Opinión

Sanidad reconoce que no existe ningún registro de grupos antivacunas. ¿Un problema «fantasma»? 

Por: Miguel Jara

El abogado Luis de Miguel Ortega ha presentado una petición de información sobre vacunaciones ante el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno. En ella, argumenta que lo hace puesto que existe una supuesta «alarma social» respecto a «grupos organizados de antivacunas» y solicita información sobre cualquier registro que haya de dichos grupos, asociaciones de antivacunas o páginas webs, sobre las que el Ministerio de Sanidad esté realizando alguna labor de vigilancia.

Este letrado también pregunta por las medidas que está tomando para corregir las informaciones falsas que pudieran transmitir. Lo que llama la atención es la respuesta de este organismo dependiente del Gobierno:

En lo que atañe a la cuestión sobre registros de grupos antivacunas, se informa que en el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad no existe NINGÚN REGISTRO sobre grupos a los que el solicitante denomina ‘antivacunas’».

A lo que añaden que dicho Ministerio vela porque la información dirigida al público sea veraz y cumpla con las previsiones de la Ley 33/2o11 General de Salud Pública (un texto muy extenso pero al menos en lo referido a vacunaciones es pura palabrería redundante).

Sobre el registro de grupos «antivacunas» una observación que les hace el abogado es que es de destacar que reconozcan que no hay registro alguno pero lo que sorprende es que se hable día a día tras días de estos grupos, de su peligrosidad, etc.

Es de agradecer que el Ministerio reconozca que cuando habla de antivacunas, está fomentando un bulo y hablando de algo que no existe quizá para causar alarma o quizá para condicionar a la población y transmitir una narración que se aleja de la realidad, lo cual choca con los principios de transparencia y buen gobierno».

A mí, que me parece bien el uso de vacunas (de manera racional, las necesarias, efectivas y seguras) también me parece muy contradictorio, cuando no maledicente, la ministra de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo, diga por ejemplo:

«Los antivacunas necesitan una vacuna contra la ignorancia».

Primero porque está hablando de algo que no existe o que es tan poco importante que el Ministerio ni siquiera registra. Vaya que han de vacunarse contra la ignorancia quienes ella ignora en qué número y medida existen, si es que así fuera.

Es sabido que las tasas de vacunaciones en España son altísimas, cercanas con algunas vacunas al 100% de la población, luego no hay un problema de «antivacunas». Es así de claro. Cabe preguntarse entonces porqué el Ministerio de Sanidad se empecina en hablar sobre «antivacunas».

Hace poco el director general de un laboratorio me contó que en una reunión que tuvo en Bruselas con algunos responsables de agencias de relaciones públicas le contaban que algunos grandes laboratorio farmacéuticos les habían contratado para hacer frente a los «antivacunas». El nombre de esas compañías no ha podido revelármelo, es confidencial.

Queda claro que gobiernos y grandes empresa están haciendo campaña contra un enemigo invisible, del que no existen registros y que con probabilidad se reduzca a unos pocos padres que por las razones que sea no vacunan de nada. Lo que sí hay son familias con dudas vacunales. No son «antivacunas» sino, simplemente, personas informadas que conocen la capacidad de las corporaciones para sesgar la ciencia, influir en las recomendaciones de los expertos y en las regulaciones gubernamentales en relación con la salud pública y dudan de la necesidad, efectividad o seguridad de algunas vacunaciones (no de todas por sistema).

Por cierto, que si en Twitter buscáis la palabra «antivacunas» sale esto (no es broma):

Conozca los hechos
Asegúrese de tener la mejor información sobre vacunaciones. Conozca los recursos disponibles del Ministerio de Sanidad de España».

El negacionismo, negar la realidad para evadir una verdad incómoda, sólo ayuda a aumentar el escepticismo de la población.

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