Gobiernos sin brío impiden una vacuna de la gente para la Covid-19
Gobiernos sin brío han alejado el sueño de una “vacuna de la gente” para el SARS-CoV-2, según las conclusiones del segundo encuentro de la Asociación por un Acceso Justo al Medicamento (AAJM), centrado, en esta ocasión, sobre las vacunas para la Covid- 19 y la necesidad de resolver los problemas de accesibilidad y asequibilidad que deben garantizar una distribución universal de estos fármacos.
Ejemplo de la hepatitis C
El presidente de la AAJM, el doctor Juan José Rodríguez Sendín, recordó a los primeros líderes de la organización convocante y el ideario de la misma, que es concienciar y favorecer el acceso justo a los medicamentos desde una siempre reclamada transparencia, hoy prácticamente inexistente.
Como hitos del movimiento social frente a los precios excesivos para los fármacos, rememoró Juan José Rodríguez Sendín el encierro de los pacientes de hepatitis C en el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, una simiente capaz de doblar el brazo a un Gobierno y que debería servir de ejemplo para crisis sanitarias como la actual.
Señaló Rodríguez Sendín que el problema evitable más importante para la Sanidad en España es el consumo descontrolado y excesivo de medicamentos, sujetos a precios abusivos y, según sus palabras, “indecentes”, al ser respuesta a necesidades magnificadas por partes interesadas.
Cataloguiños y subastas
Rechazó el que fuera presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), por escandaloso, que el dictamen de la Comisión para la Reconstrucción del Congreso de los Diputados no dedicara ninguna tinta a este grave problema, sin el menor desafío a los titulares reales de las compañías farmacéuticas en España y en el mundo, además de desoír sentencias dictadas desde los más altos tribunales del país, a favor de un acceso en igualdad a los medicamentos.
En ese terreno, aludió Rodríguez Sendín a limitadas decisiones administrativas, como el “cataloguiño” gallego y las subastas andaluzas, por lo que insta a cambiar el rumbo de la política farmacéutica en España, algo que todavía no ocurrió, lamenta, ni con Gobiernos de izquierdas ni de derechas.
Generar masa crítica
Después de la presentación del presidente de la AAJM, hubo un turno de intervenciones moderadas por el periodista Oriol Güell. Fernando Lamata, que fue consejero de Sanidad de la Junta de Castilla-La Mancha, abrió fuego con la oportunidad que supone, para humanizar y racionalizar el acceso a los medicamentos, una pandemia como fenómeno global y elemento generador de masa crítica que provocará cambios como lo hace el agua al romper a hervir.
En su planteamiento con datos, Fernando Lamata no ve admisible que, de los 1,1 billones de euros gastados en fármacos, 400.000 se destinen a fabricar y obtener un margen razonable, junto a 180.000 millones para promoción, mientras que 700.000 millones no son suficientemente explicados por los Gobiernos.
Resulta de lo anterior que 2.000 millones de personas en el mundo, es decir uno de cada tres habitantes del planeta, no tienen acceso a medicamentos, de los cuales 10 millones mueren cada año, a los que habría que sumar el millón de fallecidos por efecto del SARS-CoV-2.
Sin la vacuna de la gente
De cara a lograr la deseada vacuna que evite la Covid-19, Lamata lamenta que se haya seguido la trillada ruta del business as usual, como fruto de negocio habitualmente en manos de las empresas, con los sesgos que supone la dirección comercial de la investigación y la tentación de los atajos que pueden representar riesgos para la seguridad, sin haber optado, tristemente, a su juicio, por haber desarrollado la vacuna “de la gente”.
Criticó este ponente el hecho de que, dentro del sálvese el que pueda para conseguir vacunas, el 30 por ciento que reside en los países desarrollados ya haya precomprado el 60 por ciento de las vacunas que se espera que lleguen a las farmacias y los hospitales.
En manos de tibios o algo peor
Lamata entiende como insuficiente el mecanismo Covax, propuesto por la Fundación Bill y Belinda Gates, al ser un mero parche para la falta de equidad que amenaza al mundo, y se mostró más favorable al fondo global de 16.000 millones de euros previsto en Europa para dotar a la Unión Europea (UE) de un pull de vacunas.
