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Los ignífugos en colchonetas de ejercicio están relacionados con la infertilidad en mujeres

Historia en Breve
  • Los productos químicos ignífugos se han relacionado con graves riesgos para la salud, como infertilidad, defectos congénitos, retrasos en el desarrollo neurológico, coeficiente intelectual reducido, trastornos hormonales y cáncer
  • Más del 80% de las mujeres que luchan contra la infertilidad tienen ignífugos organofosforados en la orina; asimismo, la probabilidad de que las mujeres con altos niveles concibieran después de un ciclo completo de FIV (fertilización in vitro) era 40 % menor en comparación con aquellas que tenían los niveles más bajos
  • Lo ideal es optar por alternativas orgánicas o “naturales” sin importar el producto en cuestión – ya sea algún mueble, ropa, juguete o colchoneta para yoga

Por el Dr. Mercola

Los cojines de los sofás, alfombras, colchones, artículos para niños, electrónicos y colchonetas para yoga son solo algunos ejemplos de fuentes que lo exponen a tóxicos productos químicos ignífugos, muchos de los cuales se han relacionado con graves riesgos para la salud, tales como:

  • Infertilidad
  • Defectos congénitos
  • Demoras en el desarrollo neurológico,1 coeficiente intelectual reducido2 y problemas conductuales en los niños
  • Trastornos hormonales3
  • Cáncer

De hecho, los productos químicos ignífugos han sido identificados como uno de los 17 grupos químicos de “suma prioridad” que deben evitarse con el fin de reducir el cáncer de mama.4,5 Asimismo, estos productos químicos están envenenando a las mascotas6 y vida silvestre. Lo ideal es optar por alternativas orgánicas o “naturales” sin importar el producto en cuestión – ya sea algún mueble, ropa, juguete o colchoneta para yoga.

Sin lugar a dudas, esta es la ruta más fácil, ya que los fabricantes no están obligados a revelar los productos químicos que utilizan para que sus productos cumplan con las normas de seguridad contra incendios. Los artículos hechos con lana, algodón orgánico o seda son excelentes alternativas a los colchones convencionales, sábanas y colchonetas para hacer ejercicio ya que estos materiales son ignífugos por naturaleza.

Los ignífugos afectan la fertilidad

De acuerdo con recientes investigaciones, más del 80% de las mujeres que luchan contra la infertilidad tienen 3 tipos de ignífugos organofosforados (PFR, por sus siglas en inglés) en la orina.7,8,9,10 Asimismo, en comparación con las mujeres con los niveles más bajos de estas sustancias químicas, aquellas con altos niveles tenían una probabilidad de concebir aproximadamente 40 % menor tras un ciclo completo de tratamientos de fertilización in vitro (FIV).

En particular, el 87 % tenía niveles detectables de bis (1,3-dicloro-2-propilo) fosfato, el 94 % tenía fosfato de difenilo y el 80 % tenía fosfato de isopropilfenilo en su sistema. De acuerdo con el coautor del estudio Courtney Carignan, Ph.D.,11 “estos hallazgos sugieren que la exposición a los PFR puede ser uno de los muchos factores de riesgo para un menor éxito reproductivo”. El Dr. Russ Hauser, profesor de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard, agregó:

“Las parejas que se someten a FIV y tratan de mejorar sus posibilidades de éxito mediante la reducción de su exposición a sustancias químicas ambientales deben optar por productos que no contengan ignífugos”.

De igual forma, investigaciones anteriores relacionaron los PFR con la infertilidad, lo que demuestra que los químicos afectan las hormonas reproductivas. Aunque el estudio presentado se centró en las mujeres, otros estudios12 han relacionado la exposición a los PFR con la disminución de la motilidad de los espermatozoides en los hombres.

La mayoría de los hogares tienen múltiples fuentes de ignífugos tóxicos

Los PFR se añaden comúnmente a la espuma de poliuretano, colchonetas para hacer ejercicio y artículos para bebés, como las sillas para coches, asimismo, su finalidad aparentemente es reducir el riesgo de que los artículos se incendien. Sin embargo, los productos químicos no quedan adheridos por siempre en estos artículos. Estos se propagan, lo que contamina el aire y polvo. Además, pueden migrar a través del contacto directo.

Un estudio de 201513 descubrió que casi todas las muestras de polvo tomadas de hogares de los Estados Unidos contenían ignífugos de trisfosfato y fosfato de trifenilo (TPHP).

