Opinión

El precio de los medicamentos

Por Ibrahim Pérez

Los principales oficiales ejecutivos de siete farmacéuticas (AbbVie, AstraZeneca, Bristol, Johnson & Johnson, Merck, Pfizer y Sanofi), depusieron en una vista sobre el precio de los medicamentos, ante el Comité de Finanzas del Senado de Estados Unidos, el 26 de febrero pasado. Seis de esas manufactureras figuran entre las diez compañías que obtuvieron la mitad de las ganancias en el sector salud el año pasado.

Los mensajes introductorios de los senadores Grassley y Wyden definieron el problema y las expectativas de la vista. Exigieron contestaciones precisas y soluciones al inaceptable precio de los medicamentos que impide que aquellos que más los necesitan puedan obtenerlos. El senador Wyden expresó: “los astronómicos precios de los medicamentos están donde las compañías farmacéuticas y sus inversionistas quieren; es moralmente repugnante que ustedes produzcan curas milagrosas, para que luego no estén accesibles a los enfermos que no las pueden pagar”. Wyden añadió: “su manera de hacer negocio es inaceptable e insostenible; ustedes se pasan apuntando hacia los demás en la cadena de distribución, cuando son ustedes mismos los que realmente fijan el precio final; llegó el momento de dejar de dar excusas y actuar”.

Vi la vista de tres horas y media por la cadena C-SPAN. Los siete CEO contestaron numerosas preguntas de los 28 miembros del Comité. Proyectaron una actitud muy profesional y amigable, expresando su compromiso de colaborar. No lucieron intimidados por los mensajes introductorios. Fueron muy articulados al describir la complejidad del problema, y el hecho de que ellos, ni solos ni juntos, podían unilateralmente resolverlo. Admitieron ganancias en cada país desarrollado donde venden sus medicamentos, pero no pudieron articular una respuesta adecuada porque la ganancia tenía que ser principalmente sostenida por el mercado estadounidense. Destacaron que sus ganancias provenían mayormente de la constante innovación. Que dichas ganancias eran el incentivo para seguir inventando nuevos y mejores medicamentos. Que cualquier cambio dirigido a beneficiar directamente a los consumidores requeriría un acuerdo simultáneo de todos los participantes de la cadena de distribución.

La vista senatorial concluyó sin que surgiese un compromiso inequívoco de las farmacéuticas para reducir el precio de sus medicamentos. El senador Wyden catalogó el intercambio como al menos una conversación muy animada (“happy talk”). Creo que también resultó ser un buen repaso de la evolución de la industria de los medicamentos y del complejo rompecabezas que han establecido sus protagonistas principales para monopolizar mercado y ganar más dinero, aunque siempre dejando atrás al protagonista clave que sufre las condiciones para las cuales se producen los medicamentos.

Es evidente que se sigue perpetuando un patrón muy preocupante en el sector salud: no tomar en consideración a los pacientes ni a los salubristas en las decisiones, las cuales están unilateralmente controladas por intereses económicos y políticos que no tienen como prioridad la salud del paciente.

Para comprender el final inconcluso, recurrí a la historia legislativa. Encontré que la primera vista efectuada en el Senado de EE.UU. sobre exactamente el mismo tema fue en 1959. Ya han transcurrido 60 años sin una solución. Pero los precios de los medicamentos y las ganancias excesivas se han agigantado al existir más enfermedades y productos, al haberse incorporado más actores en la cadena de distribución, cada uno halando para su lado y no para el del paciente.

Percibo que no hay voluntad genuina hacia una verdadera solución. Que se mantiene un montaje para que tanto congresistas como farmacéuticas luzcan bien ante la opinión pública. Y que para nada ayuda que los 28 senadores del Comité senatorial reciban cuantiosas donaciones económicas de farmacéuticas.

Origen: El precio de los medicamentos | El Nuevo Día

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