A pesar de lo anterior, considera insultante este ponente el hecho de que se destinen solo 88 millones de vacunas a los países pobres, con lo que solo se cubriría al 1 por ciento de su población, mientras que se reservan 1.000 millones para las vacunas en suelo europeo.
Invita, además, Lamata a que las declaraciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, partidarias de una vacunación universal, no se queden solo en retóric, para que, desde su responsabilidad, ayude a erosionar el sistema de patentes en la UE.
Trajo a colación este conferenciante el caso de las licencias obligatorias, como recurso de losGobiernos para pagar precios razonables por los medicamentos, cuando en realidad estos prefieren las negociaciones en secreto. Concluyó, además, con su llamamiento a insistir y crear presión social para cambiar, antes que tarde, el actual sistema de precios de los fármacos.
Libres de la Covid-19
Eva Iráizoz, que representó a la asociación Salud por Derecho, hizo suya la declaración de intenciones del director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, por la que nadie debería quedar libre de la Covid-19 hasta que todos ciudadanos del mundo queden libres de esta persistente enfermedad.
Sobre los retos que representa la investigación de vacunas para el nuevo coronavirus, partió Eva Iráizoz de la base de que el planeta no tiene capacidad productiva suficiente para asegurar la protección a toda la población, dado que, a su juicio, no basta con encontrar las vacunas oportunas, sino que hay que hacerlas llegar a todos, por lo que habló de equidad en la distribución de estas vacunas, a un precio justo, en colisión directa con el sistema mundial de patentes y monopolios.
Pull de vacunas
Esta ponente hizo referencia, igualmente, a la iniciativa ACT, apoyada por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, la Fundación Gates y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la que, sin embargo, no se entra en el pantanoso terreno de la propiedad industrial.
Aboga Iráizoz, en cualquier caso, por la puesta en marcha de un pull de participantes en la producción de vacunas, que implicaría la masiva transferencia de líneas celulares y conocimiento altamente especializado, a partir de un ingente caudal de financiación pública que debería ser muy exigente al revisar los contratos a firmar con las farmacéuticas, según su opinión.
También se detuvo esta ponente en la declaración de la OMS realizada en junio, con la estrategia europea para la compra avanzada de vacunas para los 27 países de la UE, con firmas ya estampadas con corporaciones como AstraZeneca y Sanofi, a la espera nuevos acuerdos con Janssen, Moderna y Pfizer.
Negociaciones opacas
Advirtió esta ponente, de la misma forma, sobre problemas para la salvaguardia de las negociaciones entre los Gobiernos y las compañías, caracterizadas por la falta de transparencia y la asunción por parte de los Estados de que se debe eximir de toda responsabilidad a los laboratorios ante posible fallos de seguridad que pudieran surgir por la premura de las nuevas vacunas.
Todo ello además de datos propensos a las suspicacias bien fundadas, tales como que un máximo responsable de la patronal farmacéutica europea, la Asociación Europea de la Industria Farmacéutica (EFPIA), negocie hoy estos asuntos en nombre de la UE, de forma que se abre la puerta a que no haya topes para los precios futuros de las vacunas, sin que los Estados tengan previsto tampoco la recuperación de sus fuertes inversiones públicas. Apela, por tanto, Iráizoz al criterio de la OMS para que se administren las primeras dosis disponibles de vacunas a las poblaciones más vulnerables.
Transparencia y licencias obligatorias
Sin embargo, comentó esta interviniente que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y el Parlamento Europeo se reunieron recientemente, sin haber recibido ningún tipo de información previa, aunque celebra la resolución del pasado 10 de julio, referente a una estrategia comunitaria de Salud Pública en la UE para la era Post Covid.
A este fin, desea Iráizoz avances en la cuestión de la propiedad intelectual mediante el pull de vacunas y mayor transparencia sobre los costes de investigación y desarrollo. Además de citar las licencias obligatorias, admitió que serán necesarios incentivos para la investigación no competitiva.