Asimismo, el 91 % de las muestras de orina de los residentes contenían metabolitos de trisfosfato, y el 83 % tenía metabolitos de TPHP. Inquietantemente, se ha descubierto que los niños pequeños tienen niveles de ignífugos que son hasta 5 veces más altos que los de su madre.14

Está por demás decir que la bioacumulación puede tener graves consecuencias para la salud a lo largo de la vida y, en última instancia, puede afectar la capacidad reproductiva de las generaciones venideras.

Los ignífugos no funcionan como se anuncia

A pesar de que la industria afirma que estos productos químicos son necesarios y salvan vidas, prácticamente no existe evidencia alguna que sugiera que funcionen como los anuncian. Por el contrario, cada vez existen más pruebas que como demuestran, solo hacen que los incendios en las casas sean más peligrosos y mortales, sobre todo para los bomberos que están expuestos continuamente a estos tóxicos gases.15

Por ejemplo, las mujeres que pertenecen al cuerpo de bomberos de California y tienen entre 40 y 50 años, son 6 veces más propensas a desarrollar cáncer de mama en comparación con el promedio nacional.

De acuerdo con la industria química, los muebles ignífugos aumentan 15 veces el tiempo de escape en caso de incendio. Esta afirmación provino de un estudio que utilizaba potentes ignífugos similares a los de la NASA, que daban 15 segundos más al tiempo de escape. Sin embargo, este no es el mismo tipo de químico que se utiliza en la mayoría de los muebles.

Las pruebas han demostrado que los ignífugos más utilizados no proporcionan un aumento significativo en el tiempo de escape en lo absoluto, mientras que en realidad aumentan la toxicidad del humo. Irónicamente, estas toxinas son mucho más propensas a matarlo que el fuego en sí.

La manipulación y mentiras han mantenido a los tóxicos ignífugos en el mercado

El principal grupo de la industria, responsable de perpetuar el mito de que los productos ignífugos pueden salvar vidas fue Citizens for Fire Safety, fundado en 2007. Dicho grupo se disolvió a finales de 2012.16 Aunque parecía ser una organización comunitaria de ciudadanos y bomberos preocupados, en realidad era una asociación comercial para los 3 principales fabricantes de productos ignífugos en el mundo.

El objetivo de este grupo era proteger a la industria química de la legislación que podría impactar en sus negocios, además de ampliar el uso comercial de los ignífugos.17 Por ejemplo, cuando California intentó prohibir estos productos en 2007, Citizens for Fire Safety gastó USD 22 000 000 para anular la medida.

A lo largo de 5 años, el grupo logró derogar casi 60 proyectos de ley en todo Estados Unidos cuya intención era eliminar los ignífugos del mercado. El Consejo Químico Americano (ACC, por sus siglas en inglés) sostuvo que no tenía ninguna relación con Citizens for Fire Safety.

Sin embargo, Grant David Gillham, ex jefe de dicho grupo, admitió que el ACC “mintió rotundamente” cuando negaron haber trabajado con ellos.18

De acuerdo con Gillham, un ejecutivo de ACC le ordenó cerciorarse de que su asociación permaneciera en secreto. El grupo Citizens for Fire Safety quedó atrapado en un escándalo público cuando se reveló que pagó USD 240 000 a David Heimbach, ex cirujano de quemaduras de Seattle, quien dio un testimonio desgarrador pero falso sobre algunos bebés que fallecieron durante diversos incendios como consecuencia de no haber utilizado ignífugos.

Los bebés que Heimbach mencionó resultaron ser ficticios y, en 2014, el ex cirujano renunció a su licencia médica como consecuencia directa de sus actos. Si quiere descubrir la verdad sobre los ignífugos y la historia detrás de ellos, vale la pena echarle un vistazo al documental de HBO, “Toxic Hot Seat“. Por motivos de derechos de autor no es posible incorporar la grabación, sin embargo, normalmente puede encontrar los enlaces directos en YouTube.

