomponer el alcohol en el organismo, por ello permanece por más tiempo en el cuerpo, lo que multiplica el riesgo de interacciones.

Los médicos de acuerdo a las consecuencias que generan la mezcla de los medicamentos y el licor, recomiendan evitar su consumo, además que las bebidas con mayor graduación alcohólica son las que mayor interacción tienen con el fármaco.

 

Medicamentos que pueden generar efectos secundarios al mezclarse con bebidas alcohólicas

MEDICAMENTO MAYOR RIESGO
 

Medicamentos contra la ansiedad, como 
• alprazolam (Xanax), diazepam (Valium) y lorazepam (Ativan)

 

Antihistamínicos, como 
• Bromfeniramina (Dimetapp), cetirizina (Zyrtec), clorfeniramina y difenhidramina (Benadryl Allergy, Sominex)

 

Antibióticos 
• azitromicina (Zithromax)
• doxiciclina (Vibramycin)
• eritromicina
• metronidazol (Flagyl)

 

Medicamentos para la presión arterial, como 
• captopril (Capoten), felodipina (Plendil),
nifedipina y diuréticos, tales como
hidroclorotiazida

 

Anticoagulantes 
• warfarina (Coumadin)

 

Medicamentos para el colesterol 
• estatinas, como atorvastatina (Lipitor) y
simvastatina (Zocor)


Relajantes musculares, como 

• carisoprodol (Soma) y
ciclobenzaprina (Flexeril)

 

Analgésicos opioides, como 
• hidrocodona/acetaminofeno (Vicodin),
meperidina (Demerol), morfina (Kadian) y
oxicodona/ acetaminofeno (Percocet)


Analgésicos de venta libre 

• antiinflamatorios no esteroides, como aspirina, ibuprofeno (Advil, Motrin IB) y naproxeno (Aleve)
• acetaminofeno (Tylenol)

 

• Mareos
• Somnolencia
• Mayor riesgo de sobredosis
• Dificultad para respirar o respiración lenta

• Mareos
• Somnolencia
• Mayor riesgo de sobredosis

• Náusea, vómitos y rubor (con azitromicina y metronidazol)
• Eficacia reducida (con doxiciclina)
• Mayor intoxicación con alcohol (con eritromicina)

• Mareos
• Somnolencia
• Desmayos
• Problemas cardíacos, como arritmia

 

• Sangrado interno (con el consumo de alcohol ocasional)
• Coágulos de sangre, ataque cerebral y ataque cardíaco (con mayor consumo de alcohol)

 

• Daño hepático

 

• Mareos
• Somnolencia
• Mayor riesgo de convulsiones
• Mayor riesgo de sobredosis
• Dificultad para respirar o respiración lenta

• Mareos
• Somnolencia
• Mayor riesgo de sobredosis
• Dificultad para respirar o respiración lenta

• Sangrado interno y úlceras (con NSAID)
• Daño hepático (con acetaminofeno)

(Cuadro: Cortesía de Consumer Reports)

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