A la vez, esta ponente criticó, de nuevo, los nacionalismos agudizados por la pandemia, traducidos en el acopio de medicinas y productos sanitarios, y la pretensión de exención de responsabilidad jurídica para las compañías. Finalmente, razonó que una mayor transparencia ayudaría a combatir el negacionismo de los colectivos antivacunas.
Desmontando argumentos
Pedro Rey, que es profesor de ESADE Barcelona, aportó su visión fundada en la economía del comportamiento, deudora de la Psicología. Desde esta óptica, probó a desmontar la tesis de la industria farmacéutica, según la cual los altos costes de I+D justifican unos precios cada vez más elevados de los medicamentos.
Este argumento esgrimido desde hace muchos años por los laboratorios, a juicio de Pedro Rey, se une a su capacidad de influencia en la demanda de fármacos, gracias a sus grandes presupuestos, hoy aumentados por los fármacos biotecnológicos.
En opinión de este ponente, en la Covid-19 la inversión en vacunas no supone grandes riesgos, por lo que no se explica por qué el mecanismo de compra aceptado por la autoridades de Europa y Estados Unidas para estos fármacos no haya exigido unas mínimas garantías de compra, calidad y seguridad, con lo que parece una cierta dejadez a favor de las multinacionales.
Desde el punto de vista de Rey, la industria farmacéutica se comporta según su propia naturaleza sin que encuentre contrapeso por parte de los Estados y Ministerios. Como excepción de esta dinámica, citó el caso de Brasil, que, durante un tiempo, se saltó el esquema mundial de patentes, con más de un quebranto para el Derecho internacional, aunque esto redundara en un posible mayor acceso coyuntural a los medicamentos para su población.
La OMS en su laberinto
El asesor especial de políticas y salud de Centro del Sur Ginebra, Germán Velásquez, describió como complejo el funcionamiento de la OMS, dirigida a la postre por 10 países industrializados con aportaciones de la Fundación Bill y Melinda Gates.
Dentro de su devenir histórico, Germán Velásquez citó el menoscabo que produjo a esta entidad supranacional la salida en su día del fondo global de AIDS, a instancias de Estados Unidos, en un proceso similar al seguido por la alianza Gavi, que dejó la provisión de vacunas para el Hemisferio Sur en manos de la industria farmacéutica transnacional.
Este defensor internacional de los listados de medicamentos esenciales se refirió también a los cambios y reformas realizadas en la historia de la OMS, desde Halfdan Mahler y la conferencia de Alma-Mata, proclive a la Atención Primaria, a los escasos frutos conseguidos por Margaret Chan, durante su etapa.
El voluntarismo no es suficiente
Para Velásquez, al presente, se plantea una reforma de la OMS, desde fuera de la propia organización, con la prevención de que el mero voluntarismo no asegura el carácter vinculante que debe tener este organismo supranacional.
Efectivamente, y ya en la actualidad, este ponente se refirió al Mecanismo Covax, hoy también fuera de la OMS y con previsible deserción de Estados Unidos, Rusia y China, dentro de lo que calificó como un nacionalismo vacunal de nuevo cuño, del que extrajo el riesgo de que los países más poderosos del mundo compren la mayor parte de los 2.000 millones de dosis de vacunas que podrá producir el planeta con su actual potencia instalada.
Oportunidad perdida
Velásquez lamenta que el mundo no diera una respuesta más coordinada, equilibrada y justa, a pesar del ingente dinero público recaudado por los países para hacer frente con prevención a la pandemia. Al comentar la primera asamblea virtual realizada por la OMS, aludió a la participación de una docena de jefes de Estado, partidarios de un dominio público para las vacunas, según la declaración que hizo este organismo internacional el pasado mes de mayo para dar respuesta a la Covid-19, endeblemente formulada por los técnicos encargados de su redacción.
Teme este ponente que las vacunas para el SARS-CoV-2 podrían tardar años en llegar a los países de rentas bajas, tal como ocurrió con los antirretrovirales para el sida, que fueron acaparados por los países desarrollados y tardaron un lustro en llegar a África, continente en el que surgió aquella pandemia.
Origen: Gobiernos sin brío impiden una vacuna de la gente para la Covid-19