Los ignífugos están relacionados con la disfunción metabólica y resistencia a la insulina inducida por productos químicos

Las pruebas realizadas por la Universidad de New Hampshire revelan que muchas personas en los Estados Unidos tienen por lo menos 6 diferentes tipos de ignífugos tóxicos en su sistema.19 Además de los efectos reproductivos, estos tipos de productos químicos también se han relacionado con problemas hepáticos y metabólicos que pueden provocar resistencia a la insulina y otros problemas de salud relacionados.20

Aunque el consumo excesivo de azúcar es probablemente la causa principal de la disfunción metabólica y la resistencia a la insulina, sin duda alguna las exposiciones tóxicas pueden ser un factor contribuyente. Tal y como lo señaló la Universidad de New Hampshire:21

“[Las] ratas expuestas a éteres difenílicos polibromados, o PBDE por sus siglas en inglés, experimentaron una alteración en su metabolismo que dio lugar al desarrollo de obesidad metabólica e hígado agrandado.

‘A pesar de la gran cantidad de recursos dedicados a comprender los roles de la alimentación y ejercicio en la epidemia de la obesidad, esta sigue aumentando, lo que sugiere que otros factores ambientales posiblemente están involucrados’.

A nivel bioquímico, un mayor número de evidencia experimental sugiere que ciertos químicos ambientales, o ‘obesógenos’, podrían alterar el metabolismo del cuerpo y contribuir a la epidemia de obesidad”,

[Gale Carey, investigador y profesor de nutrición] dijo… ‘Se desconoce la causa de la resistencia a la insulina inducida por los ignífugos, sin embargo, una posibilidad es la supresión en el hígado de una enzima metabólica fundamental, la fosfoenolpiruvato carboxiquinasa, o PEPCK.

Carey y sus alumnos descubrieron que en comparación con los grupos de control, la actividad de esta enzima, que se encarga de metabolizar el azúcar y las grasas, disminuyó casi un 50% en los hígados de las ratas que habían sido expuestas a ignífugos durante solo un mes’”.

Otro estudio22 que evalúa los efectos de los ignífugos tetrabromobisfenol A y tetraclorobisfenol A – ambos comúnmente utilizados en dispositivos electrónicos – llegó a conclusiones similares. En este caso, los peces cebra que estuvieron expuestos a niveles relativamente bajos de sustancias ignífugas se hicieron más largos y pesados ​​en comparación con sus iguales que no fueron expuestos en el grupo de control.

Existen diversos ignífugos en el mercado y ninguno parece seguro

Previamente he mencionado diversos tipos de ignífugos, los cuales se han relacionado con problemas de salud. De hecho, aunque la industria afirma que implementa medidas para desarrollar y hacer la transición a productos químicos más seguros, la evidencia sugiere que se trata de una simple táctica dilatoria, ya que hasta el momento, los productos químicos de reemplazo han resultado tan peligrosos como las versiones predecesoras.

Como señaló Arlene Blum en 2015, científica química de la Universidad de California y directora ejecutiva del Green Science Policy Institute:23

“Estamos jugando a reemplazar un tóxico por otro. Cuando se encuentra que un químico es nocivo con base en un sinfín de investigaciones y pruebas, la tendencia es reemplazarlo por un químico que sea lo más similar posible. Esto resulta ser lo más fácil. Sin embargo, la historia ha demostrado que los sustitutos pueden ser igualmente dañinos”.

En 2015, una coalición de grupos dedicados a la seguridad de los consumidores, trabajadores, e inocuidad médica solicitaron24 a la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor (CPSC, por sus siglas en inglés) prohibir TODOS los organohalogenados, que son ignífugos más utilizados en artículos para niños, muebles, colchones y cubiertas de productos electrónicos. Esta clase de químicos contienen:

  • Bifenilos policlorados (PCB), prohibidos en 1977 debido a problemas de salud
  • PBDEs (los PentaPBDE y OctaPBDE se eliminaron en 2005 una vez que se descubrió que eran igual de peligrosos que los PCB que reemplazó. Los DecaPBDE fueron suspendidos voluntariamente a partir de 2013, pero todavía se pueden encontrar en diversos productos)
  • Tris fosfato, enlistado como carcinógeno humano de acuerdo con la Proposición 65 de California,25 asimismo, se ha relacionado con enfermedades cardíacasobesidad y cáncer26
  • TPHP, relacionado con niveles alterados de hormonas, concentraciones reducidas de esperma y alteraciones endocrinas27
  • Firemaster 550, que reemplazó a los PentaPBDE,28 desde entonces se ha relacionado con enfermedades cardíacas, obesidad y cáncer29

En junio de este año, el personal de la CPSC realizó un boletín informativo de 537 páginas al respecto y concluyó que no había “pruebas suficientes” para respaldar los reclamos de los demandantes.30 Como resultado, recomiendan que la Comisión rechace la petición “por falta de pruebas“.

