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Polémica por la decisión de la ANMAT de volver a autorizar un medicamento contra la artrosis

En noviembre del año pasado, la Administración Nacional de Alimentos, Medicamentos y Tecnología (ANMAT) decidió retirar del mercado argentino una combinación de drogas utilizada para combatir la artrosis. Se trata de un medicamento que combina glucosamina y meloxicam, y que sirve para tratar esta enfermedad, y que según la misma entidad tuvo reportes de riesgos cardiovasculares, realizados por entidades internacionales. Pero en diciembre de este año, se volvió a autorizar, con cambios en los prospectos. Este fin de semana, una nota periodística denunció que este cambio se debió “el lobby de los laboratorios productores” del tratamiento, que realizaron antes las autoridades de la agencia reguladora. “Se estaba induciendo un uso crónico de una asociación que aumenta los riesgos”, explicó Jaime Lezovski, quien era el titular del Instituto Nacional de Medicamentos (INAME) cuando se impulsó la medida prohibitiva.

La nota del diario Perfil pone de manifiesto el cambio de opinión de la ANMAT respecto de este medicamento, utilizado para tratar la artrosis. La prohibición llegó el 29 de noviembre a través de la resolución 9629. La medida incluyó a las 16 marcas comerciales del producto más popular contra la artrosis: una combinación a dosis fijas de glucosamina y meloxicam que se vende en un solo comprimido o sobre. La resolución detallaba que se había consultado a “diversas agencias sanitarias” de Europa, Estados Unidos, España, Francia, Brasil y México y que “solo se encontró un registro con dicha combinación de ingredientes farmacéuticos”. Pero el 13 de diciembre, el organismo emitió otra resolución (la 10107) y “rehabilitó la venta de glucosamina y meloxicam juntos, mientras llamó a formar una comisión de farmacólogos para que en 120 días hábiles den su opinión sobre qué hacer con el asunto”.

El cambio fue interpretado como un triunfo del lobby de los productos del medicamento. Fuentes del mercado aseguran en la nota de Perfil que “la industria como mucho busca ganar tiempo hasta liquidar el stock mercadería que ya tiene fabricado y distribuido, a pesar de los riesgos indicados”. “Hacer un recall implica retirar toda la mercadería y pagar un montón de dinero en el momento, tal vez mayor a las ganancias que se resignen”, explicó un referente del sector al mismo diario. En defensa de la ANMAT, su interventor Carlos Chiale dijo que “o se dio marcha atrás”. Al ser consultado por Perfil dijo que “sólo se tomó la decisión de convocar a farmacólogos externos para que avalen la medida”. De acuerdo con la consultora Iqvia, a octubre de 2019 se habían vendido en 12 meses 1.165.092 unidades del medicamento cuestionado en Argentina. En medio de la polémica, la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (CILFA) y la Cámara Empresaria de Laboratorios Farmacéuticos (COOPERALA) habían planteado que se había vendido ese producto durante “diez años sin que existan y/o hayan ocurrido ni histórica ni recientemente sucesos y/o alertas”.

 

 

Origen: Mirada Profesional

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