Se cae la máscara de las patentes
Ray González Paz
La fábula de las patentes y la propiedad intelectual como incentivo de la ciencia y la tecnología, se desvanece.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, instó a la administración USA a estudiar la suspensión de los derechos de propiedad intelectual de las empresas farmacéuticas sobre las vacunas, después de que varios colegas demócratas, incluidos los representantes Earl Blumenauer de Oregon, Rosa DeLauro de Connecticut y Jan Schakowsky de Illinois, le presentaron el asunto.
Según la información, la carta no se ha hecho pública, pero un asistente de alto nivel dijo que Pelosi apoya la posición de sus miembros, que están a favor de emitir dicha exención, incluso de forma temporal.
“La opinión es ‘No estaremos seguros hasta que el mundo esté seguro’”, dijo una de las fuentes sobre el apoyo de los progresistas en Capitol Hill.
La insuficiente producción de vacunas consecuencia de la aplicación del sistema mundial de patentes es flagrante. Ante el horror al que asisten estupefactos miles de millones de personas a la espera de la vacuna que los proteja del peligroso y letal virus, los gobiernos y poblaciones de países en desarrrollo y pobres, claman porque se libere la propiedad intelectual de las vacunas contra el covid-19.
Pero no es misericordia ni humanidad. Los científicos estadounidenses advirtieron a los decisores políticos que de no liberarse la tecnología de las vacunas la pandemia no acabará jamás.
Ante esa evidencia, el gobierno está negociando con Pfizer, Moderna y Johnson, suspender temporalmente los derechos exclusivos de patentes y comenzar la producción realmente masiva de vacunas para frenar el flagelo global. Tarea dificil para compensar los billones de dólares de ganancias de las big pharma.
La trampa de la propiedad intelectual sale a luz como mecanismo perverso de acumulación de ganancias para pocos y desgracia para muchos.
Se cae la máscara de las patentes.