
Historia en Breve

- Los estudios indican que las personas que consumen diariamente tan solo un cuarto de cucharadita de ajo en polvo parecían exhibir menos rigidez aórtica, lo cual es beneficioso para cualquiera que quiera evitar problemas cardiovasculares como los derrames cerebrales
- Un experto señala que la acción de “antiagregante plaquetario” del ajo, así como la de las cebollas en menor grado, desaparece cuando se cocina, sin embargo, existen formas para cambiar ese efecto
- El ajo crudo parece ser unas 13 veces más potente como un anticoagulante en comparación con las cebollas crudas o el ajo cocido; al triturarlo y esperar 10 minutos antes de cocinarlo, activa la enzima que libera los compuestos antiplaquetarios
- Las altas concentraciones de compuestos de azufre y alicina también brindan otros beneficios relacionados con la salud cardíaca, además, combaten la inflamación, bacterias nocivas, infecciones intestinales, infecciones por levaduras y enfermedades relacionadas a los carcinógenos
Por el Dr. Mercola
Conforme vaya envejeciendo, sus arterias se irán haciendo rígidas y con el tiempo esto progresará.
Un estudio realizado en 20121 señala que esto les pasa a casi todas las personas en distintos grados y provoca problemas fisiológicos más frecuentes que se relacionan con la mala circulación sanguínea, lo que incluye un mayor riesgo de derrame cerebral e insuficiencia renal; el término renal abarca a los riñones, vejiga y uretra, órganos que forman parte del sistema que regula el tránsito, almacenamiento y eliminación de la orina.
En 2013 y tras haber realizado un metanálisis sobre los efectos del ajo en los lípidos séricos, los investigadores informaron2 que el consumo de ajo puede ayudar a optimizar los niveles de colesterol, lo que reduce el riesgo de problemas coronarios.
De hecho, el exitoso autor Dr. Michael Greger, miembro del Colegio Americano de Medicina Legal (ACLM) y médico general especializado en nutrición clínica, explica que puede consumir diariamente menos de un cuarto de cucharadita de ajo en polvo, ya que los estudios encontraron que los participantes parecían exhibir menos rigidez aórtica.
“A nuestro modo de ver, esto se debe a que el ajo parece mejorar la función del revestimiento interno de nuestras arterias, lo que ayuda a que se relajen.
Pero los mecanismos de protección del ajo contra las enfermedades cardiovasculares son diversos e incluyen una combinación de efectos anticoagulantes, antioxidantes, que evitan la formación de coágulos y que reducen tanto la presión arterial como el colesterol”.3
Además, Greger señala que sus propiedades anticoagulantes son tan destacadas que la Sociedad Americana de Anestesiología recomienda evitar a toda costa comer ajo una semana antes de someterse a una cirugía electiva. Sin embargo, si es candidato para una cirugía, puede seguir consumiéndolo, con una condición: primero debe cocinarlo.
Según Greger, la acción de “antiagregante plaquetario” del ajo, así como la de las cebollas en un grado mucho menor, desaparece cuando se cocina.
Él explica que comparar estos vegetales del género allium se relaciona con otra clasificación ya que esta emana de que el ajo crudo parece ser unas 13 veces más potente como anticoagulante, en comparación con las cebollas crudas o el ajo cocido, un hecho que otro estudio4 tuvo a bien señalar en 1999.
Cabe destacar que en dicho metanálisis realizado en 2013, los autores indicaron que el ajo en sus muchas formas crudas podría considerarse no solo como una alternativa viable a los medicamentos convencionales para reducir el colesterol, sino que también puede optimizar los niveles de colesterol hasta un punto “de relevancia clínica… relacionado con un riesgo 38 % menor de problemas coronarios a los 50 años”, y de manera igualmente significativa con un perfil de inocuidad más alto.5
Cómo beneficiarse al máximo del ajo
Pero, ¿qué sucede si no planea someterse a una cirugía y quisiera beneficiarse de la capacidad del ajo para disminuir el riesgo de ataque cardíaco y derrame cerebral?
Greger sugiere agregar cebolla cruda a sus ensaladas, así como ajo crudo en salsas, pesto y aderezos; no obstante, existe otra manera de aprovechar todas las virtudes para la salud cardíaca que le puede proporcionar esta familia de vegetales con un penétrate sabor, la cual es considerada por muchos como un elemento básico en sus despensas.
Al demostrar exactamente cómo el ajo crudo puede retardar el desarrollo de coágulos para ayudar a prevenir las enfermedades cardiovasculares, los investigadores utilizaron dientes de ajo triturados y enteros con el fin de comparar su actividad antiagregante in vitro (IVAA, por sus siglas en inglés), además de comparar diversos métodos de cocción.
Los dientes de ajo se hirvieron en agua durante 3 minutos o menos; otros fueron calentados al horno a 200° Fahrenheit, y ninguno suprimió la IVAA. Los científicos señalaron lo siguiente al respecto:
“Calentar el ajo durante 6 minutos eliminó por completo la IVAA en las muestras enteras, sin embargo, no lo hizo en aquellas previamente trituradas. Las últimas muestras exhibían una menor, pero significativa, actividad antiplaquetaria.