La fecha de una audiencia pública, en la cual las partes interesadas pueden presentar comentarios verbales, se fijó para el 14 de septiembre de 2017 a las 10 a.m. en Bethesda, Maryland.31 El tiempo dirá si los ignífugos organohalogenados serán prohibidos, sin embargo, hasta el momento el panorama no parece ser alentador.

Cómo reducir su exposición a estos tóxicos ignífugos

Por desgracia, hasta cierto punto recae exclusivamente en sus propios hombros la responsabilidad de proteger su salud y la de su familia de los tóxicos productos químicos. El hecho de que se permita el uso de un producto químico, no implica que sea inocuo. Se utiliza una impactante cantidad de 80 000 químicos en artículos para el hogar y muebles, además, pocos han sido sometidos a pruebas de inocuidad.

Enlistar los elementos a evitar sería una tarea prácticamente interminable. Lo ideal es optar por alternativas orgánicas o “naturales” sin importar el producto en cuestión. Ahora bien, a continuación se detallan algunas pautas adicionales que pueden ayudar a reducir su exposición a los ignífugos:

Identificar y reemplazar muebles peligrosos. Es probable que los productos de espuma de poliuretano fabricados antes del 2005, como sofás, sillas, colchones y almohadas, contengan PBDE. Inspeccione cuidadosamente tales artículos y reemplace las cubiertas rotas y/o cualquier espuma que parezca estar rompiéndose. Sin embargo, evite tapizar nuevamente muebles por su cuenta, ya que el proceso aumenta su riesgo de exposición.

Preste atención a la premisa “sin arrugas“, ya que por lo general, esto significa que han sido tratados con peligrosos productos químicos perfluorados (PFC). Los productos químicos que se añaden a las sábanas para darles mayor suavidad y/o ayudar a prevenir el encogimiento también pueden emitir gas de formaldehído.

Tome precauciones cuando retire alfombras viejas. El acolchado de las alfombras más antiguo es otra importante fuente de PBDE, por lo que debe ser precavido al retirar la alfombra vieja. Debe aislar su área de trabajo del resto de su casa con el fin de evitar la propagación, y utilizar una aspiradora de filtro HEPA para limpiar.

Lave sus manos después de tocar artículos ignífugos hechos antes de 2013. Asimismo, puede tener en su hogar antiguas fuentes de PBDE conocidas como Deca. Estos son tan tóxicos que han sido prohibidos en varios estados, como Vermont, Washington, Oregón y Maine.

En 2009, los 2 fabricantes de DecaPBDE en los Estados Unidos acordaron voluntariamente dejar de producir e importar el producto químico multiusos para el año 2013.32 Sin embargo, muchos artículos hechos antes de ese año lo contenían.

Puede encontrar DecaPBDE en productos electrónicos como la TV, fundas de celulares, electrodomésticos de cocina, ventiladores, cartuchos de tóner y mucho más. Es recomendable lavarse las manos después de tocar dichos artículos, sobre todo antes de comer, y al menos no permita que los bebés metan en su boca estos artículos (como el control remoto de su televisor o celular).

Mantenga su hogar libre de polvo. Los productos químicos ignífugos suelen estar en el polvo doméstico, por lo que debe limpiar asiduamente con una aspiradora con filtro HEPA y/o un trapeador húmedo.

Elija productos de reemplazo más seguros. Cuando reemplace los artículos que contengan ignífugos, busque aquellos que indiquen claramente, “sin ignífugos”, o elija aquellos que contengan materiales menos inflamables por naturaleza, como cuero, lana y algodón. Esto resulta fundamental para los artículos en los que se sienta o duerme muchas horas al día.

Busque un colchón hecho de lana 100 % orgánica, la cual es un ignífugo por naturaleza, o bien, que esté hecho de algodón 100 % orgánico, franela o fibras de Kevlar (“Stearns and Foster” es una marca que vende este tipo de colchón). Existen diversas opciones en el mercado. Una alternativa simple para su colchoneta de caucho para yoga, es una que esté hecha de algodón, tejida o un tapete.

Origen: Los ignífugos en colchonetas de ejercicio están relacionados con la infertilidad

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