Opinión

Sin kits y con declaraciones contradictorias: el coronavirus pone en jaque al gobierno de Trump

Patricia Velez Santiago

Detectar el covid-19, la enfermedad causada por este nuevo coronavirus, es crucial para frenar a tiempo su propagación, especialmente en aquellos casos donde la persona contagiada no presenta síntomas y podría estar expandiéndolo de forma silenciosa, han advertido epidemiólogos.

Falta de kits para la detección de un coronavirus que comenzó a propagarse en algunas comunidades de Estados Unidos y declaraciones contradictorias entre los altos mandos de la salud han puesto en jaque la capacidad de respuesta del presidente Donald Trump y de su gobierno, que este viernes dio luz verde de emergencia a nuevos mecanismos para diagnosticar a los posibles contagiados en el país.

Detectar el covid-19, la enfermedad causada por este nuevo coronavirus, es crucial para frenar a tiempo su propagación, especialmente en aquellos casos donde la persona no presenta síntomas y podría estar contagiando a otros de forma silenciosa, han advertido epidemiólogos.

Eso fue precisamente lo que se teme ocurrió en Washington, el primer foco del coronavirus en Estados Unidos donde se han infectado hasta este viernes 457 personas y han fallecido 31, según cifras oficiales. El número representa el grueso de las 36 muertes registradas hasta el momento en el país.

La primera señal de alerta allí no provino precisamente de las autoridades sanitarias del gobierno, sino de los expertos del programa ‘Seattle Flu Studies’ quienes, de acuerdo con un informe del diario The New York Times, comenzaron a realizar pruebas a fines de febrero preocupados por las demoras que observaban por parte del gobierno. Fueron ellos quienes detectaron que un joven que no había viajado recientemente estaba contagiado con el coronavirus y lo notificaron a las autoridades.

Poco después se conoció de un fallecimiento tras otro en un ancianato en ese estado, en el condado de King, lo que dejó en evidencia la propagación del virus en la comunidad y la vulnerabilidad de las personas mayores y de quienes tienen condiciones de salud preexistentes, como diabetes o problemas pulmonares.

Mientras eso ocurría, los científicos del ‘Seattle Flu Studies’ no lograban que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) ni la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA) dieran luz verde a sus pruebas, pues ellos no contaban con un laboratorio clínico como estipulan las normas.

Y, desde lo más alto del gobierno, comenzaban a salir mensajes contradictorios mientras decenas de personas con síntomas que no podían ser evaluadas por los estrictos requisitos impuestos por las autoridades: haber estado en Wuhan, donde se originó el brote a fines del año pasado, posiblemente en murciélagos.

“Es un fracaso. Admitámoslo”

El coronavirus era ya como una bola de nieve que se agrandaba rápidamente en el país. Naciones como Corea del Sur evaluaban a entre 10,000 y 20,000 personas por día. Estados Unidos, en cambio, había realizado pruebas a cerca de 8,500 desde que se detectó el primer caso, de acuerdo con los CDC.

Las palabras de Anthony Fauci, el director del Instituto Nacional para Alergias y Enfermedades Infecciosas, confirmaron este jueves la gravedad del asunto y las falencias que han encarado a la hora de diagnosticar a todos los potenciales casos. También reflejaban una discrepancia con el discurso de Trump, quien prácticamente al mismo tiempo aseguraba que las pruebas se estaban realizando de forma “suave”.

“El sistema realmente no está listo para lo que necesitamos en este momento. Eso es un fracaso. Admitámoslo”, dijo Fauci en una audiencia en el Congreso. “El hecho es que la forma en la que fue levantado el sistema, el componente del que hablaba el doctor (Robert) Redfield (director de los CDC), requería que un médico lo pidiera para obtenerlo. No estamos listos para que cualquier persona pueda acceder fácilmente como en otros países”, reconoció.

Este viernes, Trump arremetió en Twitter en contra de su antecesor, Barack Obama, y lo culpó por la debacle con las pruebas en medio de lo que fue catalogado esta semana por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una pandemia.

“Por décadas, los CDC miraron, estudiaron y probaron el sistema, pero no hicieron nada (…) El presidente Obama hizo cambios que complicaron aún más las cosas”, escribió. “Los cambios se han hecho y las pruebas comenzarán a darse pronto a una muy grande escala”, agregó sin dar detalles, una de las razones que ha puesto nerviosos a los mercados, que temen que la respuesta poco clara del mandatario estadounidense no logre aminorar el impacto económico que se anticipa por las interrupciones que ha ocasionado el coronavirus.

Reconociendo la urgencia de acelerar las pruebas mientras la cifra de casos se empina sobre los 1,200 de acuerdo a los CDC, la FDA dio luz verde de emergencia a un sistema de la farmacéutica Roche con una capacidad para evaluar hasta 4,128 pacientes en su modelo más avanzado, el cobas 8800.

La FDA también puso en marcha una línea de emergencia para atender a los laboratorios que tienen problemas accediendo a las pruebas, que en algunos casos han arrojado datos inconclusos. Y ha relajado algunas normas, como en el caso de Nueva York, que podrá autorizar a algunos laboratorios tanto públicos como privados a hacer las pruebas sin tener que contar con el aval federal.

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