La incubación prolongada (más de 10 min) a estas temperaturas suprimió por completo la IVAA. El ajo cocido en microondas no tuvo efecto alguno en la agregación plaquetaria”.6
Luego, los científicos intentaron algo más: aumentaron la cantidad de jugo de ajo aplicado tanto al ajo triturado como al entero y encontraron que este tiene un efecto beneficioso sobre el que fue triturado y colocado en el microondas. Sin embargo, este no tuvo efecto en el ajo entero por lo que se refiere a su capacidad para prevenir la agregación plaquetaria.
Los autores del estudio señalaron que el haber agregado este jugo al ajo entero, que se cocinó en el microondas, “se restauró todo un complemento en la actividad antiplaquetaria, el cual se había perdido por completo sin su adición”,7 aunque mi recomendación sigue siendo no cocinarlo en el microondas.
Dicho de otra forma, el sitio web “Nutrition Facts”8 explica que al triturar o cortar el ajo y esperar, por ejemplo, 10 minutos antes de cocinarlo, se activa la enzima que genera los compuestos antiplaquetarios. He aquí cómo funciona cuando se utiliza ajo crudo:
“Si lo cocina por unos minutos, no hay ningún inconveniente; sin embargo, después de cocinarlo durante unos 5 minutos, los beneficios se anulan. No obstante, si tritura el ajo antes y espera un poco, parte de su actividad antiplaquetaria se conservará por un poco más de tiempo.
Esto se debe a que la enzima que produce los compuestos antiplaquetarios se activa mediante la trituración, pero con el calor se destruye a una mayor velocidad de lo que crea los compuestos. Por lo cual, si tritura el ajo primero y deja que la enzima haga sus maravillas antes de cocinarlo, puede retrasar la pérdida de su propiedad”.9
El ajo tiene compuestos valiosos para combatir enfermedades
Otra cuestión que es muy significativa en el estudio es que la actividad de eliminación de coágulos “siempre” estuvo vinculada a los niveles de alicina y piruvato. El sitio web “Science Direct”10 explica que la cantidad de ácido pirúvico en las cebollas y el ajo es un reflejo de su acritud.
Además de tener altos niveles de fósforo, el ajo también tiene compuestos con altas concentraciones de azufre. De hecho, los tiosulfinatos, como la alicina, constituyen los componentes activos más destacados del ajo. El sitio web “SelfHacked”11 expone diversas funciones de la alicina, que se citaron en distintos estudios clínicos:
- Reacciona ante las proteínas, lo que ayuda a bloquear las vías relacionadas con la inflamación, sobre todo en las úlceras causadas por H. pylori, la infección bacteriana más común en el mundo,12 e incluso con las superbacterias resistentes a los antibióticos13
- La alicina en el ajo combate las bacterias al aplacar las enzimas que contienen azufre y que las bacterias (nocivas) necesitan para sobrevivir14
- Ayuda a tratar las infecciones intestinales causadas por parásitos al bloquear la síntesis de su grasa, mientras que promueve la función inmunológica al estimular la formación de glóbulos blancos15
- La alicina en el ajo “inhibe el crecimiento de Candida, el tipo más común de infección por levaduras, al destruir las grasas presentes en la superficie externa de la levadura”16
Además de estas acciones que nos conceden los compuestos del ajo, encontrar una receta con ajo que sea de su agrado conlleva muchas más ventajas, ya que su salud puede mejorar de diversas maneras. Por ejemplo:
Ayuda en resfriados y gripe | Ayuda a disminuir su presión arterial |
Alivia el daño causado por la toxicidad hepática y renal | Previene la caries dental y las infecciones orales |
Desintoxica su hígado | Neutraliza las alergias |
Reduce los signos del envejecimiento | Reduce la resistencia a la insulina |
Ayuda a tratar erupciones cutáneas como la psoriasis y eczema | Protege su piel de la luz ultravioleta |
Trata la caída del cabello como la alopecia | Mejora su memoria |
Estudios demuestran que los compuestos del ajo ayudan a tratar y prevenir el cáncer
De igual forma, puede obtener muchos más grandiosos beneficios de los compuestos del ajo, por ejemplo, sus nutrientes como potasio, fósforo, zinc, selenio y vitaminas A y C, así como cantidades más pequeñas de minerales como calcio, magnesio, hierro y manganeso, además de las vitaminas B.17
Sin embargo, a menudo son los compuestos más recónditos los que ejercen los resultados más potentes. A continuación, se muestran más estudios que destacan el poder del ajo, sobre todo en relación con el cáncer y el VIH:18
- Estimula su sistema inmunológico, asimismo, se ha descubierto que el extracto de ajo estimula el crecimiento de los glóbulos blancos de manera significativa, lo que a su vez aumenta la producción de glutatión, un poderoso antioxidante que reduce las proteínas inflamatorias conocidas como citoquinas19
- Un estudio encontró que el ajo puede ayudar a tratar el VIH al eliminar las células inmunológicas que están infectadas. Además, el disulfuro de dialilo obstruye la replicación del virus.20 Además, “el ajoene, un extracto de ajo, evita que las células sanguíneas normales se fusionen con aquellas infectadas con el VIH e inhibe la replicación del VIH en las células infectadas”
- El ajo no solo puede tratar el cáncer, sino que también lo previenen gracias a la S-alilmercaptocisteína (SAMC), un compuesto de azufre que disminuye el crecimiento de las células cancerígenas y provoca la apoptosis. La SAMC se une a una proteína responsable de la producción celular (tubulina) y activa otras que causan la muerte de las células tumorales21
- Otros tipos de cáncer que estos compuestos pueden ayudar a inhibir o prevenir son el cáncer de piel,22 pulmón,23 vejiga,24 y cerebro,25 así como la progresión del cáncer de colon,26 próstata,27 hígado,28 y la progresión de los cánceres de estómago29 y de mama,30 entre muchos otros.
La noción de que el ajo disminuye la agregación plaquetaria no es inédita
No es la primera vez que se reconoce al ajo como la fuente de una posible protección contra diversos aspectos de las cardiopatías.
En 1997, un estudio31 realizado en Alemania y publicado en la revista científica Circulation concluyó que consumir ajo en polvo disminuye la rigidez aórtica causada por la edad avanzada, y también hizo alusión a su capacidad para proporcionar propiedades elásticas a las arterias.
Los científicos pueden medir la rigidez de la aorta, la arteria principal que lleva al corazón, con el criterio de referencia denominado prueba no invasiva de la velocidad de onda de pulso aórtico (VOP), que se puede “calcular como la relación entre la distancia que separa 2 lugares a lo largo de la arteria y el tiempo de circulación que se necesita para que la onda de presión o velocidad cubra esta distancia”, según el Journal of Cardiovascular Magnetic Resonance.32
Existe algo denominado ictus isquémico, que se produce cuando las arterias que van al cerebro se obstruyen o estrechan, lo que provoca un menor flujo sanguíneo, también conocido como isquemia.
De hecho, es el tipo más común de derrame cerebral, causado por un coágulo que bloquea u obstruye un vaso sanguíneo en el cerebro; el otro tipo es hemorrágico, cuando un vaso sanguíneo se rompe y sangra en el cerebro.33
Sin embargo, otro estudio describe los efectos del ajo sobre la función endotelial en pacientes que han sufrido un ictus isquémico, tal y como se demostró en los 125 pacientes de China, con la conclusión de que consumir ajo todos los días es “un indicador ajeno de la función endotelial en pacientes con ictus isquémico y puede desempeñar un papel en la prevención secundaria de los eventos ateroscleróticos”.34
De acuerdo con los Centros Médicos Cedars-Sinai:
“El endotelio es una membrana delgada que recubre el interior del corazón y los vasos sanguíneos. Las células endoteliales liberan sustancias que controlan la relajación vascular y la contracción, así como enzimas que controlan la coagulación, la función inmunológica y la adhesión de las plaquetas (sustancias incoloras en la sangre)…
La disfunción endotelial precede al desarrollo de la aterosclerosis, una enfermedad crónica que se caracteriza por el engrosamiento y endurecimiento anormales de las paredes arteriales, con la consiguiente pérdida de su elasticidad… [Asimismo] [la] aterosclerosis puede causar un derrame cerebral o ataque al corazón”.35
‘¿De qué manera está relacionado con la alimentación mediterránea? ¡De muchísimas maneras!’
Un sitio web “Miracle of Garlic” (El milagro del ajo) alude a este vegetal de olor penetrante como uno de los “ingredientes secretos” en la alimentación mediterránea, la cual se denomina como tal porque en gran medida se basa en este tipo de alimentos básicos como el aceite de oliva (debido a su fuerza antioxidante), uvas rojas (y resveratrol, famoso por mejorar las arterias) y el salmón silvestre, así como cuantiosas cantidades de frutas y vegetales frescos.
Este mismo sitio hizo mención de los estudios de una manera bastante adecuada:
“Es muy posible que el ajo sea uno de los ingredientes más importantes dentro de la alimentación mediterránea ya que ayuda a atribuirle su fama para reducir el riesgo de tumores, cáncer y enfermedades cardiovasculares, al disminuir la presión arterial, diluir la sangre para prevenir la formación de coágulos y prevenir la aterosclerosis, así como otras enfermedades crónicas.
En vista de las 300 potentes sustancias químicas que puede obtener tras triturar o cocinar ajo crudo, este maravilloso bulbo de la herbolaria nos brinda grandiosos beneficios”.36
No importa qué tipo de alimentación lleve, agregar ajo fresco y triturado a sus comidas, es una sencilla forma de aumentar no solo su sabor, sino también sus beneficios ¡de manera exponencial!
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